IBEX 35. El fin de las ventas a corto no cierra el debate

Los expertos creen que se trata de una medida que distorsiona el mercado y solo funciona a corto plazo, a no ser que se mantenga indefinidamente

La sangría que se produjo en marzo en las bolsas llevó a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) a tomar medidas -necesarias o no- para frenar las caídas. El 13 de marzo, prohibió las ventas a corto tras una jornada en la que el IBEX 35 se había desplomado el 14,06% y, esta semana, más de dos meses después, el regulador español ha levantado este veto.

Los inversores realizaron de nuevo negociaciones bajistas, lo que se tradujo en fuertes caídas en la primera sesión tras el levantamiento. Fue el pasado martes y el selectivo español se quedó a la cola de Europa, con gran diferencia. Pero el miércoles, el efecto negativo del levantamiento del coto a las ventas a corto ya era cosa del pasado.

Lo que sigue abierto es el debate sobre si son convenientes o no. “Las posiciones cortas distorsionan el precio del activo en un momento puntual en un periodo de tiempo muy reducido”, explica David Levy, fundador y director general de DiverInvest. “A medio y largo plazo esto queda disipado y no suele tener un gran efecto”, añade.

Para comprobar la efectividad de esta medida de la CNMV durante estos dos meses Levy recurre a la comparación con otros índices. Alemania no limitó las posiciones cortas y, aunque el Dax bajó al inicio de la pandemia como el resto de indicadores, ya se ha recuperado un 18% desde entonces. Lo mismo ocurre con Wall Street, donde los selectivos estadounidenses han subido alrededor de un 30%.

Y es que, en opinión de este experto, las oscilaciones de los mercados siempre van unidas al valor intrínseco del activo en el que se invierte. “Es verdad que en un día o en un momento puntual o con alguna compañía en concreto una posición corta puede afectar o distorsionar su valor, pero al final la evolución de la bolsa está vinculada a la economía española y si va mal, la bolsa irá mal”, indica Levy.

Al Ibex 35 le queda mucho camino por delante hasta volver a los niveles previos a la crisis del Covid-19, igual que al PIB español, sin embargo, el regulador español decidió permitir ya las posiciones cortas porque, según Sergio Ávila, analista de IG Markets, el momento de pánico inicial en los mercados “ya ha pasado” y, con las medidas de política expansiva de los bancos centrales, se han calmado los ánimos. “Hay un mayor optimismo en el mercado, de manera que la vuelta a la normalidad tiene sentido una vez que ya el mercado no responde a sentimientos”, apunta.

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En contra de la prohibición

Los expertos rechazan que, en caso de nuevas caídas, se deba volver a esta prohibición. “El mercado responde a criterios de oferta y demanda y cuando menos se interfiera en él, tanto en volumen como en tiempo, mejor”, explica Tomás Merina, analista de mercados independiente.

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En este sentido, Ávila estaca que el mantenimiento de las cotizaciones por la prohibición de cortos “suele ser artificial y poco duradero, a no ser que se mantenga de manera indefinida hasta que la situación económica mejore con claridad, lo que sería ir contra la naturaleza del mercado”.

"El mantenimiento de las cotizaciones por la prohibición de cortos suele ser artificial y poco duradero, a no ser que se mantenga de manera indefinida"

Levy comparte esta misma idea y, además, critica que las ventas a corto se vinculen con una “acción agresiva”. “Si eres inversor del IBEX 35 a largo plazo y crees que la bolsa puede bajar puedes utilizar una posición corta para cubrirte. No solo está el factor de la especulación en la posición corta, sino que es como un seguro”, explica.

No obstante, también apunta que se trata de una inversión arriesgada que puede provocar en el accionista grandes pérdidas. “Si hace un mes un inversor hubiera vendido a corto habría sufrido unas pérdidas enormes porque el mercado ha rebotado un 20%”.

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La Federación Mundial de Bolsas (WFE, por sus siglas en inglés) también criticó en su día la decisión de la CNMV al considerar que esta medida no logra el efecto deseado.  “Interfiere con la formación de precios, lo que aumenta la incertidumbre. Eso solo puede amplificar artificialmente la volatilidad y la probabilidad de incumplimiento, el efecto contrario al que se afirma”, explicó Nandini Sukumar, CEO de WFE.

"Si hace un mes un inversor hubiera vendido a corto habría sufrido unas pérdidas enormes porque el mercado ha rebotado un 20%"

Para evitar el impacto de las posiciones cortas, Ávila recomienda a los inversores utilizar este tipo de ventas para cubrir sus carteras hasta que los precios de las acciones lleguen a niveles en los que el mercado considere que está por debajo del valor intrínseco y empiecen los inversores a lanzarse a las compras. "En ese momento pueden cerrar los cortos y dejar únicamente las posiciones alcistas”, afirma.

En el caso de DiverInvest, empresa de asesoramiento financiero, no recomienda a los clientes este tipo de compra. “Intentamos recomendar a los que inviertan en negocios que crean que van a funcionar bien. Si sabes que la compañía no está en buen momento intentar ganarle dinero poniéndote en corto no me parece ético”, asevera el director general de la firma.

En definitiva, los analistas señalan que la clave está en elegir valores con buenos fundamentos. “El mercado se regula solo, los cortos no siempre ganan y, si la empresa va bien, al final perderán”, concluye Merina.

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La banca se desvincula

Entre las compañías que más han sufrido las posiciones cortas destacan ACS, Cellnex, Dia, Ence, Ferrovial o Indra. En cambio, la banca, que ha sufrido pérdidas generalizadas durante la semana -el martes Banco Sabadell retrocedió el 11,65% y Bankia el 10,62%- se desvincula de la venta a cortos.

“El desplome de la banca se debe a la crisis económica en la que vamos a entrar”, afirma Ávila. “El sector lleva desde 2016 lidiando con tipos de interés en el 0% y una fuerte caída de las rentabilidades. Ahora, con una crisis económica en escena, los inversores descuentan que los beneficios del sector van a tardar en recuperarse más que en otros sectores y eso se refleja en su cotización”, explica.

Lo mismo opina Levy, que achaca las bajadas de las entidades a un problema estructural. “Están sufriendo una contracción y entonces sus acciones bajan, pero el problema que realmente tienen los bancos es su modelo de negocio”, señala.

Los analistas señalan el consumo discrecional, el sector industrial y el inmobiliario como los más vulnerables ante las posiciones cortas. “Todos aquellos que dependan más de que el ciclo económico sea positivo podrán verse perjudicados”, explica Ávila. “Diría que cualquiera puede bajar a excepción de la salud y la tecnología”, concluye Merina. 

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