Los grandes bancos entregan su rentabilidad a la deuda soberana

La gran banca española incrementará su exposición en deuda soberana por la subida de las rentabilidades que se producirá con la retirada de estímulos del BCE

El incremento de la cartera de bonos soberanos (conocida como cartera ALCO) por parte de la banca española este año será un soporte significativo para los ingresos netos por intereses.

Barclays ha calculado que los bancos podrían duplicar con creces el tamaño de estas carteras antes de alcanzar sus restricciones de apalancamiento.

En ese sentido, el banco británico estima que la banca española la incrementará de media un 20 por ciento, lo que implica un beneficio medio del 2 por ciento en el NII, es decir, los ingresos netos por intereses, que permiten reforzar el margen de intermediación. “Esto podría ser particularmente favorable para Caixabank, en nuestra opinión”, explican desde Barclays.

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También Credit Suisse señaló, en un reciente informe, que veía una mejora en la gran banca española por este hecho, beneficiándose especialmente Caixabank.

Pero ¿por qué Caixabank? La explicación hay que buscarla en la integración con Bankia, que obligó a contabilizarla a precio de mercado, reduciendo el rendimiento de los bonos. La entidad que preside José Ignacio Goirigolzarri ya reconoció durante la presentación de resultados del ejercicio 2021 que las compras de deuda soberana habían compensado a los vencimientos.

El cambio de rumbo del BCE, el punto de inflexión

El punto de inflexión será el cambio en la política monetaria de los bancos centrales. El europeo podría subir tipos a lo largo de 2022, mientras que ya es una realidad en el estadounidense, que acometió su primera subida de tipos hace unas semanas.

Como consecuencia de esto, las rentabilidades de los bonos han comenzado a subir, y es lógico que el peso de las carteras de deuda soberana se vaya elevando paulatinamente.

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Pero, es más, esta revalorización de la deuda soberana no sólo se verá influida por el alza de tipos, sino también por la finalización de las compras de deuda soberana por parte del Banco Central Europeo (BCE), que hace que la rentabilidad se vea contenida. Ya hay voces dentro del mercado que esperan un incremento de la deuda soberana del Sur de Europa cuando se produzca este hecho.

El problema, señala Víctor Alvargonzález, director de estrategia de la firma de asesoramiento independiente Nextep Finance, es acertar con el “timing”.

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El papel de la deuda soberana en las carteras

Desde Funcas señalan que la tendencia de deuda soberana en las carteras en el balance de los bancos es imprescindible ya que tienen varias funciones. Por un lado, es el mantenimiento de activos líquidos (y sin duda la deuda soberana es el más líquido de dichos activos) sin contar que, además, es una “exigencia regulatoria”, explican desde Funcas.

Por otro lado, esta cartera proporciona ingresos por dos aspectos. Para empezar cuando se venden porque el precio haya subido al caer la rentabilidad y, por otro lado, con los ingresos que se obtienen con el pago de sus cupones cuando se compran.

Durante los meses precedentes, hemos asistido al primer movimiento: la banca ha ido aligerando esta cartera desde que la incrementó durante la crisis provocada por el coronavirus en 2020, pasando de los 165.000 millones a algo más de 140.000 millones en 2021.

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Ahora, asistiremos al segundo movimiento para el que cuentan, además, con liquidez mientras que la recuperación del crédito puede verse afectado por las incertidumbres provocadas por el alza de la inflación y de la guerra en Ucrania.

Tasas e impacto de Ucrania

En el informe, Barclays también hace referencia a la subida de los tipos de interés y por extensión al euríbor.

Al respecto, los analistas creen que las subidas de tipos son positivas. Para ello calculan una mejora del euribor de 30 puntos básicos según las condiciones actuales del mercado a partir del segundo trimestre. “Por lo general tarda dos meses en reflejarse en las carteras de préstamos”.

Asimismo, los bancos españoles tienen una exposición directa limitada a Rusia y Ucrania, y “en nuestras estimaciones solo tenemos en cuenta algunos impactos indirectos relacionados con los efectos del mercado y una desaceleración del crecimiento”, concluyen.

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