Las claves que explican la caída de Tesla

Las acciones de Tesla registran fuertes pérdidas en Wall Street en las últimas sesiones por la incertidumbre de los inversores ante los problemas de seguridad

Tesla encadena varias jornadas en pérdidas en Wall Street mientras aumentan las dudas de los inversores en torno a los sistemas de seguridad del fabricante de coches eléctricos californiano.

Impulsada por un 2020 en el que las acciones se revalorizaron más de un 700 por ciento, la compañía de Elon Musk alcanzó sus máximos históricos a comienzos de enero.

A pesar de que Tesla cotiza más de seis veces por encima de sus niveles prepandemia, una serie de factores han provocado pérdidas de más del 10 por ciento en lo que llevamos de año.

Tesla no es tan segura como presume

Una de las claves reside en los continuos problemas que han presentado los vehículos de la compañía californiana a lo largo del presente ejercicio.

El martes, las compañía se dejó 20.000 millones de dólares en el parqué neoyorquino después de que las imágenes de un incendio en un Model S Plaid -la última versión lanzada al mercado de uno de los coches insignia de la marca- dieran la vuelta al mundo.

Por si fuera poco, al volante del vehículo se encontraba Bart Smith, jefe de activos digitales de la firma Susquehanna International Group, una de las referencias de negociación de valores tecnológicos de Wall Street, según informó The New York Post.

En la última sesión, las acciones de Tesla incrementaron las pérdidas cerca de un 3 por ciento.  

Segundo accidente grave del año

Aunque no hubo que reportar víctimas mortales, el incidente se produjo apenas unos meses después del fatal accidente registrado en abril en Texas, en los Estados Unidos, en el que fallecieron dos personas.

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Incluso el propio Musk, más centrado en criptomonedas y en los proyectos de SpaceX, se apresuró a dar explicaciones vía Twitter, asegurando que el sistema de piloto automático del coche implicado -otro Model S de una versión anterior- no estaba conectado.

Sin embargo, sus explicaciones no convencieron al mercado. Tesla, que entonces cotizaba en más de 740 dólares antes del accidente, cayó en unas semanas hasta los 570 dólares, cerca de su nivel más bajo del año.

La retirada de China

En junio, las acciones recobraron la tendencia alcista. En solo un mes ganaron más de un 10 por ciento hasta superar holgadamente los 600 dólares por título en los que se sitúan ahora.

A finales de mes, sin embargo, Tesla se vio obligada a retirar más de 285.000 vehículos en China debido a fallos detectados en varios modelos en el sistema de control de navegación.

La compañía emitió una nota a modo de disculpa y se comprometió con los clientes a una actualización del software de los modelos afectados de forma gratuita, pero no consiguió librarse del daño reputacional.

“Las crecientes preocupaciones de seguridad sobre los coches de Tesla han contribuido a la situación de las ventas del fabricante en el mercado chino”, apunta un informe de la consultora Seneca ESG.

El desplome de las cifras es considerable. El dato más llamativo es el obtenido en abril, en el que Tesla vendió unos 25.000 coches, un 67 por ciento menos respecto al mes anterior.

“En comparación, los competidores chinos de Tesla están ganando ventaja”, indican los analistas de Seneca ESG.

Nio le come la tostada

Precisamente, el mayor crecimiento de algunos rivales como el fabricante Nio surgen como un nuevo inconveniente para que Tesla recupere la senda alcista en bolsa.

“La competencia en el mercado de vehículos eléctricos premium de China genera presión sobre los precios y restricciones de participación, lo que probablemente limita la visión de la calidad crediticia a corto plazo”, expica Joel Livingston, analista de Bloomberg Intelligence.

Según sus estimaciones, Nio, referencia del mercado del gigante asiático, podría generar un ebitda positivo por primera vez en 2022 desde su fundación en 2014.

“Cerrar la brecha de margen bruto con Tesla podría ser un catalizador significativo para Nio”, explica el analista, que considera que solo el Model 3 que fabrica la compañía de Elon Musk pude representar una “ventaja competitiva” respecto a sus pares en China.

El consenso aleja las subidas de Tesla

En este contexto, los analistas reflejan la incertidumbre que transmiten las acciones de Tesla tras una primera mitad de año marcada por la volatilidad de las continuas caídas en los parqués.

Según el consenso consultado por finanzas.com, Tesla cuenta con un potencial de revalorización negativo cercano del 3 por ciento, lo que devolvería a sus títulos al entorno de los 637 dólares. Solo un 43 por ciento de los analistas recomienda la compra, mientras que un 33 por ciento apuesta por retener los títulos.

Firmas como JP Morgan rebajaron en su último informe su precio objetivo hasta los 160 dólares, esto es, a niveles prepandemia.

Sin embargo, los analistas del banco de inversión estadounidense reconocieron esta semana que aumentarán sus expectativas hasta marcar un precio objetivo de 250 dólares. Lejos, sin embargo, de su nivel actual.

Otras entidades como BNP Paribas marcan un precio más alto, de 360 dólares, pero sigue suponiendo alrededor de la mitad de su cotización.

Frente a estas posiciones, Morgan Stanley disparó en su último informe de finales de junio el precio objetivo de Tesla hasta los 900 dólares, por lo que batiría ampliamente su mejor registro histórico en Wall Street.

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