El método sueco que salvaría las pensiones españolas

Los expertos piden la implantación en España del modelo de pensiones sueco para hacer sostenible al sistema y garantizar el poder adquisitivo de los jubilados

El elevado déficit de la Seguridad Social, que en 2021 alcanzó los 11.192 millones de euros, pone en entredicho la sostenibilidad del sistema público de pensiones.

Desde el Gobierno pretenden hacerlo viable con la nueva reforma de las pensiones, pero algunas de las medidas que contiene en vez de solucionar el problema lo agravan.

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Una que va a salir muy cara al sistema es la revalorización de las prestaciones en función del IPC, que podría aumentar el gasto de la Seguridad Social en más de 12.500 millones de euros en 2023, si 2022 cierra con una inflación del 7,2 por ciento.

Copiar a los suecos: una solución

El Gobierno está estudiando cómo atajar este problema y los expertos le dan la repuesta: implantar en España el sistema sueco de pensiones, "uno de los mejores del mundo", asegura Miguel Ángel Menéndez, director del área de Wealth de Mercer España.

Las virtudes de este modelo se basan en que ofrece altas prestaciones a los pensionistas, a la vez que consigue que los ingresos sean suficientes para afrontar el pago de las pensiones, lo que le convierte en un sistema sostenible en el tiempo.

Se trata de un modelo mixto, que combina características de un sistema de reparto -las pensiones se financian con las cotizaciones de los trabajadores y empresarios- y elementos de un sistema de capitalización -las contribuciones de cada trabajador se destinan a una cuenta individual para pagar su futura pensión-.

"Este modelo se ha convertido para muchos investigadores en el paradigma de los sistemas de pensiones", asegura Enrique Devesa, profesor de la Universidad de Valencia e investigador del IVIE.

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Cuentas nocionales

El sistema sueco está basado en las cuentas nocionales donde cada trabajador tiene una cuenta ficticia en la que se van anotando las cotizaciones que realiza durante su carrera profesional.

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Es una cuenta virtual porque las cotizaciones a favor de los trabajadores se utilizan para pagar las pensiones actuales y no se capitalizan en una cuenta personal del trabajador. Es una anotación de un derecho ‘pensionable’ que el trabajador recibirá cuando se jubile.

Este está informado del saldo de su cuenta y, al retirarse, su pensión se calcula a partir del saldo acumulado. "Este método ofrece un alto grado de transparencia a los trabajadores, que pueden saber cuánto percibirían si se jubilan en un momento determinado", apuntan fuentes de BBVA.

La pensión anual del trabajador será el resultado de dividir el saldo de su cuenta virtual entre la esperanza de vida que se le estime al retirarse.

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"Para mí es mejor que los sistemas de reparto de prestación definida, entre los que se encuentra el español, que tiene muchas inequidades, es poco transparente, poco eficiente y genera pocos incentivos para cotizar más", argumenta Devesa.

Un sistema de cuatro niveles

El sistema sueco obligatorio se basa en tres niveles, uno no contributivo y dos contributivos. Se complementa con un cuarto nivel que es la pensión del sistema de empleo cuasi obligatoria, en la que participan la mayoría de los trabajadores suecos.

El primero es el Garantipension. Se trata de un nivel no contributivo, destinado a trabajadores que no han cotizado lo suficiente o que acceden a una pensión cuya cuantía es inferior a un determinado límite.

Se financia vía impuestos y la pensión se puede cobrar a partir de los 65 años, a diferencia de la contributiva que se puede percibir a partir de los 62 años.

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Inkonstpension: una pensión de reparto

El Inkonstpension se financia mediante cotizaciones de los empleadores y los trabajadores y consiste en una pensión de reparto basada en un modelo de aportación definida de cuentas nocionales.

Las cotizaciones financian las actuales pensiones y un importe igual a esas aportaciones es asignado a la cuenta individual virtual del trabajador.

Se revalorizan anualmente en función del crecimiento medio de los salarios, aunque con un mecanismo de ajuste automático: se reduce el tipo de revalorización si se estima que los ingresos del sistema serán inferiores a las prestaciones, para garantizar así su sostenibilidad.

Premiepension: un sistema de capitalización

El Premiepension es un sistema de capitalización individual, que también se financia con contribuciones de empresas y trabajadores, con el 2,5 por ciento del salario ‘pensionable’.

Cada trabajador elige, entre diferentes opciones de fondos de pensiones gestionados por entidades privadas, donde se invierten las aportaciones a su favor.

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En el caso de aquellos trabajadores que no elijan un fondo, sus aportaciones se invertirán por defecto en un fondo mixto de ciclo de vida que invierte en bonos y en acciones nacionales e internacionales.

Sumando las cotizaciones de las dos pensiones contributivas, la Inkonstpension y la Premiepension, el tipo total de cotización asciende a un 18,5 por ciento, de ella el trabajador aporta un 7 por ciento.

Sistema de empleo

El cuarto nivel es la pensión del sistema de empleo cuasi-obligatoria. Se estima que los planes de pensiones de empresa cubren a más del 90 por ciento de los trabajadores suecos.

Además, estos pueden ahorrar a título individual para complementar su pensión a través de planes de pensiones o seguros de ahorro individuales ofrecidos por bancos y compañías de seguro.

"La fortaleza y robustez de estos niveles hace que la tasa de sustitución en Suecia -porcentaje que supone la pensión de jubilación sobre el último sueldo percibido en la etapa laboral- sea de las más altas del mundo, por encima de la española, pero, además, con máximas garantías para hacer frente al pago de las pensiones", reconoce Miguel Ángel Menéndez.

A los suecos sí les llega el sobre naranja

Otra de las ventajas del sistema sueco es que los trabajadores están en todo momento informados del montante acumulado para su jubilación.

Todos los años la Administración les envía un sobre naranja que les informa sobre el valor actualizado de los derechos acumulados en los sistemas contributivos Inkonstpension y Premiepension.

"Esto les ayuda a tomar importantes decisiones relacionadas con su jubilación como, adelantarla, retrasarla o llevar a cabo un ahorro complementario", señalan fuentes de BBVA.

Una iniciativa similar iba a implantarse en España cuando Mariano Rajoy se comprometió a enviar en 2014 a los futuros jubilados una carta naranja con información sobre la pensión que iban a recibir en función de lo cotizado a la Seguridad Social. Carta que aún no ha llegado al buzón de los españoles.

Seguridad Social y jubilados, los grandes beneficiados

La implantación en España de un modelo de pensiones similar al sueco beneficiaría al sistema y a los futuros jubilados, reconocen los expertos.

"Lo ideal sería que pasáramos a un modelo similar, pero, si no es así, por lo menos habría que ir hacia uno de cuentas nocionales, con un periodo transitorio no muy largo", propone Devesa.

Cree que es factible aplicarlo en España, ya que se trata de "una decisión política. Técnicamente está analizado, tenemos la experiencia de otros países y no presentaría problemas importantes.

Isabel Casares, secretaria general de la Organización de Consultores de Pensiones (Ocopen), no lo ve tan sencillo por el momento: "La adaptación de un modelo como este en el sistema público de pensiones de España es casi imposible actualmente, pero abarcando el segundo pilar de previsión social complementaria empresarial nos acercaríamos a él".

También Miguel Ángel Menéndez cree que sería muy eficaz replicarlo, sobre todo incrementar el segundo y el tercer pilar de la previsión social: los planes de pensiones de empleo e individuales.

"El empresarial parece que se va a impulsar con la reforma de las pensiones y la obligatoriedad, en la negociación colectiva, de la implantación de planes de pensiones en las empresas. Sin embargo, el individual lo han eliminado al reducir a 1.500 euros la aportación máxima a este tipo de planes".

Por otro lado, cree que sería aconsejable reducir el déficit sistemático de nuestro sistema de pensiones "manteniendo el sistema de reparto, pero a través de las cuentas nocionales, de manera que se considere la esperanza de vida a la hora de calcular la pensión".

Estas reformas deberían hacerse, a su juicio, de forma "gradual y progresiva, comenzando con los nuevos cotizantes para no romper la base de los actuales".

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