Banco Santander. Las cinco razones que explican el rally más allá de la vacuna

El Santander se anotó un 57% en noviembre pero hay más factores que explican el rally aparte de las vacunas

Las acciones del Banco de Santander se anotaron un rebote en noviembre del 57%, un fulgurante rally alcista que permitió al banco recuperar más de la mitad de la caída marcada en marzo, tras estallar la crisis del coronavirus.

El optimismo que desataron Pfizer y Moderna con las informaciones sobre la efectividad de sus vacunas  dio alas a un inesperado rally de fin de año y permitió al banco cotizar ya por encima de los 2,4 euros, el precio objetivo de consenso según Bloomberg.

El banco, que se acaba de reforzar con activos de Wirecard, tiene las señales alcistas parpadeando. Ahora, los inversores tratan de mirar más allá de las vacunas y se preguntan por los factores adicionales que colocaron a uno de los gigantes de la bolsa española en la senda de la rentabilidad.

1.- Los efectos colaterales

Son todas las consecuencias positivas que traerá la vacuna, más allá de lo que supone controlar el virus en términos sanitarios. Se trata de “efectos colaterales” que ayudan, dice Nuria Álvarez, analista de Renta 4 Banco, en relación a la mejora de las proyecciones macro que traerán las vacunas.

Es decir, “las entidades tienen algo más de visibilidad económica y menos riesgo de morosidad, porque parece que la economía se va a recuperar antes”, añade Nagore Díaz, analista de Norbolsa.  

En el fondo, lo que está descontando el rally es una mejora en las perspectivas de morosidad. En otras plabras, como están todos los programas públicos en marcha, aunque entre morosidad en los bancos, será de forma más escalonada.

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2.- El tirón de los emergentes

El triunfo de Joe Biden en las elecciones de los Estados Unidos supuso un fuerte impulso para los mercados emergentes por la vía de las expectativas.

De entrada, implicó una inmediata debilidad del dólar, en respuesta a las políticas fiscales expansivas que aplicará el presidente electo y a los mayores estímulos monetarios que se esperan por parte de la Fed, con Powell al mando tras la llegada de Biden. Y se espera que la tendencia siga en los próximos meses.

Al ser el billete verde la divisa con la que se financian estos países, no puede ser más positivo para los países emergentes y para las compañías con negocios en ellos, como es el caso del Santander en Brasil.

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Una balsa de aceite gracias al efecto divisa

El efecto divisa que tanto daño hizo en el confinamiento, será ahora un importante catalizador alcista. “Les ayuda mucho, puede ser una balsa de aceite llegados a este punto para los bancos europeos, ya que los tipos de interés están mucho más altos en los países emergentes”, dice Díaz.

Es más, la mejora del mundo emergente aporta mucho en una situación razonable a nivel económico, porque por tipos de interés, los bancos vas a sacar el ‘spread’ que no logras en Europa.

3.- La vuelta de los dividendos

Si hay algo importante para las empresas cotizadas es poder remunerar a sus accionistas. Con el estallido de la pandemia, los bancos perdieron esta posibilidad pero el BCE está a punto de levantar el veto, una noticia positiva que todavía no está descontada, dicen en Goldman Sachs.

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Se trata de un catalizador común para todos los bancos. Pero al final, “muchos inversores se están posicionando en el sector financiero por la rentabilidad por dividendo, que pueda compensar la subida del riesgo”, dice Álvarez.

En definitiva, se trata de un factor que aporta más visibilidad a las políticas de dividendo, respecto a otras compañías que tienen los pagos cancelados. De hecho, el Santander fue el primer gran banco europeo que anunció a finales de octubre su intención de retomar el pago de dividendos. 

Las recompras de acciones entran en juego

Incluso aunque el BCE no levante el veto la próxima semana, sería un problema menor, ya que como recuerda Díaz, más pronto o más tarde  “el sector va a pagar dividendos el año que viene”.

Igualmente, la experta de Norbolsa apunta al efecto positivo no solo de los dividendos sino también al de las recompras de acciones en las que se pueden embarcar muchos bancos. Incluso pueden hacerlo antes de que el regulador de el visto bueno a los dividendos.

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4.- La mejora de las perspectivas del negocio

En medio de este entorno de recuperación, el Santander “ha mejorado algunas de sus guías y tal y como está evolucionando, los resultados del cuarto trimestre van a ser positivos”, apunta Nuria Álvarez.

Por un lado, sigue mejorando los niveles de capital y también las perspectivas. Además, hay una menor presión por el tema de las dotaciones a provisiones.

En concreto, en el coste del riesgo tenía una guía de entre 140 y 150 puntos básicos pero ahora el banco espera cerrar el año en torno a los 130 puntos. Cuanto más bajen estos puntos, menos necesidades de provisiones tiene la entidad. Es una reducción importante que se está poniendo en precio.

Igualmente, el banco ha dicho que espera conseguir un RoTe (rentabilidad sobre activos tangibles) para 2021 en línea con su coste de capital, que estará en torno al 10%. “Si haces los cálculos, esto supone para el año que viene un beneficio neto en torno a los 6.000 millones de euros”, explica Nuria Álvarez.

5.- El factor corporativo

Finalmente, los inversores han respirado cuando han visto que el Santander cumplió su palabra y no se ha metido en ninguna operación corporativa, especialmente tras el colapso de las conversaciones entre el Sabadell y el BBVA.

Liberado de esta presión que si tuvo el banco vasco, la cotización del Santander tuvo menos ataduras para recuperar el terreno perdido.

Es más, la presidenta del Santander, Ana Botín, acaba de reiterar que el banco no tiene ninguna intención de meterse en operaciones corporativas, recordando igualmente que la entidad no venderá su negocio en los Estados Unidos, como hizo el BBVA.

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