El efecto mariposa de la subida de la inflación en los Estados Unidos

El alarmante aumento del IPC en EEUU tiñe de rojo las bolsas y para protegerse de ella los analistas recomiendan bonos vinculados a la inflación y acciones de materias primas

«El aleteo de las alas de una mariposa se puede sentir al otro lado del mundo». Este proverbio chino es aplicable a las consecuencias que ha tenido en los mercados internacionales la elevada subida del IPC en los Estados Unidos en el mes de abril.

El Índice de Precios al Consumo subió un 0,8% hasta situar la inflación interanual en el 4,2%, muy alejado del 3,6% previsto por los analistas. Se trata de la tasa más alta registrada en los últimos trece años.

Este repunte de los precios alarma en los mercados, ya que muchos consideran que es el inicio de un preocupante despegue de la inflación en Estados Unidos que puede desatar consecuencias negativas en otras economías.

Sus efectos ya se han dejado notar en los mercados. El miércoles, Wall Street sufrió fuertes desplomes tras conocerse el dato de la inflación y ayer jueves los mercados asiáticos cayeron a mínimos de siete semanas, mientras Europa cotizó con sus principales selectivos en rojo.

Causas de la inflación

Los analistas achacan la subida de los precios a los estímulos de la Fed y al aumento del consumo generado después de levantarse las restricciones provocadas por la pandemia.

La pregunta que surge ahora es si esta subida es temporal o ha llegado para quedarse. Jerome Powell, presidente de la Fed, considera que será de carácter transitorio, por lo que ha decidido, por el momento, no subir los tipos de interés, que ahora están en el 0% y a medida que avance el año llegarán al 0,25%.

No obstante, los expertos están convencidos de que, si la inflación sigue subiendo, Powell se verá obligado a endurecer su política monetaria antes de lo previsto, lo que repercutirá en los activos.

Impacto en los mercados

Las primeras consecuencias del repunte del IPC estadounidense las ha padecido la renta variable, pero no será la única.

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"El aumento de la inflación elevará los rendimientos de los bonos a largo plazo y va a acelerar la rotación desde el encarecido sector tecnológico hacia segmentos cíclicos y de valor, como los financieros, los industriales y las materias primas", asegura Ben Laidler, estratega de mercados globales de eToro.

En el caso de las commodities estos cambios ya han empezado, pero irán a más. Sus precios han despegado hasta marcar máximos.

En el primer trimestre del año, el precio del barril de Brent se revalorizó más del 27%, que alcanzó el 28% en el de West Texas y ya ronda el 30%; el aluminio lo hizo un 21% y el cobre, un 25%, y ya está en máximos históricos impulsado por el aumento en la fabricación de coches eléctricos, las energías renovables y la demanda de China.

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Con las materias primas agrícolas ocurre lo mismo, el maíz ha escalado un 47% y la soja, un 21%.

"Existen fricciones en la oferta de materias primas, lo que está provocando un aumento significativo de los precios que probablemente no se reducirá a corto plazo", señala Chris Iggo, CIO core invesments de AXA IM.

Considera probable que los precios elevados persistan durante un par de trimestres, "hasta que aumente la oferta".

Volatilidad

Otra de las repercusiones de la inflación será una mayor volatilidad, sobre todo después de las ganancias que la renta variable ha tenido este año.

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Por ello, los inversores podrían buscar refugio en el dólar estadounidense, que se vería muy beneficiado de una subida de tipos de interés por parte de la Fed.

Otros activos que según Olivier de Berranger, director general y CIO de La Financiére de L´Echiquier, están "vacunados" contra la inflación y que pueden aportar rentabilidad a las carteras son los bonos vinculados a la inflación, los bienes raíces y las acciones de materias primas.

Por su parte, Chris Iggo, recomienda "sobreponderar la renta variable y el crédito”.

Respecto a cuánto más podrían subir los precios, Bruno Cavalier, economista jefe de Oddo BHF, señala que "las expectativas de inflación a medio y largo plazo aumentan, pero sin salir de la zona de confort de los bancos centrales".

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