¿Se frenarán los estímulos tras el buen dato de empleo en Estados Unidos?

El buen dato de empleo, que mostró una creación de 2,5 millones de puestos de trabajo en los Estados Unidos, podría hacer que los políticos se piensen dos veces los nuevos estímulos

La reapertura de las grandes economías a medida que se ralentiza la tasa de contagios por el coronavirus impulsará la actividad económica pero la recuperación podría ser mucho más intensa de lo esperado.

Así lo reflejó el dato de empleo de este viernes en los Estados Unidos, que mostró una creación de 2,5 millones de puestos de trabajo, cuando los analistas esperaban la destrucción de hasta 8 millones.

Si hay un dato que define al mercado laboral estadounidense es la flexibilidad. Ello quiere decir que los empleos se destruyen muy rápido en las crisis, pero se recuperan con tanta o mayor velocidad en las expansiones.

Ya venían avisando las bolsas de que esto podría ser así. El S&P500 acaba de marcar la mayor racha alcista de 50 días en nueve décadas, y el Nasdaq supera los niveles previos a la crisis y vuelve a estar en máximos históricos.

Miedo a que los políticos se relajen

El problema es que el avance de las bolsas podría meter a políticos y banqueros centrales en una especie de letargo, eliminado la urgencia de acometer mayores estímulos, lo que es especialmente peligroso pues el paro en Estados Unidos aún está en el 13%.

"El mercado ha dependido de la llegada de otro paquete de estímulo", dice Kathy Jones, estratega jefe de renta fija del Centro Schwab de Investigación Financiera.

Si los mercados funcionan bien y continúan mejorando, el riesgo es que el Congreso decida no hacer más, o al menos no aprobar tantas ayudas como los inversores han descontado.

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Las bolsas, por ahora, han pasado de puntillas por estos temores. En la primera semana de junio, el S&P500 se anotó ganancias del 5% y está a 200 puntos de alcanzar los niveles previos al estallido de la pandemia, y un 1% de entrar en beneficios anuales.

Nicholas Colas, gestor de DataTrek Research, ve este objetivo posible e incluso plantea que el índice más escrutado de los Estados Unidos alcance los 3.430 puntos. Para eso, no obstante, cree que los sectores más sensibles, como industriales o financiero, tendrán que tirar del carro.

La Fed, en el punto de mira

Pero un mercado demasiado robusto podría hacer que los políticos se piensen las cosas dos veces. En especial Donald Trump, que siempre ha utilizado al Dow Jones como arma electoral y barómetro de su éxito, sobre todo en la guerra comercial.

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Tampoco se puede excluir que la Fed levante el pie del acelerador. De hecho, algunos observadores de la economía estadounidense dejan caer que el mercado es casi como un tercer mandato, junto con el empleo y la estabilidad de precios.

Esta semana, el banco central estadounidense celebra su reunión de polítca monetaria. Se espera que mantenga sin cambios los tipos, lo mismo que el programa de estímulos, aunque el mercado también querrá ver la disposición a aprobar más ayudas.

Razones para los bajistas 

En opinión de Peter Tchir, jefe de estrategia macro de Academy Securities, la preocupación ahora es que el gobierno pierda el interés en aprobar más estímulos en presencia de un mercado bursátil al alza.

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Por eso, este experto, que predijo el rally desde los mínimos de marzo, confiesa que ahora mismo es bajista.

"Existe una relación inversa entre el nivel del S&P 500 y la voluntad de los responsables de las políticas de unirse para llegar a algún tipo de solución", dice Willie Delwiche, estratega de inversiones de Baird.

"Si el mercado se mantiene al alza, las posibilidades de acuerdos en el Congreso este año probablemente disminuyan y se acerquen a cero", añade este experto.

Quinta ronda de estímulos

Por ahora, los republicanos no han dado señales de que el reciente rally de las bolsas sea una razón suficiente para retrasar los estímulos.

Y las discusiones sobre la quinta ronda de ayudas siguen en pie, aunque la cantidad que se maneja, un billón de dólares, es menor que la que se había planteado anteriormente.

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Mucho de lo que sucederá dependerá de los datos adelantados de actividad correspondientes a junio y julio, que se publicarán en los próximos días. Si estas cifras salen pero de lo esperado, con las economías ya abiertas, podrían hacer que las bolsas se giren a la baja.

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