Por qué la inflación no volverá a los niveles previos a la crisis

Los bancos centrales insisten en que el repunte de los precios es temporal, pero la prolongación de la inflación en el tiempo comienza a preocupar a los expertos

“El repunte de la inflación es temporal” es el mantra al que vienen aferrándose los bancos centrales durante todo este año para contener la preocupación creciente de los inversores y evitar tomar medidas contra la subida de los precios (dado que podrían frenar la recuperación).

Si bien, los meses pasan y el fenómeno está lejos de contenerse, como pudo observarse en los datos de septiembre publicados este miércoles, según los cuales la inflación se disparó en España hasta el cuatro por ciento interanual, siete décimas más que en agosto y la tasa más alta en trece años (desde septiembre de 2008). ¿Cuánto tiempo se considera “temporal”?, cabría preguntarse en este contexto.

La prolongación del fenómeno inflacionista comienza a preocupar a los expertos

A comienzos de año, la mayoría de expertos e inversores institucionales coincidían con este diagnóstico de los bancos centrales. Básicamente, pensaban que los principales responsables de la situación, como el efecto base (la comparación con los deprimidos precios de la pandemia), los cuellos de botella y la escasez de suministros, eran transitorios.

Pero lo cierto es que las dudas comienzan a proliferar entre ellos, como pudo apreciarse en la mesa sobre economía española organizada en CIO Summit, esta semana.

“La inflación es una amenaza real. Desde ya está afectando a la recuperación económica en el sentido de que muchas familias pierden capacidad de compra. Estamos hablando de una inflación que, según nuestro modelo, estará en torno al 4 por ciento o por encima en los próximos meses frente a unos salarios que crecen un 1,5 por ciento. Por lo tanto, es una pérdida de poder adquisitivo. Y también para las empresas es una mordida”, explicó Raymond Torres, director de coyuntura de Funcas.

“Yo creo que hay mucho de temporal pero el problema es que lo temporal se haga permanente”, advirtió también Rosa Duce, economista jefe de Deutsche Bank.

Efectos de segunda ronda en la inflación

Por eso, monitorizar bien la situación va a ser muy importante de cara a los próximos meses, a juicio de Torres. “La clave está en si ese repunte de los precios, que por ahora es transitorio y que tiene que ver con el ciclo de las materias primas, tiene efectos de segunda ronda en otros precios y los salarios. Por ejemplo, si las empresas empiezan a ajustar sus tarifas de venta, entonces estamos hablando de un proceso de inflación y eso lo estamos viendo ya en algunos países como en los Estados Unidos”, apuntó este experto.

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Duce estuvo de acuerdo: “Todo eso que es temporal se puede trasladar a la economía si provoca que suban los precios o los salarios. Y eso tiene un peligro y es que los bancos centrales pongan freno a las medidas de expansión monetaria. Porque, si se frenan, nos metemos en un problema mucho más grave”.

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Duce se refería, en concreto, al riesgo que supondría para la recuperación económica global una retirada temprana de las medidas monetarias que han evitado un daño mayor a la economía durante la crisis del Covid-19.

La inflación preocupa a los bancos centrales

“Los bancos centrales son la clave y lo han sido desde hace 11 años, desde la crisis financiera. Ante la disyuntiva a la que se enfrentan (tomar medidas para frenar la inflación o no), han dicho que están dispuestos a tolerar una inflación por encima del objetivo siempre que sea transitoria porque están apostando por la recuperación".

"Y ese es el mensaje que tiene que calar. Porque si nos encontramos un escenario en el que los bancos centrales no son creíbles, tendríamos un problema. Porque, al final, no solo España sino todos los países tienen muchísima deuda. Por eso, el BCE tiene un papel muy complicado en los próximos meses”, añadió esta experta.

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¿Regresará la inflación a los niveles previos a la pandemia?

En este contexto, ambos expertos consideraron que es improbable que la inflación regrese a los niveles tan deprimidos que se dieron antes de la pandemia.

Esto es así porque algunos factores deflacionistas que provocaron esta situación antes de la irrupción del Covid-19 están perdiendo fuelle.

El principal de ellos es la globalización, que va a menos ante las guerras comerciales y la renacionalización de las cadenas de suministro tras el coronavirus.

“El papel de China e India que, de alguna manera, han mantenido márgenes muy reducidos y precios muy contenidos durante al menos dos decenios está cambiando”, apunta Torres. En China, por ejemplo, la presión del Gobierno por incrementar la prosperidad común se traducirá probablemente en mayores salarios y precios más altos, que se exportarán al resto del mundo.

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Por eso, “volver a niveles de inflación tan bajos como antes de la pandemia va a ser complicado. Va a llegar un momento en el que la mejora tecnológica ya no va a provocar tanta bajada de precios. Por poner un ejemplo, la versión 13 del iPhone es ya muy parecida a la 12”, añadió Duce.

Hacia una estabilización de los precios

En todo caso, tanto Torres como Duce explicaron que otros factores que contienen los precios sí se están manteniendo, como los salarios en los países occidentales, por lo que es de esperar una moderación en el repunte de la inflación.

“Esperamos volver a una estabilización de la inflación. La clave es si se estabilizará en el 0 por ciento, en el 1 por ciento o el 2. Tiene pinta de que se va a quedar más cerca del 2, que es el objetivo de los bancos centrales. No estaría mal. Lo que no tendría lógica es el cero y pico de antes de la pandemia”, apostilló Duce.

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