Multibanco: el sistema bancario que "forma parte" de la cultura portuguesa

Es difícil pasear por cualquier calle en Portugal y no encontrarse con un cajero automático "Multibanco", una de las peculiaridades[…]

Es difícil pasear por cualquier calle en Portugal y no encontrarse con un cajero automático "Multibanco", una de las peculiaridades del sistema bancario luso, que ha pasado a "formar parte" de la cotidianeidad y cultura de sus ciudadanos.

Así lo asegura, en una entrevista a Efe, Maria Antónia Saldanha, Directora de Comunicación y Marca de SIBS, empresa creadora y desarrolladora de este sistema.

"Cuando ves un programa extranjero en televisión y hablan de un cajero automático (ATM), lo subtitulan como 'Multibanco' y en las noticias también los llaman así", añade.

Saldanha argumenta que hace tiempo que este sistema dejó de ser un nombre simplemente comercial: "Cuando se pasa de marca a sustantivo, es señal de que formas parte de la vida de las personas", insiste.

La principal característica del Multibanco es que sus usuarios pueden realizar todas sus transacciones habituales -incluyendo reintegros- en los cajeros sin ninguna comisión, independientemente del banco en el que tengan la cuenta.

Con 20 millones de tarjetas (para poco más de 10 millones de portugueses), Saldanha mantiene que no existe "ninguna red europea con tantos servicios integrados" para tal número de usuarios.

Solo en el tercer trimestre de este año, Multibanco generó movimientos por valor de más de 16.000 millones de euros en los 11.860 cajeros automáticos en activo repartidos por toda Portugal.

Este sistema nació como respuesta a la nacionalización de los bancos portugueses y con el objetivo de crear una cooperativa financiera que reuniese los servicios de todos sus miembros y que recibiría el nombre de Sociedad Interbancaria de Servicios, precursora de la actual SIBS.

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En esta cooperativa, los bancos tienen una "doble vertiente": son accionistas con la eficiencia como premisa principal, a la par que clientes "que están en competencia entre ellos y se disputan la fidelización de sus clientes y conseguir nuevos", aclara Saldanha.

Pero es una competencia en terreno neutral: "no tenía sentido que cada banco individualmente invirtiera en una estructura para realizar pagos, puesto que era un esfuerzo financiero muy grande", apunta como principal argumento para el nacimiento del Multibanco.

Sacar o ingresar dinero, hacer transferencias interbancarias o pagar facturas son algunas de las funcionalidades de estos cajeros pioneros en Portugal, pero que ya se han replicado en otros países.

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De hecho, los portugueses pueden pagar recibos en cajeros desde 1989, recargar teléfonos móviles desde 1997 y tener tarjetas exclusivamente para pagos 'online' desde 2001 gracias al Multibanco.

Según Saldanha, los lusos adoptan las nuevas tecnologías "con mucha facilidad", especialmente cuando son novedades "rápidas y sencillas de usar", lo que permite mantener "el ritmo de innovación" en SIBS.

La novedad ahora es el pago mediante NFC ("Near Field Communication", comunicación de campo cercano), que permite a los usuarios que tengan descargada la aplicación de Multibanco pagar sus compras simplemente acercando el móvil al terminal de pago, sin ni siquiera tener que abrir dicha 'app'.

"El objetivo original de SIBS era erradicar las monedas y billetes y seguimos queriendo cumplirlo, para cambiar los pagos físicos por pagos digitales", indicó Saldanha sobre el NFC, que ya está disponible para terminales Android y llegará a Apple en 2018.

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Aunque opina que el país está "tecnológicamente preparado" para acabar con el pago material, se muestra cauta: "hay muchos locales en que al comerciante no le conviene tener un terminal de pago automático y otros que directamente ni lo usan", apunta.

SIBS ha colaborado en proyectos para los sistemas financieros de Malta, Polonia, Nigeria o Mozambique, y ha creado el "Multicaixa", una adaptación del Multibanco para Angola.

Sin embargo, Saldanha admite que replicar el concepto en su totalidad fuera de Portugal es prácticamente imposible porque no existe una "cultura colaborativa" en los sistemas bancarios.

Considera que sería especialmente difícil en Europa: "la SEPA (la Zona Única de Pagos en Euros) prioriza armonizar las economías europeas a escoger un sistema de pago, además de que cada país es diferente, desarrollado y adaptado a su manera" recalca.

"La función principal de la SEPA es convertir todos los sistemas al estándar, y eso es algo arriesgado, porque te lleva a la media. Nosotros no queremos medias", sentencia.

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