Google, la apuesta de moda en inteligencia artificial
Los analistas considerna que Google ha despertado a tiempo para plantar cara a Open AI y valoran las posibilidades de su cadena de valor integrada
En el cambiante ecosistema de la inteligencia artificial (IA), las modas son tan efímeras como las innovaciones, y es precisamente lo que quiere aprovechar Google, el gigante tecnológico que está en boca de todos los analistas.
“Me pregunto si Google no está empezando a convertirse en la apuesta de moda en inteligencia artificial”, reflexiona Michael Brown, estratega en Pepperstone.
La reflexión de este experto tiene que ver con distintos desarrollos en los que el buscador más famoso del mundo está pisado el acelerador, empezando por Gemini 3, la nueva generación de su modelo de inteligencia artificial, que “ha sido recibido de manera excepcional”, apunta Brown.
Se trata de un modelo diseñado para competir con el ChatGPT de Open AI, capaz de entender y generar texto, imágenes, audio, video y código, de manera que pueda integrarse completamente en los productos de Google, como el buscador, Youtube, Workspace o Android.
Google tranquiliza a los inversores
Desde que Open AI lanzara ChatGPT hace tres años, uno de los temores recurrentes del mercado es que Google pudiera quedarse atrás en la carrera de la inteligencia artificial, una posibilidad que ahora está completamente descartada.
El estreno de Gemini 3 Gemini 3 recibió elogios inmediatos por sus capacidades de razonamiento y programación, así como por su desempeño en tareas especializadas que suelen poner en aprietos a los chatbots de IA.
Además, el negocio en la nube del buscador, que se había quedado rezagado, crece a buen ritmo, gracias en parte a la carrera global por desarrollar servicios de IA y a la demanda de capacidad de computación.
“Google ha sido probablemente el caballo negro en esta carrera de la IA”, dijo a Bloomberg Neil Shah, analista y cofundador de Counterpoint Research. “Es un gigante dormido que ahora está completamente despierto”.
Venta de microprocesadores
En opinión de Brown, Google es una cotizada que conviene tener en el radar de cara a 2026, sobre todo ahora que ha comenzado a vender sus propios microprocesadores.
Esta misma semana trascendió la noticia de que Meta, la matriz de Facebook, planea usar los chips personalizados de Google en sus centros de datos en 2027.
Los analistas interpretaron esta noticia como una señal de éxito para Google. “Muchos han fracasado en su intento por construir chips personalizados, pero Google puede añadir claramente una nueva cuerda a su arco”, escribió Ben Barringer, jefe de investigación tecnológica en Quilter Cheviot.
Pelea por el dominio de la inteligencia artificial
Lo cierto es que este despertar de Google tiene mucho que ver con la irrupción de ChatGPT, y más tarde con la del modelo chino DeepSeek, vistos como la primera gran amenaza real para el buscador en muchos años.
La ventaja con la que cuenta el gigante estadounidense es que tiene una base de datos masiva para entrenar a sus modelos de inteligencia artificial, además de su propia estructura de computación, algo con lo que no cuenta Open AI.
Además, otra ventaja de Google es que opera la cadena de valor completa. Es decir, crea las aplicaciones de inteligencia artificial que utilizan sus usuarios, su propio generador de imágenes (Nano Banana), los modelos de software, la arquitectura de computación en la nube y los microprocesadores que sustentan todo.
Google cotiza barato respecto a sus comparables
“Todos usamos Google de todos modos, así que utilizar su producto de IA será lo más natural”, reflexiona Brown.
Para este experto, la ventaja ahora mismo de cara a los inversores es que las acciones del buscador cotizan relativamente baratas en comparación con otros “hiperescaladores”, es decir, compañías como Amazon o Microsoft capaces de ofrecer tecnología de inteligencia artificial a escala masiva.
La gran ventaja, como explican los analistas del bróker Needham en un informe visto por finanzas.com, es que Google opera lo que se conoce en el argot como “pila tecnológica completa”.
Es decir, controla todas las capas de la cadena de valor de la IA generativa, desde los chips hasta la infraestructura, pasando por los modelos como Gemini 3 y la distribución al consumidor a través de Search, Android, YouTube y Workspace.
Esta integración “reduce los costes unitarios, acelera el entrenamiento y permite que Google lance mejoras instantáneamente para miles de millones de usuarios, lo que maximiza el poder de fijación de precios”, concluye Needham.
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