Fintegration: así se relacionan las fintech y los bancos

La mayoría de grandes bancos (españoles y extranjeros) están activamente involucrados en el ecosistema fintech, a través de inversiones y compras. Esta estrategia es una vía para acelerar el proceso de transformación digital de las entidades

El fintech fue percibido en su nacimiento como un fenómeno destinado a desestabilizar al sector bancario tradicional mediante servicios financieros disruptivos y desintermediación. Sin embargo, la relación entre las start ups fintech y las entidades ha ido (en muchos casos) por otros derroteros de manera que algunos expertos ya hablan de «fintegration», en referencia a la estrategia de compras e inversiones en start ups protagonizada por los bancos para acelerar su transformación digital a través de la adquisición de tecnología, capacidades y talento. 

Así lo explicaba Yolande Piazza, directora de operaciones de Citi Fintech: «Los grandes bancos tienen relaciones estables con los clientes y experiencia en la gestión del riesgo, aspectos que fallan en muchas start ups. Por su parte, muchas fintech han simplificado las experiencias de usuario. Al combinar nuestras fortalezas, podemos asociarnos para ofrecer productos innovadores más rápidamente que nunca y a muchos más clientes».

En el mismo sentido se pronunciaba Santander en un informe sobre el tema: «Muchas fintech han resultado un éxito pero, aun así, siguen siendo marginales. Para contribuir a provocar mejoras más decisivas en la industria financiera, se las debe invitar a entrar y ayudar a reinventar los procesos e infraestructura que están en el corazón de la banca. Eso solo puede lograrse mediante un esfuerzo colaborativo, en el que fintech y los bancos trabajen como compañeros».

Y es que, en España, el compromiso de las grandes entidades con el fenómeno de la «fintegration» existe desde hace años. BBVA, por ejemplo, es uno de los bancos más activos, siendo su última adquisición la de Openpay, una startup mexicana de pagos online, en diciembre pasado. 

Pero ésta no ha sido la única compra de BBVA. Antes que eso, se hizo con la startup finlandesa Holvi (un servicio bancario online para empresas), en 2016; y completó la compra de Spring Studio, una firma de diseño estadounidense líder en experiencia de usuario. Asimismo, en 2015 adquirió una participación estratégica del 29,5 por ciento en Atom, el primer banco exclusivamente móvil de Reino Unido; y, en 2014, adquirió Madiva Soluciones (una start up especializada en «big data») y Simple, un banco móvil que, según BBVA, «ha cambiado la forma en que las personas gestionan su dinero en Estados Unidos». 

Más allá de estos proyectos concretos, BBVA tiene un acuerdo con Propel mediante el cual la firma de capital riesgo gestiona inversiones de BBVA por 250 millones de euros en las mejores start ups de servicios financieros digitales.

Pero, ¿cuál es el objetivo de BBVA con todas estas operaciones? El propio Francisco González, presidente de la entidad, lo ha explicado: «Empezamos en el año 2011 a comprar pequeñas participaciones o compañías en el mundo de las start ups, que ya forman parte de nuestro ecosistema. Son opciones que nos alimentan y que nos enriquecen, y nosotros enriquecemos a esas compañías».

Un ejemplo de esta colaboración es la herramienta BBVA Valora (que permite conocer el precio aproximado de compraventa de una vivienda), en cuya elaboración ha colaborado la empresa de «big data» Madiva.

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Pero BBVA no es el único banco español que tiene esta estrategia. Su principal competencia cuenta con el fondo de capital emprendedor Santander InnoVentures, dotado con 200 millones de dólares, que en noviembre de 2016 anunció una inversión en PayKey, una startup que permite hacer pagos a través de WhatsApp, Facebook Messenger o Twitter. Asimismo, el fondo invirtió en diciembre en Tradeshift, una plataforma para empresas especializada en logística, servicios administrativos y financieros. Aunque una inversión más relevante que éstas fue la de Kabbage en 2016, que permitió a Santander UK lanzar un servicio para pymes.

Por su parte, la banca mediana también está remando en este sentido, intentando no quedarse atrás. Bankia, por ejemplo, ha centrado sus esfuerzos en colaborar con el ecosistema de emprendedores a través de proyectos de aceleración e incubación como Bankia Fintech by Innsomnia, ubicada en Valencia; o Bankia Accelerator by Conector.

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