Diez errores que penalizan el ahorro para la jubilación

Los principales errores están vinculados a asociar el ahorro a un solo producto o ser conservadores a largo plazo

Las dudas sobre la viabilidad del sistema público de pensiones continúan. Las 21 recomendaciones acordadas por el Pacto de Toledo para hacer sostenible el sistema y que servirán de hoja de ruta en la próxima reforma de las pensiones se han quedado cortas.

Por ello, ahorrar para la jubilación se hace ahora más necesario que nunca si los actuales trabajadores pretenden no perder poder adquisitivo en su etapa de retiro. Para conseguirlo tienen que evitar cometer 10 errores.

Preocuparse y no ocuparse

Esta es una de las principales equivocaciones de los españoles. Aunque a la mayoría les preocupa la jubilación, pocos dan un paso más allá.

“Nos preocupamos, pero solemos dejar esa preocupación para el día de mañana. Además, aunque la gran mayoría pensamos que al jubilarnos la pensión pública que recibiremos de la Seguridad Social será menor que la actual, confiamos demasiado en el sistema público y no pensamos en el ahorro privado”, apuntan desde  Abante.

Para Isabel Casares, secretaria general de la Organización de Consultores de Pensiones (OCOPEN), “pensar que la pensión pública de jubilación va a ser suficiente para mantener el nivel adquisitivo que teníamos antes de jubilarnos es un error”.

Por ello considera “fundamental que los trabajadores planifiquen sus necesidades futuras y en función de ellas calculen qué ahorro se necesita acumular a largo plazo para mantener la calidad de vida en la etapa en que menos dinero se ingresa”.

Recomienda empezar a ahorrar para el retiro “desde el momento en que comenzamos la actividad laboral y recibimos ingresos, de tal forma que tengamos tiempo para complementar la pensión pública. Cuánto más retrasemos el ahorro menos beneficios vamos a obtener de él”.

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Falta cultura financiera.

Los escasos conocimientos financieros de los españoles les llevan a no comprender cuáles son las consecuencias futuras de sus decisiones económicas.

Esto se pone de manifiesto en que el producto financiero por excelencia de los españoles son los depósitos. “No somos conscientes de que si dejamos nuestro dinero inmóvil lo único que vamos a conseguir es perder poder adquisitivo con el paso de los años”, señalan desde Abante.

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Dejarse llevar por las experiencias ajenas

La falta de conocimientos financieros hace que muchos diseñen sus ahorros destinados para la jubilación como lo han hecho sus padres.

Craso error cuando el escenario ha cambiado. El incremento de la esperanza de vida hará que los actuales trabajadores vivan más años, lo que supone un aumento considerable de los gastos. Van a necesitar más dinero y contarán con menos recursos públicos.

Asociar el ahorro a un producto concreto y no a un proyecto

Los ahorradores suelen pensar en un determinado producto financiero para ahorrar de cara a la jubilación, normalmente, optan por un plan de pensiones.

Lo hacen sin responderse a preguntas clave como: ¿Cuándo voy a querer jubilarme? ¿Cuáles son mis objetivos para cuando deje de trabajar? ¿Me va a bastar con la pensión pública? ¿Cuánto cuesta todo lo que quiero hacer? ¿Cuánto tengo ahora y cuánto puedo ahorrar?

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Responder a estas cuestiones siempre debe ser el primer paso antes de invertir para la jubilación, recomiendan desde Abante, ya que “si lo hacemos al revés corremos el riesgo de invertir en un producto financiero que no sea el adecuado para nosotros”.

Elegir un plan de pensiones por el regalo o las bonificaciones

Muchos optan por un plan de pensiones dependiendo del regalo o las bonificaciones que les ofrecen sin tener en cuenta aspectos como las comisiones, dónde invierten esos planes o las futuras rentabilidades.

Este tipo de actitudes ahondan en el error muy extendido de pensar que no hay planes de pensiones rentables, cuando en realidad sí los hay, pero el ahorrador no los elige.

Según datos de Inverco la mayoría del ahorro para la jubilación no se concentra en los planes más rentables, en ninguna de las categorías. Y esto, en periodos de 10 años, cuesta al partícipe entre 2 y 3 puntos de rentabilidad.

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Ser conservador

En general a los ahorradores cuyo objetivo es la jubilación suelen huir del riesgo al invertir.

No tienen en cuenta que una de las ventajas de invertir para un objetivo lejano es el tiempo, que permite asumir más riesgo y reducir los efectos de la volatilidad del mercado a corto plazo.

De hecho, una de las estrategias más eficaces para la jubilación es comenzar asumiendo más riesgo, es decir, apostar más por renta variable e ir, poco a poco, bajando esa exposición a medida que se acerca el objetivo.

La mayoría no sigue esta estrategia porque las emociones les llevan a infravalorar las subidas y sobrevalorar las pérdidas, es decir, “nos duele mucho más perder dinero que lo que nos alegra ganarlo, y por eso tendemos a ser más conservadores de lo que deberíamos cuando invertimos a largo plazo”, apuntan desde Abante.

No profesionalizamos las inversiones

Los ahorradores no suelen recurrir a asesores financieros para que les ayuden a gestionar su ahorro finalista.

Profesionalizar las inversiones es importante para que el ahorrador pueda cumplir sus objetivos, señalan los expertos, ya que les va a ayudar a trazar un plan de inversión teniendo en cuenta sus circunstancias actuales y sus objetivos futuros y a adaptar sus inversiones en los momentos de mayor incertidumbre de los mercados.

Invertir solo lo que ‘sobra’

Muchos trabajadores no llevan a cabo un ahorro sistemático para su jubilación. Invierten lo que les queda a final de mes, en lugar de pensar en lo que aportan para la jubilación como un recibo o una factura más.

Rafael Villanueva, manager retirement de Willis Towers Watson España, considera que "a largo plazo, pequeños esfuerzos de ahorro consiguen resultados sorprendentes. Con frecuencia, es más importante ser constantes con cantidades pequeñas, que realizar solo aportaciones esporádicas, aunque más elevadas”.

Esperar a final de año para aportar al plan de pensiones

Las aportaciones a los planes de pensiones suelen hacerse a final de año pensando en la deducción fiscal y esto perjudica la rentabilidad del plan.

Aportar periódicamente es beneficioso porque se entra en el mercado a mejores precios, es decir, se  captura la rentabilidad global que da el mercado, evitando entrar en un único momento a peor precio.

Dejar de invertir tras a jubilación

Rescatar el plan de pensiones en el momento de la jubilación es otro error muy común. Si no se necesita ese dinero es mejor no hacerlo.

Los motivos son, según fuentes de Abante, que “en la era de la longevidad, cada vez vamos a tener jubilaciones más largas en las que vamos a llegar más activos que antes, por lo que seguir gestionando e invirtiendo nuestro patrimonio durante esa etapa será fundamental”.

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