Repsol acaricia los 10 euros tras el rebote del petróleo

La cotización de Repsol vuelve a trazar una línea paralela a la del petróleo, en una sesión de rebote tras el desplome del viernes

El stand-by en el que ha sumido al mercado la nueva variante ómicron ha provocado la repetición de patrones de conducta bursátiles, y en este conato de pandemia 3.0, Repsol vuelve a ver como su devenir depende de la fluctuación en los precios del petróleo.

Al inicio de la sesión de mercados del lunes, la multinacional petrolera española fue uno de los valores que más rebotó en bolsa tras el desplome generalizado del viernes.

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Repsol subió en torno al 1,4 por ciento hasta los 9,85 euros, y su recuperación pudo seguirse paralelamente con la mejoría del 4,72 por ciento del barril de petróleo Brent hasta los 74,9 dólares tras haber vivido una severa caída desde los 82 dólares. Ahora, la petrolera acaricia la zona psicológica de los 10 euros.

Un escenario familiar

La bolsa española abrió la semana recuperándose de la resaca causada por el temor a los efectos de la nueva variante ómicron de coronavirus, que provocó una huida bursátil de los valores turísticos y una bajada del precio del petróleo muy similares a los de 2020, llevando a Repsol y al crudo a la casilla de salida del tablero pandémico, en el que se auguraba el fin de sus días.

En la sesión negra del viernes, Repsol recortó su valor un 7,35 por ciento, mientras que el barril de petróleo Brent perdió un 11,55 por ciento.

El temor a un nuevo confinamiento global, la confirmación del cierre de fronteras de múltiples países con el cono sur de África, y la falta de certeza ante la virulencia y efectos de la nueva mutación del virus provocó que los inversores se refugiaran en empresas como Zoom o Netflix, y volvieran a huir del oro negro.

Jeffrey Halley, analista de la plataforma de trading OANDA, lo define de forma certera, los gobiernos han decidido "disparar primero y preguntar después" ante la posibilidad de una nueva oleada de casos de coronavirus, y los mercados han seguido una tendencia muy parecida.

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Un rebote optimista

La reacción de los mercados tras la gran debacle del viernes, no obstante, ha dejado muestras de ligero optimismo ante la nueva variante ómicron y su posible impacto en el mundo.

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Tras una reunión de urgencia y el análisis de los pocos datos recogidos hasta el momento, la Organización Mundial de la Salud dijo que los síntomas causados por esta nueva mutación parecen ser leves, y desde Moderna se especuló con una fecha de principios de 2022 para una nueva vacuna que combatiera a la nueva variante, en caso de ser necesaria.

En ese contexto, los inversores parecen haber vuelto al ruedo del petróleo, ya que no solo subió el Brent, también lo hizo el West Texas Intermediate, que subió un 3,4 por ciento hasta los 71,6 dólares durante las primeras horas del lunes, después de un descenso calcado al del Brent al cierre de la semana anterior.

El petróleo prosigue su semana de vaivenes

Halley, de OANDA, vaticina en su análisis emitido este lunes que "el petróleo será el mercado donde los operadores de volatilidad a corto plazo irán a morir esta semana".

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El analista cita los mencionados informes augurando síntomas leves causados por la variante ómicron para explicar que los mercados financieros hayan decidido recuperar su confianza en el petróleo, pero recuerda que al crudo le espera una semana de emociones fuertes.

La OPEP, cabe recordar, no ha cedido a la presión de Estados Unidos y el lobby de países que pide más petróleo a la organización petrolera, después del anuncio de Joe Biden de que la nación americana liberaría 50 millones de barriles de petróleo de sus reservas

El analista de OANDA recuerda, además, que "hoy se reanudan en Viena las negociaciones con Irán sobre su programa nuclear". Unas reuniones que según Halley puede provocar el aumento de precio del crudo iraní aumente en los mercados internacionales, "otro punto potencial de volatilidad si añadimos todo esto a la evolución de los virus".

Un valor que no consigue desprenderse de su materia prima

Como recordó el director de análisis de GVC Gaesco en el podcast de finanzas.com, Repsol ya estuvo excesivamente penalizada durante los primeros compases de la pandemia, ante las trompetas de apocalipsis sobre el futuro del petróleo.

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La repetición de patrones de inversión en estos dos días de corrección y rebote de los mercados se pudo apreciar en que compañías petroleras estadounidenses como APA Corp y Occidental Petroleum Corp fueron víctimas de caídas similares a la española, que volvió a verse arrastrada por los fulgurantes cambios de ritmo del Covid-19.

La paradoja de Repsol, no obstante, es que los analistas han repetido en diversas ocasiones que la empresa puede mantener su estrategia empresarial y su crecimiento a largo plazo incluso con un precio por barril de unos 50 dólares.

La empresa dirigida por Josu Jon Imaz, sin embargo, no logra desprender su devenir del petróleo pese a la confianza de los expertos en su programa de inversión y transición energética fijado hasta 2025.

El último analista en reiterar su confianza sobre la compañía española ha sido Matthe Lofting, de JP Morgan, que este lunes 29 de noviembre ha actualizado su recomendación de sobreponderar el valor, asignándole un precio objetivo de 16,5 euros.

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