Grifols acomete la refinanciación de la deuda: ¿qué podría fallar?

Grifols retrocede en bolsa tras anunciar el proceso de refinanciación de su deuda. Los analistas creen que no será fácil cerrarlo sin disparar el coste financiero o incluso con un ampliación de capital

Los inversores acogieron con escepticismo la noticia de que Grifols ha abierto el proceso para refinanciar su deuda no garantizada con vencimiento en 2025, según comunicó la empresa en un hecho relevante remitido a la CNMV.

El fabricante de productos hemoderivados planea emitir nueva deuda senior garantizada (es decir, respaldada por activos del grupo) cuyos fondos, “en caso de éxito, se destinarán a financiar deuda no garantizada con vencimiento en 2025”, apuntó Grifols.

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De entrada, la novedad es que Grifols empleará los 1.600 millones de euros que obtenga por la venta de Shanghái Raas para reducir la deuda garantizada.

Actualmente, la compañía tiene un volumen de deuda senior garantizada de 5.000 millones de euros, de los que 900 millones vencen en 2025 y el resto en 2027. Por aquí no habría muchos problemas para atender los vencimientos del año que viene.

Ahora bien, la deuda no garantizada asciende a 2.600 millones de euros (el 24 por ciento de los 11.000 millones de deuda bruta). De esta cantidad, 1.000 millones vencen el año que viene y 1.600 millones en 2028. La primera de estas cifras es la que el grupo buscará en los mercados, si bien la empresa no ofreció más detalles al respecto.

¿Por qué es importante para Grifols tener éxito con la refinanciación?

En el actual escenario en que se mueve Grifols, tras los ataques de Gotham City Research, el simple hecho de que haya abierto la refinanciación de la deuda es una noticia “positiva”, explicaron los analistas de Alantra Equities.

“La refinanciación sería muy positiva, ya que la posición de liquidez y la generación de flujos de efectivo son insuficientes para cumplir con los vencimientos de 2025”, explicaron estos expertos. Por eso, retrasar el pago hasta 2027 o más allá daría tiempo al grupo para que sus operaciones se recuperen.

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Además, “la deuda que se pretende emitir es la que mejor calidad crediticia tiene dentro de la clasificación, por lo que marcará el tipo de interés mínimo que pagará Grifols a sus bonistas”, añadió Javier Cabrera, analista en XTB.

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Esto implica que si la cotizada paga un tipo de interés alto en estas nuevas emisiones, en el resto de emisiones que vengan después “tendrá que pagar un tipo aún mayor”, apuntó Cabrera.

“Teniendo en cuenta que en 2023 el pago de intereses representó el 66% de su beneficio operativo, esto marcará el futuro de la compañía”, apostilló el experto de XTB.

Las dificultades que encontrará Grifols por el camino

Ahora bien, aquí se acaban las noticias tranqulizadoras, porque es previsible que la refinanciación no sea un camino de rosas para el fabricante de hemoderivados. De hecho, en Alantra Equities no creen que todo se limite a cambiar deuda garantizada por no garantizada.

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En su opinión, existe un riesgo de que Grifols tenga que aportar nuevos fondos, bien sea mediante ventas adicionales de activos, bien mediante una ampliación de capital. Es más, hace poco más de un mes, estos expertos colocaron al grupo una prima de riesgo del 15 por ciento ante el riesgo de ampliación.

El problema que ven las fuentes consultadas (y de ahí la caída en torno al 3 por ciento de Grifols tras anunciar la refinanciación) es que el grupo no solo no está generando el efectivo que necesita. Es que además es probable que las nuevas emisiones las haga a mayor coste financiero.

Por poner un ejemplo, los 1.000 millones de euros en bonos no garantizados que vencen en 2025 tienen un cupón del 3,2 por ciento, mientras que los rendimientos al vencimiento de la de deuda senior garantizada indican que “es probable que se refinancien más cerca del 7 por ciento”, apuntaron en Alantra Equities.

Las alternativas en el horizonte

La mejor alternativa para el grupo catalán sería refinanciar la deuda sin aportar nuevo capital, un escenario que ahora mismo está lejos de ser un hecho consumado.

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Otra opción diferente, según explicaron a finanzas.com en fuentes del mercado, sería optar por hacer la refinanciación mediante “una ampliación de capital con descuento”. Por ejemplo, con un bono convertible a un precio de conversión atractivo.

Financieramente sería una opción más eficiente, pero generaría rechazo entre los accionistas por la dilución que supone la propia ampliación. Además, está por ver si la familia Grifols aceptaría esta dilución.

Mientras los inversores aguardan los detalles concretos, los seguros de impago contra la deuda de Grifols, conocidos como CDS, siguen rozando niveles de máximos históricos, lo que refleja los riesgos asociados a la refinanciación.

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