EEUU y Australia acuden al rescate de los márgenes de ACS

ACS se enfrenta a una presión sobre sus márgenes por culpa de la inflación, pero encuentra alivio a la misma en sus aventuras en Australia y los Estados Unidos

Cuando ACS presentó sus cuentas para los nueves meses del 2022, ofreció unos resultados que reflejaron dos cosas: la recuperación de sus niveles de ingresos tras unos años de pandemia, que habían afectado tanto a su negocio de concesiones como al de construcción, y el estrechamiento de sus márgenes provocado tanto por la presión inflacionista sobre las materias primas, como por las tensiones globales en la cadena de suministro.

De cara a una presentación de resultados del total del año, que todavía no tiene fecha prevista, las previsiones del mercado apuntan a que las cuentas de ACS reflejen esta misma tendencia, dejando al conglomerado empresarial de Florentino Pérez en una situación de punto muerto respecto a su crecimiento, que se refleja en el poco recorrido esperado para sus acciones.

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Y es que, después de recuperar parte de su vigor bursátil en 2022 gracias a una mejora en el negocio de concesiones, impulsada por el final de las restricciones y la vuelta de los coches a las carreteras, los títulos de ACS llevan estos primeros meses de 2023 moviéndose de forma lateral por las dudas del mercado acerca de la capacidad de la cotizada para aliviar la presión sobre sus márgenes.

ACS, no obstante, puede encontrar cierto respiro a esta tensión inflacionista, y convencer a los expertos más escépticos respecto a su potencial de retorno, gracias a sus aventuras en Australia y en Estados Unidos.

El mercado ve con buenos ojos las aventuras internacionales de ACS

"El giro estratégico de ACS hacia los Estados Unidos y Australia (a través de Hochtief) tiene un sólido potencial, dada su cartera de pedidos y las perspectivas de proyectos de infraestructuras respaldados por el Gobierno estadounidense", señalaron desde Bloomberg Intelligence en un informe reciente sobre la compañía.

"El posicionamiento geográfico y su cartera en máximos son las grandes fortalezas (de ACS)", apuntó el analista de Renta 4, Ángel Pérez, en sus últimos informes sobre el conglomerado.

"Apoyado en su posicionamiento geográfico (que supone una clara ventaja competitiva) y en los elevados niveles de adjudicación de proyectos que sitúan la cartera en máximos históricos, esperamos que los ingresos en el área de construcción sigan evolucionando positivamente, con mejora de márgenes liderada por el negocio de Australia, principalmente", añadió Pérez.

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Un alivio que el experto indicó que podría ser menor en los Estados Unidos, pero ante el que ACS estaba cubierto "por la tipología de sus contratos, que le otorga una buena cobertura ante la inflación en costes".

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Los proyectos que dan la razón a ACS

ACS, cabe recordar, recaudó 4.900 millones de euros gracias a la venta de su división de servicios industriales a Vinci, y dedicó esos fondos a operaciones como la exclusión de cotización de Cimic en Australia, o la posterior opa de su filial en las antípodas sobre la constructora MACA.

Estas operaciones, por tanto, demuestran la importancia para ACS de su entramado de empresas internacionales, que si bien "sigue siendo complejo" a ojos del experto de Renta 4, otorga al grupo de Florentino Pérez "un alto grado de flexibilidad que le permite aprovechar oportunidades".

Una premisa, de hecho, que se apreció en los últimos grandes movimientos de la cotizada del IBEX 35.

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Este pasado enero, por ejemplo, la empresa española logró ganar un contrato para una de las minas de oro más grandes de Australia. Tan solo unos meses antes, Cimic, la filial australiana excluida de bolsa en 2022, consiguió la adjudicación de la construcción de una línea del metro de Sídney por 1.050 millones de euros.

A través del control de Cimic en Thiess, asimismo, ACS consiguió renovar dos contratos mineros en Indonesia por 301 millones de euros. Y al cruzar el charco del lado australiano hasta los Estados Unidos, los logros de la compañía tampoco se quedaron cortos.

En octubre, ACS incrementó su control en la concesión de la autopista de peaje SH-288 en Texas.

Y en diciembre, a través de su filial estadounidense Turner, ACS firmó el contrato de construcción de una planta de fabricación de materiales para baterías de vehículos eléctricos para Ascend Elements en Kentucky. Una operación que estuvo valorada en casi 1.000 millones de dólares.

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Así pues, ACS apostó fuertemente tras la pandemia por una cartera de proyectos internacionales que le permitan seguir creciendo. Y la apuesta, al parecer, puede convertirse en su mayor baza de cara a asegurar este ambicioso objetivo.

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