El debate sobre el valor real del bitcoin alcanza más altura que sus máximos

El valor real del bitcoin está más cuestionado que nunca. Para muchos expertos no da la talla ni como dinero ni como activo de inversión

A medida que el bitcoin consolida sus máximos por encina de los 50.000 dólares, un feroz debate entre partidarios y detractores de la criptodivisa emerge con fuerza y gana aún más altura.

La llegada de los grandes inversores fue una realidad a finales del año pasado, con el desembarco de Paypal o Jack Dorsey, cofundador de Twitter. A este carro también se están subiendo ya los bancos de renombre.

Así, Morgan Stanley fue el último en unirse a la fiebre después de conocerse que Counterpoint Global, una de sus divisiones más exitosas en gestión de fondos, está analizando si el bitcoin es una alternativa para sus inversores.

También está la plataforma de custodia que desarrolla Bank of New York Mellon, o la decisión de Mastercard de permitir a los titulares de sus tarjetas realizar transacciones con algunas criptomonedas.

Pero ni siquiera toda la fanfarria de Elon Musk con el desembarco de Tesla han calmado las preocupaciones. Las dudas sobre el valor real que pueda tener la moneda son más que razonables.

El valor real del bitcoin está más cuestionado que nunca

Lo cierto es que sigue habiendo un intenso debate sobre si el bitcóin tiene algún valor real. Al grupo de los detractores se acaba de sumar Nassim Nicholas Taleb, autor de “El cisne negro”, tras asegurar que el bitcoin “es un fracaso”.

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Su argumento no puede ser más demoledor. Una moneda nunca puede ser más volátil que los bienes que se compran y venden con ella. Y como se da este caso, la conclusión es que no se puede poner precio a los productos que se intercambian con bitcoins.

Desde este punto de vista, el papel del bitcoin como moneda de cambio está más cuestionado que nunca. “Yo creo que no es dinero, sino un activo financiero altamente especulativo y claramente impropio”, apunta Juan Fernando Robles, profesor de Banca del CEF-Udima.

Una de las características principales del dinero es que sea un depósito de valor. Y aquí “no puedes depositar el valor siendo un activo tan especulativo”, recalca Robles. Aparte, el bitcoin tiene una circulación restringida como medio de pago, mientras que la aceptación del dinero tiene que ser universal.

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La volatilidad dificulta el papel del bitcoin como moneda de cambio

Todo lo contrario opina Lander Rubio, profesor en el seminario de la Universidad de Deusto sobre ‘blockhain’. A su juicio, el bitcoin “sí que tiene un valor real en la medida en que es una red que permite hacer intercambios de valor P2P de manera incensurable”.  

Evidentemente, la gran crítica frente a esta idea es la elevada volatilidad del bitcoin. Y aunque Rubio considera que el bitcoin “todavía no es una moneda”, si tiene “el potencial para llegar a serlo a nivel global”.

“Habrá mucha gente que piense que es un fiasco y otra que tiene ese potencial. Es precisamente este desfase lo que hace que haya volatilidad contra otro activo, que son el resto de divisas”, defiende Rubio. De hecho, pone como ejemplo para apoyar este argumento el precio del petróleo, que acaba de cerrar uno de sus años más volátiles y nadie se planeta dejar de usarlo.

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Por el contrario, Robles defiende que el bitcoin “es cualquier cosa menos estable” y apunta que uno de sus principales problemas es la gran volatilidad que tiene. "Como dinero sería un desastre", remarca Robles. Es prácticamente el mismo argumento que defienden en Goldman Sachs cuando apuntan que el "algo que tiene una volatiidad a largo plazo del 80% no puede ser un medio de cambio".

Los avisos del Banco de España y la CNMV

En este contexto, Robles considera completamente justificados los recientes avisos lanzados por el Banco de España y la Comisión Nacional del Mercado de Valores.

Con un tono muy contundente, los reguladores españoles llamaron a la cautela y advirtieron sobre “elevada volatilidad en sus precios”.

Además, alertaron de que no hay regulación en el marco de la UE para los activos digitales y expresaron sus dudas de que incluso pueda ser considerado como activo de inversión.

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Para Robles, se trata de un mensaje lógico, y para nada alarmista. “Hay que decirle a la gente que si invierte en el bitcoin puede perder el dinero. ¿Si avisan de los riesgos que puede haber con cualquier otra inversión por qué no van a avisar de esta?”, añade Robles.

La necesidad de que haya una regulación

Con todo, el experto del CEF considera que más grave aún es la advertencia que hizo la presidenta del Banco Central Europeo, Christine Lagarde, quien puso el foco en las actividades delictivas, el lavado de dinero y la necesidad de una regulación.  

Al final, los bancos centrales son los que controlan el dinero, y “si el bitcoin se pudiera llegar a considerar dinero, tiene que estar regulado”, recalcó Robles. En su opinión, acabará por ser regulado.

Para Rubio, la falta de regulación tampoco tiene nada de excepcional. “Las grandes innovaciones que se han dado en los últimos siglos han ido siempre por delante de la regulación, y así tiene que ser”, apunta.

Por eso, el regulador actúa a posteriori, y en este caso, “se va adaptando a medida que va entendiendo el fenómeno”, añade Rubio. Lo que no se puede pretender, a su modo de ver, es querer regularlo para identificar a toda la gente que tiene bitcoins. “Es algo imposible ahora mismo y en el futuro”.

El papel como activo financiero, también en tela de juicio

En este intenso debate que se ha desarrollado en torno al bitcoin, cabe incluso preguntarse no ya si es dinero como tal, sino incluso si da la talla como activo financiero.

De hecho, argumenta Robles, “como activo tiene dificultades en definirse como tal porque no financia absolutamente a nadie en su emisión sino que se hace por minería”.

Una de las características de los activos financieros es que se emiten para financiar a alguien, con lo que “quedaría simplemente como activo especulativo, porque el resto de las funciones no las cumple”, recalca el profesor del CEF-Udima.

Tampoco está claro que sea un producto adecuado para las empresas que están invirtiendo en el bitcoin.

En este caso, “no es un activo de inversión atractivo en la medida en que pueda implicar que la empresa se tenga que apuntar pérdidas al final del ejercicio si el valor es mucho menor”, apostilla Robles. Y como es tan volátil, comprar bitcoins supone asumir un gran riesgo patrimonial.

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