Así es el freno de emergencia de China para frenar las caídas de la bolsa

El llamado mecanismo de dos pasos se pone en marcha para evitar una caída superior al 7%, que registraron sus parqués en un comienzo de año pesimista

China no ha empezado 2016 con buen pie. La resaca del Año Nuevo se sintió este lunes con fuerza en las bolsas del gigante asiático, donde se tuvo que activar el nuevo 'freno de emergencia' justamente el día en que entraba en vigor. Este mecanismo de dos pasos, diseñado por el Gobierno para combatir la volatilidad y la especulación en los parqués, inició su primera fase a las 13:13 horas de este lunes, cuando el índice CSI 300 -que aglutina a 300 de las mayores empresas chinas- cayó un 5%.

En ese momento, todas las operaciones quedaron suspendidas durante 15 minutos. Pero, cuando se reanudó la actividad, el índice cayó incluso con más virulencia. Así que a las 13:33, con un batacazo del 7% en el CSI 300 que se toma como referencia, las bolsas chinas se vieron obligadas a echar la persiana de forma prematura por primera vez en la historia.

"Ha sido algo imprevisto", comentó a Reuters Gu Yongtao, analista de la correduría Cinda Securities. "Aparentemente, el primer paso de este sistema de seguridad ha tenido un efecto opuesto al esperado y ha hecho cundir el pánico. Ha sido una estampida". Por esa razón, muchos expertos consideran que el método debería ser revisado o, incluso, retirado.

"El receso de 15 minutos ha llevado a que los inversores se den todavía más prisa en vender sus acciones antes de la suspensión total. Puede que el 'freno de emergencia' sirva para estabilizar temporalmente el mercado, pero a largo plazo provocará más problemas", añadió en el diario South China Morning Post el parlamentario hongkonés Cheung Wah-fung.

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Al final, Shanghái, el mayor mercado de valores del país, cerró este lunes con una caída del 6,85%, mientras que Shenzhen, donde cotizan numerosas empresas de tecnología, sufrió todavía más y se dejó un 8,16%. También preocupa el fin del veto de seis meses que se les impuso el 8 de julio pasado a grandes inversores y altos cargos de empresas, que no han podido traspasar libremente sus acciones desde el gran desplome del verano pasado.

Miedo a más caídas

Muchos temen que aquellos aprovechen el regreso al mercado de valores para deshacerse de los títulos, provocando así una nueva caída en los precios; por eso prefirieron adelantarse y vender. Pero el súbito cierre de las bolsas sólo ha servido para hacer un paréntesis en la desconfianza que rige los mercados chinos.

A pesar de los altibajos, 2015 no ha sido un mal año para las bolsas del gigante asiático. De hecho, incluso tras el agosto negro que sufrieron han acabado logrando unas ganancias del 10%, muy por encima de mercados como el estadounidense o el español.

El problema, apuntan muchos, está en la volatilidad que las convierte en un casino y que en parte es debida a la gran fragmentación de los inversores -en un 80% son particulares con pocos conocimientos financieros- y a la desconexión existente entre el parqué y la economía real. De esta forma, en apenas 24 horas se evaporaron casi todas las ganancias del año pasado.

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