Fondos de infraestructuras para aprovechar la revolución de las tres 'd'
La digitalización, la descarbonización y los cambios demográficos exigen fuertes inversiones en infraestructuras. Fondos para exponerse a esta tendencia
Invertir en fondos de infraestructuras resulta interesante en el contexto actual por varias razones, según los expertos.
En primer lugar, el segmento de las infraestructuras está atravesando un cambio estructural, impulsado por tres megatendencias: la digitalización, la descarbonización y los cambios demográficos.
Como destaca la firma de inversión Brookfield, este escenario supone una "oportunidad de inversión significativa durante varias décadas" en activos que son esenciales para el funcionamiento de nuestras economías.
En la misma línea se expresa Victoria Torre, responsable de Oferta Digital de Self Bank: “El sector de las infraestructuras ha experimentado importantes cambios en los últimos años. Tradicionalmente, se consideraba un sector defensivo, caracterizado por flujos de caja robustos y predecibles. Al hablar de infraestructuras, muchas veces lo primero en lo que pensamos es en carreteras, puentes o edificios. Aunque esto sigue siendo así, las infraestructuras se han ido también adaptando a las nuevas necesidades”.
Infraestructuras para digitalización
En ese sentido, Torre destaca el papel de las infraestructuras necesarias para dar soporte al proceso de digitalización de la economía, como las relacionadas con la electricidad, cuya "demanda es creciente y lo seguirá siendo” ante las necesidades de la Inteligencia Artificial y los centros de datos.
Asimismo, también están las infraestructuras para la descarbonización, como las relacionadas con la gestión del agua o el desarrollo de tecnologías como el hidrógeno verde.
Por último, Torre menciona la necesidad de invertir en infraestructuras para afrontar los retos demográficos, relacionadas con el transporte, la mejora de la conectividad, las ciudades y edificios inteligentes, los centros logísticos o el envejecimiento de la población.
Fuertes necesidades de inversión en infraestructuras
Otro argumento a favor de las infraestructuras es la necesidad de inversión que existe a nivel global.
En concreto, la inversión mundial en infraestructuras de red rondó los 400.000 millones de euros en 2024 y podría aumentar hasta los 600.000 millones de euros anuales en 2030, según datos de la Agencia Internacional de la Energía (AIE). Asimismo, se estima que el consumo eléctrico de los centros de datos, la IA y el sector de las criptomonedas podría duplicarse de aquí a 2026.
En la misma línea, un artículo del Boston Consulting Group señala que «hay una necesidad urgente en todo el mundo de nueva infraestructura y de revitalizar la existente».
Diversificación en las carteras de fondos
Por otra parte, los fondos de este tipo pueden mejorar la diversificación de una cartera de inversión. Según un informe de IFM Investors, «las inversiones en infraestructuras muestran continuada resiliencia a través de distintos ciclos económicos», lo que habla de su capacidad para actuar como activo defensivo.
Finalmente, la fase actual de mercado también favorece esta clase de activos: con los tipos de interés que podrían estabilizarse y la economía global que mantiene un crecimiento moderado, los fondos de infraestructuras pueden aspirar a rendimientos atractivos.
Así las cosas, «los retornos de infraestructura podrían situarse en el rango del 11-12% el próximo año», según defiende Macquarie.
Aunque estos productos tampoco están exentos de riesgos y podrían sufrir pérdidas, según recuerda Torre.
Fondos de infraestructuras
En cuanto a productos concretos que podrían utilizarse para tener exposición a esta temática, los expertos de Singular Bank han identificado dos.
En primer lugar, el KBI Global Sustainable Infrastructure, que invierte principalmente en acciones de empresas del sector de las infraestructuras sostenibles, entre ellas de agua, energía o agricultura.
El segundo es el First Trust Nasdaq Clean Edge Smart Grid Infrastructure, basado en el índice de renta variable Nasdaq OMX Clean Edge Smart Grid Infrastructure, que invierte en empresas centradas en adaptar las infraestructuras de red eléctrica para enfrentar ese ingente aumento de la demanda impulsado por la inteligencia artificial, los centros de datos y la electrificación.
Por su parte, desde Bankinter proponen el Franklin Clearbridge Infrastructure Value Fund y el M&G Global Listed Infrastructure Fund.
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