Las tecnológicas sobreviven a la marea azul de Biden y apuntan hacia un rally de fin de año

Si Biden logra la presidencia y el control del Congreso pero el Senado sigue en manos republicanas, será más difícil endurecer lar regulación y subir los impuestos

Las grandes compañías tecnológicas fueron unas de las mayores beneficiadas tras estallar la pandemia del coronavirus. Perdieron fuelle al aproximarse las elecciones en los Estados Unidos pero ahora vuelven a estar en condiciones de reiniciar el rally alcista.

Impulsadas por al auge del teletrabajo y las ventas online, brillaron en medio del desastre y ofrecieron una de las oportunidades de inversión más claras que se recuerdan. El problema es que muchos pensaban que quedarían sepultadas por la marea azul de Joe Biden. Pero no ha sido así.

El candidato demócrata está a punto de conseguir la presidencia del país, y más allá de la batalla legal que pueda plantear Donald Trump, será el encargado de dirigir los destinos de la primera economía del mundo. Eso sí, tendrá que posponer o enterrar en el cajón algunas de sus propuestas estrella.

Adiós a la agresiva subida de impuestos

Una de ellas es la subida de impuestos que amenazaba a las compañías estadounidenses, y que en el caso de las empresas tecnológicas vendría acompañada de una regulación más estricta.

Pero si al final se confirma la Casa Blanca y el Congreso quedan en manos demócratas y el Senado en las de los republicanos, “Biden tendría dificultades para conseguir elevar los impuestos”, dice Ignacio Dolz de Espejo, director de soluciones de inversión de Mutuactivos.

Esta división entre Congreso y Senado impulsó la confianza de los inversores en que se mantenga el orden establecido y no haya cambios radicales, ni fiscales ni regulatorios, que asfixien al sector tecnológico. También supondrá un freno a la rotación sectorial que esperaban los analistas y que podría perjudicar al sector tecnológico.

La división ayuda

"Hasta aproximadamente la semana pasada, la creencia de consenso era  que habría un barrido azul, pero todo está cambiando”, dice Ana Han, estratega de Wells Fargo.

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De hecho, el mercado está poniendo en precio un nuevo escenario en el que el ‘status quo’ pueda “aliviar la carga regulatoria sobre el sector tecnológico”, añade esta experta.

“Si los republicanos mantienen el Senado, no habrá subidas de impuestos ni tampoco una desagradable reforma regulatoria”, coincide Hamish Douglass, presidente y director  de inversiones de Magellan Financial Group. Es decir, la agenda de la izquierda se quedará en poca cosa.

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Mejores perspectivas para todo el mercado

En estas condiciones, el sector de las tecnológicas mejoran considerablemente sus perspectivas, pero también el mercado en su conjunto.

El hecho concreto que volvió a reactivar la preferencia por los activos de riesgo son las perspectivas de una “presidencia limitada de Biden”, frente a un mandato que “le permita materializar la versión más contundente de sus políticas predilectas”, explica Paul O’Connor, gestor de Janus Henderson.

Así, si Biden no consigue subir los impuestos, en Mutuactivos creen que “el impacto sobre los beneficios del S&P 500 será limitado, lo que dará, teóricamente, más potencial al índice”.

Además, como recuerda Douglass, con Biden en la Casa Blanca, el tono en política exterior e instituciones globales será mucho más moderado, y “a los mercados les gusta escuchar esto”.

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Plusvalías latentes

También es importante recordar, como hace Juan José Fernández-Figarés, director de análisis de Link Securities, que donde “tienen actualmente grandes plusvalías latentes los inversores es en los valores de crecimiento”. Y la mayoría de estos pertenecen al sector tecnológico.

En cierta forma, las empresas tecnológicas han demostrado que no necesitan, a diferencia de otros sectores, ayudas fiscales para seguir incrementando sus resultados, por lo que incluso pueden ejercer como valores defensivos. Un plus más que explica su reciente y buen desempeño.

Alivio en las mesas de operaciones

De esta forma, el reciente rebote del Nasdaq condensa todo este ramillete de expectativa renovadas a luz del nuevo mapa político que se cierne sobre Wall Street.

Mucha era la precaución antes de la cita con las urnas y mayor aún parece el alivio que recorre las mesas de operaciones. Más dinero en camino.

“Los inversores están volviendo a asignar el efectivo reservado de forma preventiva y eliminando las coberturas implementadas antes de las elecciones”, remacha O’Connor.

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Uber como ejemplo de lo que se puede haber evitado

Quizás el mejor ejemplo del tipo de regulaciones que sortearían las compañías tecnológicas si Biden no consigue aplicar totalmente su agenda lo acaba de protagonizar Uber.

Este miércoles se supo que la propuesta de ley de iniciativa popular conocida como Prop 22 quedó ratificada, lo que exime a la compañía y a sus competidores (como Lyft) de tener que contratar a sus conductores.

Estos seguirán siendo autónomos, con el consiguiente alivio para las cuentas de resultados de las compañías, aunque gozarán de una serie de beneficios (ingreso mínimo, seguro médico) que apenas incrementarán los costes en un 5%.

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