Microsoft embiste la diversificación de Netflix

La apuesta de Microsoft por Activision amenaza la diversificación de Netflix, que confía en el gaming para contrastar el agotamiento de su negocio tradicional

Microsoft sacudió el mercado financiero en Wall Street tras anunciar la compra de la empresa de videojuegos, Activision Blizzard, por 68.700 millones de dólares, y de la operación se desprende la intención de convertirse en referencia de una industria del entretenimiento que entra ahora en una nueva era.

De igual manera que los usuarios dejaron de bajar al videoclub para alquilar o comprar películas y pasaron al streaming, los aficionados a los videojuegos han cambiado los CDs físicos por versiones digitales de sus títulos favoritos, y en este cambio progresivo hacia un "modelo Netflix", Microsoft aspira a ser el líder, por delante incluso de la empresa que da nombre al patrón de consumo.

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Microsoft compra videojuegos que traspasan fronteras y millones de usuarios

La adquisición por parte de Microsoft de la compañía responsable de sagas como "Call of Duty" o "World of Warcraft" supone hacerse con una empresa cuyos títulos individuales han tenido, en sus momentos más álgidos, hasta 46 millones de usuarios activos por mes en sus plataformas - como fue el caso de World of Warcraft en 2017.

Activision Blizzard, de hecho, amasa un total de cerca de 400 millones de usuarios de todos sus videojuegos en todo el mundo, de acuerdo a los datos de Bloomberg Intelligence. Y logra este éxito porque a nombres ultrarreconocidos como los anteriormente mencionados, suma videojuegos de menor tirón pero de gran aceptación como "Diablo", "Overwatch" o incluso "Candy Crush".

Para ofrecer una referencia comparativa del volumen de usuarios que implican estas cifras, se puede destacar que Netflix sumaba 214 millones de suscriptores a su plataforma a finales del tercer trimestre de 2021, según los datos proporcionados por la propia empresa en la presentación de sus resultados financieros.

Si Microsoft, por tanto, cumple con su apuesta de sumar los títulos de Activision Blizzard a su servicio de videojuegos bajo suscripción llamado Game Pass, que ya tiene 25 millones de usuarios, estará sumando a su catálogo unas franquicias de más de 3.000 millones de dólares, convirtiéndola en una plataforma que disponga de jugadores en 190 países y cuente con "una de las líneas de contenidos de juego más atractivas y diversas del sector".

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La compra traerá una importante fuente de ingresos

Desde el fondo de inversión Phillip Capital señalan que la adquisición en efectivo a 95 dólares por acción que ha propuesto Microsoft para hacerse con Activision Blizzard impulsará el negocio de videojuegos de Microsoft, convirtiéndola en la tercera empresa del mundo en este sector tras Tencent y Sony, y añadiendo una nueva y jugosa cantidad de ingresos a su caja.

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"Los ingresos de Activision en los últimos 12 meses, que ascienden a 9.000 millones de dólares, representan el 5 por ciento de los ingresos de Microsoft y se espera que aumenten los ingresos del segmento de juegos de Microsoft en un 50 por ciento", afirma uno de los analistas de Phillip Capital en su informe sobre la empresa.

"El segmento de juegos de Microsoft aportó el 9 por ciento de los ingresos de la empresa en el ejercicio 2021, y se deriva de las ventas de la consola Xbox y del servicio de suscripción mensual, Xbox Game Pass", explica el informe del fondo.

Phillip Capital considera, por tanto, que Microsoft tratará de aumentar el número de suscriptores de pago mensuales en su plataforma Game Pass mediante la participación de los 400 millones de jugadores activos mensuales de Activision, destacando además que "la industria del juego, que genera más de 200.000 millones de dólares de ingresos anuales, es el sector más grande y de más rápido crecimiento de la industria del entretenimiento".

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El paso adelante de Microsoft pone a Netflix en su sitio

El informe de Philipp Capital argumenta que el sector de los videojuegos es el que está experimentando el crecimiento más rápido en el mercado del entretenimiento porque actualmente genera más de 200.000 millones de dólares de ingresos anuales, gracias a más de 3.000 millones de jugadores en todo el mundo.

Se espera, no obstante, que esta cifra aumente un 50 por ciento hasta alcanzar los 4.500 millones de usuarios en 2030, y de ese pastel pretende sacar también tajada Netflix.

La empresa de producción y distribución de contenidos lleva un tiempo gestando su inmersión en el mundo de los videojuegos, contratando incluso a un antiguo ejecutivo de Facebook y Electronic Arts (responsable de juegos como FIFA) para hacerse cargo de su división de desarrollo de videojuegos.

La aventura se convirtió el pasado noviembre, cuando la empresa lanzó hasta 5 videojuegos móviles disponibles en su app en todo el mundo, paso que la compañía reconocía como los primeros pasos "en la creación de una gran experiencia de juego", con la que quieren abrir camino para "empezar a crear una biblioteca de juegos que ofrezca algo para todos".

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No hay competición entre ambas empresas, todavía

La propuesta de Netflix, claro, tiene sentido. Cuenta con millones de usuarios que acceden a sus plataformas en todo tipo de dispositivos, y cuenta con contenidos originales que pueden cobrar vida tanto en formato de película y serie como de videojuego, por lo que ampliar su propuesta parece un paso lógico.

En los últimos trimestres, además, la empresa ha ralentizado el crecimiento de sus nuevos suscriptores respecto a sus incrementos de récord durante los primeros pasos de la pandemia, por lo que abrir el abanico de su oferta puede ayudarle a reanimar ese ratio.

La decisión de Microsoft de hacerse con Activision, no obstante, supone marcar el terreno en que se encuentra cada compañía en esta carrera por liderar las plataformas de videojuegos bajo suscripción.

Por el momento, la oferta de videojuegos de Netflix se limita a propuestas simples con gráficos básicos, mientras que Microsoft ha hecho saltar la banca por un estudio que desarrolla títulos ganadores del "mejor videojuego del año", como ocurrió con "Sekiro" en 2019.

Netflix, eso sí, también dio sus primeros pasos en el cine ganándose las críticas de la industria, una situación que contrasta con su papel actual de motor, en el que produce contenidos nominados a los Oscars como "Roma", "El Irlandés", o "Historias de matrimonio".

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