¿Mark to Market?: El lobo al cuidado del rebaño

Compra con el rumor y vende con la noticia. Esta máxima bursátil alcanzó el viernes su máxima expresión en Wall[…]

Compra con el rumor y vende con la noticia. Esta máxima bursátil alcanzó el viernes su máxima expresión en Wall Street, tras los comentarios de un senador estadounidense respecto a la modificación de la normativa contable en Estados Unidos. La idea pasaría por modificar - o suprimir- el criterio 'mark to market', el que obliga a valorar los activos tóxicos a precios de mercado desde el minuto uno.

Hay otras alternativas para sacar a la banca del atolladero - el ya famoso 'bad bank' - y el mercado tiene esperanzas puestas en el plan de Obama ampliado a más de 900.000 millones de dólares. Por eso, como hay más munición para seguir presentando batalla, la cuestión es si es justo o no modificar las normas contables para esconder las vergüenzas y los excesos del sector bancario.

El problema que aquí se plantea no es valorar a precios de mercado. Lo realmente grave es que no hay mercado para los activos tóxicos relacionados con las hipotecas basura. Y no lo habrá hasta que el sector inmobiliario toque suelo. Por tanto, es imposible poner las cosas en precio. Dicho de otro modo, una cartera con 1.000 millones de bonos 'subprime' no vale nada, hasta que no haya un precio fiable para valorarlos. Y como no vale nada, hay que hacer provisiones. Y las provisiones se convierten pérdidas. Y éstas en quiebras...

Como no hay mercado, es imposible asignar el justo precio. Y por eso, eliminar la norma 'mark to market' sería inútil. ¿Cómo se valora algo que no tiene precio? Dándole rienda suelta a la imaginación. O lo que es lo mismo, dejando al lobo al cuidado del rebaño, poniendo la valoración de los bonos en manos de quienes los empaquetaron y los distribuyeron por todo el mundo como activos de gran calidad.

Además de un ejercicio irresponsable por inútil, sería un flaco favor a los que ya han caído en la batalla (Lehman Brothers), han sido vendidos a precio de saldo (Merrill Lynch) o rescatados con dinero público (Citigroup). Vamos, un agravio comparativo como la copa de un pino. En condiciones normales de mercado, la norma 'mark to market' es la más justa. En las actuales circunstancias, resulta muy dudosa.

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