Los especuladores no eran el problema

Han querido convertir a los especuladores en una versión moderna y revisada del famoso 'Coco' o del 'Hombre del saco',[…]

Han querido convertir a los especuladores en una versión moderna y revisada del famoso 'Coco' o del 'Hombre del saco', esos personajes que formaban parte de la leyenda urbana y que servían para asustar a los niños que no se comían la cena o se querían ir tarde a la cama.

Ahora, el especulador ha servido de saco de boxeo de unos gobiernos timoratos, faltos de agilidad política, que han tratado de ocultar su incapacidad acusando a los especuladores de lo que ha pasado en los mercados en los últimos días. "¡Que vienen los especuladores! ¡Qué vienen los especuladores!", gritaban los pusilánimes zapateros europeos, para que los pobres inversores huyeran del mercado perdiendo hasta la ropa interior.

El problema es que los especuladores son más antiguos que el 'Coco' o el 'Hombre del saco' juntos. Siempre han estado y estarán ahí. Pero si salen a flote es porque se lo permiten, porque le abonan el terreno para que actúen, y eso es lo que ha pasado en las últimas sesiones. Una situación excepcional, como la de la semana pasada, requería medidas excepcionales. Y cada día que pasaba sin que los gobiernos se atrevieran a actuar era tender la alfombra verde a la especulación. El tardío acuerdo del fin de semana y la reacción posterior del mercado confirman que el problema no eran los especuladores, era la patética parálisis de la Unión Europea.

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