Los colocadores de Bankia en la encrucijada

No lo están pasando bien en los últimos días. Los responsables de las entidades colocadoras de la salida a Bolsa de Bankia están haciendo frente a una situación de fuerte tensión e inquietud.

Han emitido sus informes donde exponen la difícil situación de los mercados, marcan un rango amplio de precios, nada comprometido, que sitúan el valor de la sociedad entre los 7.300 y los 14.100 millones de euros, pero ninguna se atreve a recomendar lo que en otro ambiente deberían recomendar: retrasar la salida a Bolsa. Ninguna de ellas quiere destacarse porque saben muy bien que una cancelación de la operación sería mal acogida por Bankia, el Banco de España y el propio Ministerio de Economía.

Las entidades colocadoras son conscientes de la importancia que tiene para el sector financiero español y para la credibilidad de la economía española en el exterior la salida y éxito de esta operación bursátil. Sin embargo, saben muy bien que en las circunstancias actuales y mientras, entre otras cosas, no se resuelva la inquietud que crea la situación de Grecia, es muy difícil asegurar el éxito de una salida a Bolsa de una entidad financiera española de reciente creación. Los conceptos de "Bolsa", "España", "banco" y "reciente creación" son los que despiertan en estos momentos más rechazo entre los inversores institucionales de todo el mundo y, especialmente, entre los europeos, que van a ser decisivos a la hora de poner el precio al que saldrá el valor a cotizar.

Sin embargo, las entidades colocadoras sienten que, más allá de lo que está indicando el mercado, existe el propósito de hacer el supremo esfuerzo para no retrasar la salida a Bolsa y que ésta se produzca antes del 15 de julio. Pero nadie quiere aguar la fiesta y sólo lamentan que el futuro más próximo de la economía española esté pendiente de una operación llena de complicaciones por muy variadas circunstancias. Sólo les queda mantener el tipo con la esperanza de que, de forma casi milagrosa, cambie el ambiente en los mercados o que, con el paso del tiempo, la operación no pueda llevarse a cabo antes del 15 de julio. El 15 de julio es la línea roja en la que todas las partes están de acuerdo que no debe intentarse la salida a Bolsa. A esperar.

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