Guerra comercial: China se saca el truco de Halloween y no quiere ni hablar de trato a largo plazo

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, no tendrá una noche de Halloween tranquila. Y es que justo cuando esta[…]

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, no tendrá una noche de Halloween tranquila. Y es que justo cuando esta tarde la Cámara de los Representantes está a punto de aprobar el procedimiento formal de 'impeachment' o juicio político, las perspectivas de la larga guerra comercial que libra con China se han vuelto a torcer, porque China tiene pocas ganas de hablar de un acuerdo a largo plazo.

El pacto provisional de "fase uno" que previsiblemente se debería firmar el mes que viene va según lo previsto, aunque China ya pidió hace unas semanas muchos más detalles. Pero la mala noticia es que el gigante asiático tiene dudas sobre llegar a un acuerdo comercial integral a largo plazo con Estados Unidos, incluso cuando las dos partes sellen la "fase uno", según explican a Bloombeg funcionarios chinos.

En conversaciones privadas, los funcionarios chinos han advertido de que no cederán en los asuntos más espinosos. Siguen preocupados por la naturaleza impulsiva del presidente Trump y el riesgo de que pueda retirarse incluso del acuerdo provisional que ambas partes dicen que quieren firmar en las próximas semanas.

Tras conocerse la noticia las bolsas europeas se han girado a la baja, y lo mismo han hecho los futuros del S&P500, que ayer cerró en máximos históricos pero ahora abrirá con recortes del 0,3%. El mercado es consciente de que el acuerdo de "fase uno" no es la panacea, por eso, la poca disposición de los chinos a alcanzar compromisos de largo alcance ha metido a las bolsas en el diván. 

Los responsables políticos chinos mantendrán hoy en Pekín una reunión clave . En las sesiones previas, algunos funcionarios han transmitido las bajas expectativas de que las negociaciones futuras podrían resultar en algo significativo, a menos que Estados Unidos esté dispuesto a reducir más los aranceles. En algunos casos, instaron a los visitantes estadounidenses a llevar ese mismo mensaje a Washington, explican a Bloomberg fuentes conocedoras de la decisión.

Ayer ya comenzaban a bajar revueltas las aguas, cuando trascendió a última hora el escepticismo de China respecto a las compras de productos agrícolas a Estados Unidos, supuestamente apalabradas en torno a los 50.000 millones de dólares anuales. La cifra es gigante, teniendo en cuenta que como máximo, los chinos compraron en 2012 aproximadamente la mitad de esta cantidad. 

Además, hay otro obstáculo añadido, pues el presidente chileno, Sebastian Piñera, anunció ayer que el país había cancelado la cumbre de Cooperación Económica Asia-Pacífico del 16 al 17 de noviembre, donde Trump y Xi Jinping esperaban reunirse para firmar el pacto, debido a los disturbios que vive el país. Ante estas noticias, el secretario del Tesoro, Steve Mnuchin, quiso desviar el tiro y calmar al mercado, asegurando que el acuerdo de "fase uno" se iba a firmar igualmente. 

Trump tiene como objetivo sellar un acuerdo más integral que implique reformas económicas más sustanciales que las contenidas en la fase inicial propuesta. Pero los funcionarios chinos son escépticos y dicen que requeriría que EEUU retire los aranceles vigentes sobre unas importaciones chinas de unos 360.000 millones de dólares, algo que los observadores dudan de que Trump esté dispuesto a conceder 

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