El sospechoso silencio del caso Almirall

Hace hoy un mes, la emisora Intereconomía informaba de que el fondo holandés Gilde estaría dispuesto a realizar una oferta por el 29,9% de Laboratorios Almirall a 18,80 euros por acción, lo que provocó un repunte superior al 9% en las acciones de la compañía. Almirall desmintió rotundamente estas supuestas noticias, pero el título terminó la sesión un 5,6% al alza.

 Al día siguiente, la empresa catalana Almirall publicó los resultados en fase III del Aclidinium, que fueron decepcionantes y ponían en serio peligro los planes de la compañía de doblar sus ventas gracias a este compuesto. Sus acciones de desplomaron un 42%, hasta los 8,70 euros. La conexión entre las dos noticias era -cuando menos- curiosa.

Parecía que alguien había filtrado una noticia falsa para poder vender. El capital de la empresa está controlado por la familia Gallardo (70% del capital) y Fidelity (6%) y ninguno de ellos se movió ese día, según los registros de la CNMV. Por otro lado, Almirall desmintió la noticia. Sin embargo, algún otro accionista podría haber lanzado el rumor, alguien interesado en vender por encima de los 14,6 euros en los que llevaba parado el valor siete meses.

Por otro lado existe una segunda opción, la que apunta la posibilidad de que un hedge fund estuviera posicionado a la baja. Una empresa que apostaba por los malos resultados del Aclidinium y que quizás (o no) jugara sobre seguro. Es una situación bastante normal en valores que se juegan su futuro a una carta: Estos fondos especulativos se apalancan en corto apostando a favor o en contra y ganan o pierden poco. Algo que hoy, por ejemplo, no puede hacerse en valores financieros. De ser así, podría no haber relación entre los dos días, pero sigue existiendo la duda ante tamaña casualidad.

En cualquier caso, ha pasado un mes y seguimos sin saber si hubo información privilegiada o sólo fuertes posiciones bajistas. La CNMV afirma que la supervisión es reservada y no comenta lo que hace o deja de hacer. La empresa negó el rumor, pero no ha vuelto a decir esta boca es mía o, lo que es lo mismo, no hay constancia de que haya pedido a la CNMV que investigue el asunto para que se protejan los intereses de sus accionistas minoritarios.

Intereconomía se tragó el sapo ¿Y el pequeño inversor? El pequeño inversor se ha tragado sus acciones, como siempre.