El pequeño inversor, el gran olvidado

Entre aviones Falcon, trajes sin pagar y cuarteles en cuarentena, llegamos a la recta final de la campaña para las elecciones europeas, y todavía estoy esperando que algún grupo político se acuerde de los pequeños inversores. Muchos pensarán que si este desprecio hacia el ahorrador es habitual por parte de los líderes políticos españoles en las elecciones generales, poca atención podemos esperar ahora, en los insípidos comicios europeos. Pero lo cierto es que lo sucedido durante la crisis no sólo ha provocado una tremenda pérdida de confianza por parte de los inversores europeos, sino que además ha puesto de manifiesto las deficiencias normativas que presenta la Unión Europea a la hora de proteger al inversor y abordar asuntos como la información y prácticas de venta de los productos financieros.

Es verdad que algunos países han reaccionado por su cuenta, estableciendo medidas para proteger a los inversores y que sienten las bases para una inversión eficaz y responsable, pero se ha hecho de forma descoordinada, lo que impide que Europa avance hacia un mercado único y eficiente en productos de inversión. Desde la propia Comisión Europea aseguran que existe actualmente un "mosaico normativo" en relación con los distintos productos financieros, y que es necesario buscar un marco regulador adecuado, que dé respuesta a las inquietudes de los pequeños inversores y ayude a recuperar la confianza perdida.

Seguro que López Aguilar, Mayor Oreja y Willy Meyer están muy sensibilizados con esta cuestión. El problema es que con tantos aviones y tantos trajes no tienen tiempo para ponerse con otros temas.