El complejo futuro del sector minero

Según un informe de PWC, las 40 mayores mineras del mundo por capitalización bursátil generaron en 2010 110.000 millones de[…]

Según un informe de PWC, las 40 mayores mineras del mundo por capitalización bursátil generaron en 2010 110.000 millones de dólares en beneficios, un 156% más que en 2009, con lo que establecieron un nuevo récord.

La consultora estima que estas empresas terminaron el año con unos 100.000 millones de dólares en liquidez, lo que ha permitido que para 2011, las grandes firmas del sector hayan anunciado inversiones de 120.000 millones de dólares, el doble de lo invertido en 2009.

Pese a este récord en los beneficios, las mineras están lejos de alcanzar los ROE (retornos para la acción) vividos en 2006, pues los costes inherentes a la actividad han subido mucho en los últimos años.

La consultora titula su informe: "El juego ha cambiado" y en él dice que la industria ha entrado en una nueva era "donde la oferta será el mayor reto".

En realidad, PWC pone el dedo en la llaga al apuntar que el reto es combatir con inversiones los crecientes costes de mano de obra e infraestructuras y las dificultades de las nuevas operaciones, pues las exploraciones cada vez se encuentran en lugares más remotos y complicados.

Cierto, los beneficios del sector minero son atractivos para los inversores, pues vienen impulsados por la creciente demanda de los países emergentes. Sin embargo, las grandes explotaciones se están agotando y encontrar nuevas y ponerlas en actividad supone mucho tiempo y dinero. Ese es el gran problema. Las mineras invierten en su futuro cuando la demanda es fuerte como ahora, pero los resultados, cuando los hay, tardan más.

Si con el soporte de una fuerte demanda y con la oferta existente hoy las mineras no son una inversión interesante, ¿cómo van a serlo mañana si a los costes actuales hay que añadirles los de explorar nuevas ubicaciones más lejanas, más profundas o en países políticamente más inestables?

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