Todo lo que el macrofondo público de pensiones debería aprender del sistema británico

El sistema británico corrige dos de los principales defectos del macrofondo de pensiones español que impulsa el ministro Escrivá

Incrementar el ahorro en planes de pensiones de empleo es uno de los objetivos que el ministro de Seguridad Social, José Luis Escrivá, se propuso lograr al ocupar su cargo, y para ello ultima el diseño de un macrofondo de pensiones de empresa que, en opinión de los expertos, podría mejorar la previsión social empresarial en España, pero tiene defectos que le restarán eficacia.

Para subsanar estas tareas los analistas aconsejan a Escrivá replicar el Automatic Enrolment (AE), un sistema de previsión social empresarial implantado en el Reino Unido en 2012 que ha obtenido muy buenos resultados.

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"Este modelo ha tenido un gran éxito y ha permitido incrementar el ahorro a largo plazo para la jubilación de los trabajadores. Ello hace que sea una buena solución para fomentar el segundo pilar de previsión social complementaria en España y reforzar el sistema público de pensiones", argumenta Isabel Casares, secretaria general de la Organización de Consultores de Pensiones (Ocopen).

Corregir imperfecciones

El sistema británico palía dos de los principales defectos del macrofondo español: su adscripción voluntaria y la ausencia de incentivos fiscales a las empresas que implanten planes de empleo.

El AE es de adscripción por defecto para el trabajador, que puede renunciar a él, y obligatoria para los empresarios.

Estos deben inscribir automáticamente a todos sus empleados que cumplan unos requisitos mínimos en un plan de pensiones de empresa y realizar aportaciones obligatorias a su favor del 3 por ciento del salario. A su vez, los trabajadores deben aportar un 4 por ciento y el Estado un 1 por ciento mediante deducciones fiscales a las aportaciones.

A pesar de que los empleados pueden salirse de los planes de empleo, apenas lo hacen. Según datos de la patronal del seguro Unespa, desde su aplicación más de 10,2 millones de trabajadores han sido inscritos automáticamente en el sistema, de los cuales un 91 por ciento se ha mantenido en él.

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Para formar parte de un plan de empleo hay que tener más de 22 años, no estar cerca de la jubilación y ganar al menos 10.000 libras anuales.

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Incentivos a las empresas

Otra cualidad del modelo británico que debería adoptar el español es ofrecer incentivos fiscales a las empresas que adopten planes de pensiones para sus trabajadores.

Así lo estima Ángel Martínez-Aldama, presidente de Inverco: "Debería incluir fuertes estímulos fiscales para estas empresas, ya que de otra manera dificultaría cumplir sus objetivos de dar estabilidad al actual modelo de previsión social complementaria e impulsar los planes de pensiones de empresa sustentados en el marco de la negociación colectiva, facilitando el acceso a ellos a trabajadores de pymes y a autónomos”.

Un impulso cada vez más necesario en España si se tiene en cuenta que solo el uno por ciento de las empresas cuenta con un plan de pensiones y que solo uno de cada seis trabajadores cuenta con este tipo de ahorro.

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Ello hace que el patrimonio en planes de empleo ronde los 36.200 millones de euros, muy lejos de los 87.587 millones que albergan los planes de pensiones individuales, según la Asociación de Instituciones de Inversión Colectiva y Fondos de Pensiones (Inverco).

Voluntad política

Los analistas ven factible la implantación del Automatic Enrolment en España si llegan a un acuerdo las partes implicadas: el Ejecutivo y los agentes sociales.

"El Gobierno español debería adoptar el modelo británico, principalmente las medidas que mejor han funcionado como la inscripción automática al plan de empleo, que el participe aporte una cantidad igual o superior a la del empleador y que exista un incentivo fiscal importante para ambos”, señala Enrique Devesa, profesor de la Universidad de Valencia e investigador del IVIE.

Para aplicarlo en España sería necesaria, a su juicio, “voluntad política”. La misma que reclama Isabel Casares: “debería establecerse un planteamiento claro por parte del Gobierno para llegar a un acuerdo con empresas, sobre todo pymes, y sindicatos para que el modelo británico se implantara como un sistema complementario a nuestro sistema público de pensiones y nunca como una sustitución".

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También considera necesario un consenso sobre cómo compensar a las empresas por el aumento de los costes y el esfuerzo que realicen para implementar este sistema.

Un posible freno

Miguel Ángel Menéndez, director del área de previsión social de Mercer España, ve dificultades en la adopción del AE, a pesar de que lo considera una “una excelente solución”.

El problema se deriva de que la legislación española “impide obligar a las empresas a implantar planes de jubilación para sus empleados”, pero cree que se puede esquivar este obstáculo "planteando su implantación a través de la negociación colectiva".

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