Pensiones: ¿Qué medidas descarta Sánchez para no hundirse en las urnas?

Hacer sostenible el sistema público de pensiones es uno de los objetivos de Pedro Sánchez, pero para conseguirlo tendría que tomar tres medidas que no se atreve a acometer porque le restarían votos: bajar las pensiones, implantar el factor de sostenibilidad y reducir la tasa de sustitución

El futuro de las pensiones obliga al Gobierno a hacer equilibrios en la cuerda floja. Si no emprende reformas, el sistema público de pensiones puede convertirse en insostenible a medio plazo debido al déficit que arrastra la Seguridad Social, pero tomarlas le costaría un ‘precio’ muy caro en las urnas que no está dispuesto a pagar.

Entre estas medidas destacan bajar las pensiones, implantar el factor de sostenibilidad al calcular su cuantía o reducir la tasa de sustitución. Informa la revista INVERSIÓN en su número de esta semana. Puede suscribirse desde 3 euros por semana o acudir a su quiosco (4 euros).

El Gobierno se niega a implementarlas porque, según el ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones José Luis Escrivá, las pensiones están "absolutamente aseguradas en España". Esta afirmación es muy cuestionada por quienes creen que si no se emprenden cambios estructurales en nuestro sistema público de pensiones acabará siendo insostenible.

Y las cifras les dan la razón. En los últimos 10 años las cuentas de las pensiones arrastran un déficit continuado que asciende a 116.640 millones de euros y ha habido años en que dos de las 14 pagas, las extraordinarias, se han pagado gracias a la concesión de créditos procedentes de los Presupuestos Generales.

También la hucha de las pensiones está en caída libre y solo quedaban a principios de este año 2.150 millones de euros, una cifra muy inferior a los máximos de 66.815 millones que atesoraba en 2011. 

Y las perspectivas para 2020 van a peor. Según un informe de la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (Airef), la Seguridad Social cerrará este año con un déficit de entre 56.000 y 68.000 millones de euros, dependiendo de lo grave que sea la crisis.

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Una caída muy superior a los 16.000 millones con los que cerró 2019. Este descenso estará causado por el aumento del desempleo y la consiguiente bajada de los ingresos por cotizaciones sociales.

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Está claro que las cuentas no salen y para evitar la quiebra del sistema el Gobierno debe aprobar una serie de medidas que no gustan ni al Ejecutivo, porque pueden restarle votos, entre ellos los de más de nueve millones de pensionistas, ni a los futuros  jubilados que verían mermados sus ingresos.

La hucha de las pensiones está en caída libre y solo atesoraba a principios de este año 2.150 millones de euros

«Este Gobierno se muestra remiso a reformar las pensiones por el coste electoral que ello conlleva y por razones  ideológicas», asegura Gonzalo Núñez, profesor del Centro de Estudios Financieros.

Entre las medidas «urgentes y estructurales» que el Gobierno de Sánchez debería acometer, a juicio de los expertos, destacan tres:

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Bajar las pensiones

Reducir la cuantía de las pensiones haría más solvente al sistema, pero, según el ministro Escrivá, el compromiso del Gobierno es mantener el poder adquisitivo de las pensiones. Y no solo ha optado por no bajarlas, sino que desde enero las ha subido un 0,9 por ciento y las ha actualizado con el incremento del IPC. Esta revalorización tendrá este año un coste de 1.406 millones.

El Gobierno también podría plantearse, tal como hacen otros países, combinar la revalorización de las pensiones con otros indicadores como el crecimiento de salarios o del PIB, apunta Mariano Jiménez, presidente de la Organización de Consultores de Pensiones.

Factor de sostenibilidad

Una de las reformas más demandada al Gobierno español por organismos internacionales, y que este no ha tenido en cuenta hasta ahora, es adecuar la pensión que se va a cobrar a la esperanza de vida del jubilado, también conocido como factor de sostenibilidad. De modo que una mayor esperanza de vida genere una disminución de la pensión que se fija en el momento de la jubilación.

«Cada vez vivimos más y nuestros hijos tendrán una esperanza de vida de cien años, por lo que, si no ligamos a ella las pensiones, el déficit estructural que va a sufrir el sistema será enorme», dice Miguel Ángel Menéndez, director de Previsión Social en Mercer España.

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Reducir la tasa de sustitución

A esta medida se suma la de reducir la tasa de sustitución -el porcentaje del salario que cobra el trabajador cuando se jubila-, que en España ronda el 83 por ciento de media, 20 puntos porcentuales más alta que la media de los países de la OCDE. Desde este organismo han advertido al Ejecutivo de Sánchez que si no se frena podría alcanzar el 90 por ciento del salario en los próximos años. La pensión media de jubilación ascendió en mayo a 1.160,6 euros, un 2,02 por ciento más respecto al año pasado.

Por el momento, el Gobierno hace caso omiso a estas recomendaciones que, a juicio de los expertos, solo podrían aplicarse si desde la CE le presionan a implantarlas como condición para recibir las ayudas con las que hacer frente a la crisis del coronavirus.

Otra forma de aplicarlas sería mediante un consenso de los integrantes del Pacto de Toledo, pero poner de acuerdo a todos los partidos políticos es, por ahora, ‘misión imposible’.

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