EPSV, el modelo de "éxito" que quiere imitar Escrivá con su macrofondo de pensiones

Las Entidades de Previsión Social Voluntaria (EPSV) cuentan con un patrimonio de 27.000 millones y ya representan el 36 por ciento del PIB del País Vasco

Las Entidades de Previsión Social Voluntaria (EPSV) creadas en el País Vasco para complementar la pensión pública de jubilación se han convertido en "un modelo de éxito con mucho futuro y exportable", aseguran los expertos.

Se trata de entidades privadas de suscripción voluntaria que tienen como objetivo el ahorro finalista e incluyen las contingencias de fallecimiento, invalidez, enfermedad grave o desempleo de larga duración. Son específicas del País Vasco, donde tienen su ámbito exclusivo de actuación.

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Una de sus mayores ventajas es que "dan la oportunidad al ahorrador individual de obtener las condiciones de un inversor institucional, participando de los retornos de los mercados financieros con unos costes muy ajustados", reconoce Antonio Méndez, responsable fiscal del área de previsión social de Mercer.

A diferencia de otros instrumentos de ahorro-previsión, no están bajo la supervisión de la Dirección General de Seguros y Fondos de Pensiones, sino de la Comunidad Autónoma del País Vasco y pueden constituirse en tres regímenes: individual, de empleo y asociadas, estas están promovidas por agrupaciones y asociaciones.

Las EPSV representan el 36 por ciento del PIB vasco

Estas características hicieron que su patrimonio creciera en 2020 en 520 millones de euros, hasta sobrepasar por primera vez su historia los 26.000 millones. Ya representan el 36 por ciento del producto interior bruto del País Vasco y cubren a más de 1.144.000 socios, lo que significa que uno de cada tres vascos está asociado a ellas.

Su crecimiento continúa este año. En el primer semestre su patrimonio ha subido en más de 1.000 millones de euros, hasta superar los 27.400 millones.

Mejor fiscalidad que los planes de pensiones

Entre sus mayores atractivos destacan "sus ventajas fiscales frente a los planes de pensiones, que, poco a poco, van perdiendo los beneficios fiscales con los que se crearon", apunta Isabel Casares, secretaria general de la Organización de Consultores de Pensiones (OCOPEN).

Los socios de las EPSV pueden deducirse hasta un máximo de 5.000 euros anuales en la declaración de la renta, una cifra muy superior a los 2.000 euros que se pueden deducir hasta ahora los partícipes de planes de pensiones y que se reducirá a 1.500 euros el próximo año.

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Además, a diferencia de estos, no existe aportación máxima, por lo que los socios pueden aportar lo que consideren en un año y deducirse todo lo que supere esa cantidad en los cinco ejercicios siguientes.

En cuanto a su rescate, conservan un tratamiento favorable si se opta por recuperar el dinero en forma de capital, ya que la primera cantidad percibida tendrá el 40 por ciento exento (hasta 300.000 euros). Se puede rescatar la totalidad del saldo acumulado pasados 10 años desde la fecha de la primera aportación.

Exportar el modelo al resto del país

El buen comportamiento de las EPSV y el interés de los futuros jubilados por ellas ha hecho que se levanten voces pidiendo exportar este modelo al resto de España.

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"Cualquier iniciativa de promover la previsión social complementaria es bienvenida", apunta Antonio Méndez, para quien “sería interesante extender al territorio nacional la vocación sectorial de las EPSV de empleo al ser un instrumento de previsión que sirve a colectivos".

En su opinión, "ello podría inspirar la creación de fondos de pensiones sectoriales en España, con una vocación de complementariedad a la Seguridad Social y promovida por los convenios colectivos sectoriales, en aras de ofrecer a pymes instrumentos de previsión eficientes y rentables para sus empleados”.

La solución al sistema público de pensiones

También Isabel Casares, reconoce que "llevamos años diciendo que seguir el sistema de las EPSV sería la mejor solución para complementar y mejorar el sistema público de pensiones español, tanto en el sistema empresarial como en el privado”.

Lo más importante, a su juicio, es que se comience cuanto antes, por lo que "debería implementarse en las empresas desde que se comienza la actividad laboral como un salario diferido y con un porcentaje de dicho salario como aportaciones anuales para evitar variaciones en las aportaciones en los últimos años de la vida laboral".

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Pero ‘exportar’ el modelo no es fácil, argumenta José Antonio Herce, socio fundador de LoRIS y experto en pensiones, ya que "el marco de concertación social e institucional en el que han prosperado en el País Vasco es difícil de encontrar en el resto de España”. A lo que hay que sumar que el gobierno vasco está estimulando fiscalmente a las EPSV de manera adicional.

La inspiración de Escrivá

El buen funcionamiento de las EPSV ha hecho que el ministro de Seguridad Social, José Luis Escrivá, las haya tomado como modelo para diseñar su ‘macrofondo’ de pensiones de empleo de promoción pública y gestión privada.

Las considera "un caso de éxito", según ha manifestado en sus comparecencias en el Congreso de los Diputados.

Pero no es el único. También Isabel Casares cree que "son un buen producto de ahorro complementario para la jubilación" y aplaude el criterio de Escrivá al poner el foco en ellas para diseñar su ‘macro fondo’, ya que "son la mejor referencia y debe tenerlas en cuenta".

Por su parte, Antonio Méndez cree que son "una buena inspiración" porque les rige una normativa de buen gobierno, promueven la incorporación de los factores ASG en sus inversiones y poseen políticas de inversión global y diversificada.

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Asegura que todo ello “es la mejor garantía para que a largo plazo el ‘mega fondo’ sea un buen complemento a la jubilación y pueda disminuir la carga de las pensiones públicas en las cuentas del Estado".

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