Las gasistas responden con indiferencia al rechazo del plan de la UE

Las gasistas españolas apenas notan en sus cotizaciones el rechazo a la propuesta europea de consideración del gas como energía sostenible

Las empresas gasistas españolas han tenido respuestas bursátiles divergentes ante el rechazo frontal del Gobierno a la propuesta de la Comisión Europea de considerar al gas natural y a la energía nuclear como fuentes de energía sostenibles, pero el denominador común entre las cotizadas nacionales es cierta indiferencia ante el revuelo político generado entre Bruselas y Madrid.

Mientras que Enagás, Endesa y Naturgy han sufrido ligeras pérdidas que varían entre el 0,6 y el 0,07 por ciento, Iberdrola ha subido un leve 0,7 por ciento durante la sesión del lunes.

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Los inversores se mantienen, por tanto, neutrales ante un borrador de propuesta de taxonomía verde de la Comisión Europea que pretende "guiar y movilizar las inversiones privadas hacia actividades necesarias para conseguir la neutralidad de carbono en 2030", pero que el Gobierno de España considera que manda "una señal errónea a los mercados financieros".

Bruselas se escuda en una Europa en ritmos distintos de descarbonización

La Comisión Europea anunció el 1 de enero que había comenzado a consultar con el grupo de expertos de los Estados miembro de la Unión Europea la posibilidad de considerar la energía nuclear y el gas natural como fuentes energéticas sostenibles.

La Comisión argumentó que esta propuesta se apoya en la consideración de que "el gas natural y la energía nuclear tienen un papel que desempeñar para facilitar la transición hacia un futuro basado predominantemente en las energías renovables".

De acuerdo a las explicaciones ofrecidas desde Bruselas, la combinación energética actual en Europa varía de un Estado miembro a otro, pero siguen existiendo países dentro del conjunto europeo que basan gran parte de su mix en el carbón.

La inclusión de la energía nuclear y el gas dentro del reglamento creado para facilitar las inversiones sostenibles, por tanto, permitiría a los Estados miembros avanzar hacia la neutralidad climática desde esas diferentes posiciones, según se argumenta en el borrador publicado por la Comisión Europea.

España no comparte la idea propuesta

El reglamento de taxonomía verde establecido por Bruselas en 2019 para facilitar las inversiones sostenibles buscaba reorientar los flujos de capital hacia inversiones sostenibles, "a fin de lograr un crecimiento sostenible e inclusivo", y a ojos del Gobierno español, incluir a la energía nuclear y al gas dentro de estas consideraciones supondría dar un paso atrás en la lucha contra el cambio climático.

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"Independientemente de que puedan seguir acometiéndose inversiones en una u otra, consideramos que no son energías verdes ni sostenibles", recalcó en un comunicado la vicepresidenta y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Teresa Ribera.

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“No tiene sentido y manda señales erróneas para la transición energética en el conjunto de la UE”, señaló Ribera.

Pese a reconocer que tanto la energía nuclear como el gas natural tienen un papel que jugar en la transición energética, el Ministerio español considera que el impacto positivo de estas energías es "limitado en el tiempo", por lo que "deben ser tratadas de forma aparte y no como verdes", clasificación que reserva a otras energías "claves para la descarbonización y sin riesgo ni daño ambiental".

Europa se divide

El rechazo de España a la propuesta de la Comisión Europea ha estado apoyado por otras naciones continentales como Alemania y Austria, país este último desde donde se ha llegado a acusar a la Comisión de querer hacer "un lavado de cara verde" a estas dos energías, asegurando incluso que, en caso de aplicarse, llevarían la propuesta al Tribunal de Justicia de la Unión Europea.

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Pese a que la propuesta de Bruselas se distribuyó a últimas horas del 31 de diciembre, el portavoz comunitario de la Comisión Europea aseguró durante una rueda de prensa ofrecida el lunes que el organismo europeo no pretendía ocultar sus intenciones.

Al margen de las desavenencias políticas surgidas dentro de la Unión Europea por este borrador de ley, varios analistas han calificado la propuesta como "negativa".

Es el caso de Renta 4, que considera que "indirectamente, podría suponer un freno al desarrollo de las renovables", destacando que "las necesidades de inversión y fomento de estas energías podría verse negativamente afectado".

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