Inversión de impacto. Un paso más allá de los criterios ASG

La gestoras aprovechan el tirón de la inversión con criterios ASG para lanzar este tipo de productos y estudios para que el inversor pueda ver sus efectos

El mundo de la inversión socialmente responsable da un giro más con la introducción de los fondos de impacto.

Es un hecho ya comprobado de que la inversión con criterios ASG es más resiliente a las crisis (esta última es la prueba), y no está reñida con la rentabilidad. 

Y ante un apetito por parte de los inversores por este tipo de temáticas surge una nueva, la de impacto social, que busca, no solo ofrecer rentabilidad a través de sus inversiones, si no llevar a cabo una transformación de la sociedad. A diferencia de las inversiones con criterios ASG, los inversores pueden ver cambios materiales cuantitativos a través de sus inversiones.

Los inversores buscan tener un impacto real y tangible 

Y ante este nuevo interés, son varias las gestoras que apuestan por este tipo de productos.

De hecho así opinan en Mapfre: “Creemos que la inversión de impacto tiene mucho recorrido y, tras la pandemia, la inversión socialmente responsable va a salir reforzada, principalmente aquella que se realiza con criterios sociales”, señala José Luis Jiménez, director general de inversiones de Mapfre.

Mapfre y los microcréditos

Mapfre AM junto con Global Social Impact Investments SGIIC (GSI) acaban de lanzar un fondo abierto de deuda privada, denominado Global Social Impact Fund (GSIF), que pondrá el foco inicialmente en modelos de negocio consolidados del África Subsahariana y se expandirá potencialmente a Latinoamérica.

El vehículo, que pretende alcanzar los 50 millones de euros como primer objetivo, será gestionado por GSI y nace con Santa Comba y Mapfre como principales inversores.

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¿Dónde estará la inversión de impacto? A través de este fondo se proporcionarán microcréditos a empresas de África y de America Latina, que por sus características no tienen acceso a grandes fuentes de financiación.

El funcionamiento es sencillo. Por un lado, GSI evalúa las teorías del cambio de las empresas invertidas, y mide la mejora de la calidad de vida de las personas y comunidades, así como el impacto en el ecosistema, intentando ir más allá de los datos meramente cuantitativos. 

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Para ello, este fondo, que tiene un objetivo de rentabilidad anual de entre el 5% y el 8% y con liquidez anual a partir de 2024, se centrará en tres sectores fundamentalmente: el agrícola, el de energía y el de inclusión financiera. 

En concreto, la mayor parte de la inversión se realizará de forma directa en préstamos y estructuras de deuda a corto plazo, aunque se deja un margen de hasta el 25% del capital para hacerlo a través de fondos.

No es la única novedad

Otro fondo que llega al mercado es el Candriam SRI Equity Circular Economy.

Se trata de un fondo de renta variable global diseñado para promover unas economías libres de residuos a través de la inversión en empresas que están adaptando sus operaciones hacia una economía circular y que contribuyen a un futuro más sostenible.

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El fondo de igual modo donará el 10% de la comisión de gestión neta anual a organizaciones benéficas y organizaciones que promuevan la economía circular. Candriam ha seleccionado en esta ocasión “Close the Gap” como su primer beneficiario

Primeros estudios sobre el impacto

De hecho, este tipo de fondos crecen a un ritmo del 30%. Y ya se publican informes para dar a conocer el impacto real de estas inversiones.

Una de las primeras gestoras en hacerlo es Bankia AM, que en 2017 lanzó “Bankia futuro sostenible”, un fondo que tenía como objetivo einvertir en compañías que tuvieran impacto en alguna de las siguientes cinco temáticas: ‘Agua limpia y saneamiento’, ‘Alimentación y lucha contra el hambre’, ‘Salud y bienestar’, ‘Cambio climático y medioambiente’ y ‘Pobreza y desigualdad’.

Las gestoras empiezan a proporcionar información del impacto de sus inversiones a sus clientes

De acuerdo a su informe extra financiero, las empresas que componen la cartera del fondo “redujeron sus emisiones de CO2 durante 2019 en 132,56 toneladas”, lo que equivaldría “a 300 viajes en tren alrededor del mundo”, entre otros impactos positivos.

Por su parte, Pictet AM tiene a disposición de sus clientes una calculadora para que puedan averiguar el impacto de sus inversiones. 

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¿Están reñidos con la rentabilidad?

Estos fondos no están reñidos con la rentabilidad puesto que la selección de valores, por parte de los gestores con criterios ASG, permiten apostar por empresas rentables. 

Los partícipes han obtenido una rentabilidad acumulada del 8,20% (en participaciones de la clase universal) desde su lanzamiento. Especialmente positiva fue la revalorización que experimentó el fondo durante el año pasado, que alcanzó el 23,1%

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