La historia del euríbor anticipa nuevos problemas para los hipotecados
Si la economía entra en recesión por la subida de tipos para frenar la inflación, el euríbor alcanzará máximos. La historia no deja margen para las dudas
Una recesión provocada por una agresiva política de los bancos centrales para frenar a la inflación podría poner en aprietos a los hipotecados. Y es que el euríbor, el índice al que se referencian la mayoría de las hipotecas, suele dispararse en épocas de crisis.
La excepción no ha sido la crisis provocada por la pandemia provocada por el coronavirus. En mayo de 2020, el euríbor llegó a acercarse al 0 por ciento. Pero gracias a la intervención del Banco Central Europeo (BCE) con la aprobación del Programa de compras pandémico (PEPP), éste se hundió en el -0,5 por ciento.
Ahora, tanto los hipotecados como el euríbor se enfrentan a un panorama parecido. La guerra en Ucrania y la inflación podría desembocar en una nueva recesión.
Así, vista la evolución del euríbor, Simone Colombelli, director de hipotecas de iAhorro, asegura que si el euríbor sigue este ritmo “es posible que llegue al 1 por ciento antes del 2023” porque, normalmente, los efectos de una crisis no se ven al momento, sino que se notan con el paso de los meses.
Las crisis han marcado la evolución del euríbor
El euríbor es un indicador relativamente joven. Apenas ha sobrepasado la mayoría de edad (cuenta con 23 años) pero ya ha experimentado varias crisis y con igual resultado: disparándose en el punto culminante, para luego emprender el camino a la baja.
La primera crisis que vivió el euríbor fue la derivada del estallido de la burbuja de las puntocom, es decir, la quiebra, fusión o cierre de cientos de empresas vinculadas a Internet que comenzaron a especular con los precios de sus acciones entre los años 1999 y 2001, recuerdan desde iAhorro.
El punto culminante de esta crisis se dio en marzo del 2000, pero no fue hasta agosto de ese año cuando empezaron a verse efectos reales en las hipotecas.
Tanto es así que en marzo el euríbor se situaba en el 4,267 por ciento y en cinco meses subió más de un punto porcentual: hasta el 5,248 por ciento de agosto.
En 2002 la economía mundial volvió a sufrir un nuevo bache por una ralentización económica. En esta ‘minicrisis’, el euríbor alcanzó en el quinto mes del año el 3,963 por ciento y no fue hasta finales de ese 2002 cuando volvió al 2 por ciento.
Máximos tras la crisis financiera de 2008
Los hipotecados todavía recuerdan los efectos que tuvo la crisis financiera en el euríbor. A partir de 2006 se registró una nueva subida de euríbor, que se situaba por encima del 3 por ciento y en 2007 llegó al 4 por ciento.
“Esta drástica subida culminó con el máximo histórico de este indicador, en julio de 2008, cuando marcó un 5,393 por ciento”, señalan desde iAhorro.
Ese momento, el mundo, donde España no lograba escaparse, se vivía una crisis financiera global que empezó en octubre de 2007 con la crisis de las hipotecas subprime o hipotecas basura, derivada del colapso de la burbuja inmobiliaria en Estados Unidos y que provocó la posterior quiebra de Lehman Brothers en septiembre de 2008.
El rescate bancario también presionó al alza al euríbor
Después de la crisis financiera, en verano de 2011 registró una nueva recesión por la crisis financiera, que obligó a España a pedir el rescate bancario.
En lo que respecta al euríbor, este indicador registró en julio de 2011 su pico máximo durante estos años, con un 2,183 por ciento. Esta es una cifra mucho menor que la alcanzada durante los peores meses de 2008, pero mucho mayor que el 1,215 por ciento que marcó en mayo de 2010, recuerdan desde iAhorro.
Esa crisis terminó en 2013, gracias a que el entonces presidente del BCE, Mario Draghi, entonó su famoso “whatever it takes” que permitió al euríbor estabilizarse en el 0,5 por ciento.
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