Las sicavs sufren su tormenta perfecta: ¿por qué se las demoniza?

La volatilidad de los mercados y la incertidumbre política ha golpeado de lleno a las sicavs en este primer trimestre.[…]

La volatilidad de los mercados y la incertidumbre política ha golpeado de lleno a las sicavs en este primer trimestre. La creación de estos vehículos de inversión, que vivió un momento de esplendor con el registro de 61 nuevas en la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) en el primer trimestre del año pasado, se ha frenado a tan solo 15. Pero no solo eso, el patrimonio de algunas de las mayores fortunas españolas gestionado a través de estos productos se ha reducido un 2,36 por ciento, tras sufrir importantes pérdidas de hasta el 12 por ciento. Torrenova, vinculada a la familia March, la de mayor tamaño, ha disminuido su patrimonio desde los 1.280 millones de euros hasta los 1.270 millones de euros y sufrió pérdidas del 0,57 por ciento; Morinvest, gestionada por BBVA y depositaria de la fortuna de Alicia Koplowitz, ha perdido un 2,48 por ciento, mientras que Soandres, la sicav de Sandra Ortega, ha registrado caídas del 1,17 por ciento. 

Jordi Padilla, director general de Popular Gestión Privada, explica que los factores son dos. Por un lado, la incertidumbre política: «En el último proceso electoral se planteaban cambios en el régimen tributario: hay que esperar el resultado electoral para ver si habrá un pacto o reforma fiscal que les pueda afectar antes de constituirlas». Y por otro lado, la «situación de los mercados financieros, ya que desde la segunda mitad del año, los activos con más riesgo no dan la rentabilidad esperada y los más conservadores están incluso en rendimientos negativos». 

Respecto al primer motivo, los expertos coinciden en que las sociedades de inversión en capital variable (sicavs) son un instrumento más para canalizar el ahorro, pero señalan que no es un vehículo diseñado exclusivamente para las grandes fortunas. Ángel Martínez Aldama, presidente de Inverco, reitera que «las sicavs son instrumentos abiertos y cualquiera podemos invertir en ellos a través de nuestra entidad financiera (se puede comprar una acción de la sicav de Torrenova desde un euro), puesto que están cotizadas en bolsa. Por lo tanto, no es el refugio ni un instrumento ad hoc para determinados tipos de inversores. Pero, además, son instituciones que están reguladas. Y su funcionamiento es muy parecido al de los fondos de inversión. 

Las ventajas fiscales es la misma que la de los fondos de inversión: las operaciones que lleva a cabo tributan al 1 por ciento, en lugar de hacerlas al 30 por ciento como el impuesto de sucesiones. Sin embargo, sus plusvalías tienen la misma fiscalidad que los rendimientos de capital mobiliario, es decir, los mismos impuestos que los intereses de un depósito o cuenta: 19 por ciento para rendimientos de hasta 6.000 euros o hasta el 23 por ciento para rendimientos que superen los 50.000 euros. «La principal diferencia con los fondos radica en la gestión, ya que las sicavs permiten una más activa por parte de los accionistas que la que tiene el inversor en fondos de inversión», incide, pero a igual que a ellos, permite diferir el pago de impuestos hasta que no se hacen líquidas las ganancias. 

También desde Foster Swiss aseguran que «las grandes fortunas españolas están creando menos sicavs, porque temen un cambio radical en la tributación de las mismas en función de los resultados de las próximas elecciones generales del 26 de junio». Ante este panorama, Luis Buceta, director de inversiones de Gesalcalá, constata que «muchos clientes están esperando a ver cuál va a ser el marco regulatorio definitivo antes de tomar una decisión de crear un vehículo como éste».

En cuanto a la situación de los mercados, la volatilidad se instaló en ellos como consecuencia de un conjunto de factores, entre ellos dudas acerca de la fortaleza de la economía china, la situación de los emergentes, la caída de los precios del petróleo y la paulatina subida de tipos por parte de la Reserva Federal. Recordemos que el Ibex 35 cerró con pérdidas del 8,5 por ciento entre enero y marzo de 2016. Buceta explica que «no es tanto un problema de gestión, sino de un comienzo muy negativo en los mercados financieros. Las bolsas europeas acumulan rentabilidades negativas sustanciales».

Mercados y elecciones tendrán la última palabra

Padilla reconoce que este año está siendo muy complicado debido a la volatilidad, que «es un movimiento brusco que puede provocar pérdidas o ganancias», por lo que requiere una gestión más activa y esa es, en palabras de Padilla, la clave para capear la tormenta. «El activo en sí no te da rentabilidad sino que es la gestión», continúa diciendo y asegura que «junio y julio serán meses complicados». Las sicavs de Popular Banca Privada cotizan entre un 0,1 por ciento de rentabilidad y un -0,1 por ciento, y Padilla recuerda que «si el mercado cae tú tienes que participar en la caída, pero menos, y si el mercado sube, debes subir más que el mercado».

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Buceta explica que a pesar de la creciente volatilidad de los mercados «las sicavs cuentan con muchos instrumentos para capear los temporales. Desde la utilización de derivados como cobertura, hasta la inversión en activos descorrelacionados como fondos alternativos». Renta variable, oro, liquidez e inversiones alternativas serían otras posibilidades en inversión. 

Para Foster Swiss una opción pasaría por constituir una sicav en otras jurisdicciones más atractivas, como Suiza o Luxemburgo, ya que consideran que se trata de un buen momento para hacerlo.

Aldama cree que la evolución de estos vehículos marcará la evolución del patrimonio y rentabilidad, mientras que los resultados electorales serán determinantes para que el número de creación de sicavs se recupere, algo que podría verse a partir de septiembre con la elección de un nuevo Gobierno. En cuanto a las propuestas de los partidos políticos, desde Inverco se advierte que una modificación de la fiscalidad de las sicavs implicaría una deslocalización de la industria de gestión de activos española hacia sicavs de la Unión Europea (Irlanda y Luxemburgo), en los que, como en el resto de los países de la Unión Europea, el tipo del Impuesto sobre Sociedades aplicable a estos instrumentos es del cero por ciento. «Lo único que se lograría es eliminar un producto de ahorro con un patrimonio de más de 32.000 millones de euros, de los cuales, 9.000 millones están invertidos en activos españoles» advierte Martínez Aldama. Lo que sí reconocen desde Gesalcalá es que «existe aversión al riesgo en España, y sobre todo por parte del inversor extranjero que ha ralentizado mucho el volumen de operaciones».

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