El 65 % de los fraudes a las compañías proviene de sus empleados, según KPMG

El 65 % de los fraudes contra las compañías son cometidos por empleados de las propias empresas, que en un[…]

El 65 % de los fraudes contra las compañías son cometidos por empleados de las propias empresas, que en un 61 % de los casos carecen de sistemas de control interno efectivos, según el informe "El perfil global del defraudador", presentado hoy en Madrid por la consultora KPMG.

El informe, que ha estudiado 750 casos de fraude en 78 países, señala que la falta de controles asciende al 71 % de las compañías analizadas en Europa.

El socio responsable de KPMG Forensic, Fernando Cuñado, ha explicado hoy que "las empresas pueden evitar hasta tres de cada cinco fraudes si implantan sistemas de control proactivo de sus riesgos", mediante el análisis masivo y centralizado de datos.

"El fraude es algo inherente a toda empresa y en la naturaleza del ser humano", ha afirmado Cuñado, para quien es fundamental que las empresas concedan importancia a estas prácticas, que en al menos el 27 % de los casos suponen pérdidas superiores al millón de dólares (940.000 euros).

El perfil mayoritario del defraudador es un empleado de entre 35 y 55 años (el 69 % de los casos), que dispone de gran poder en la empresa (44 %), que actúa en colaboración con terceros (62 %) y cuya motivación es el lucro personal (60 %).

Según KPMG, el 35 % de los defraudadores pueden ser ejecutivos o consejeros de la compañía, con una antigüedad en la misma superior a los seis años, en el 38 % de los casos. En cambio, solo un 20 % de los fraudes son cometidos por empleados rasos de la compañía.

En relación al tipo de fraude, la colusión empresarial -pactar con un tercero o competidor sin que la compañía tenga conocimiento- es una de las prácticas con mayor impacto.

En este tipo de fraude el estafador suele actuar en grupo, normalmente formado por hasta 5 personas, de las que algunas pueden proceder del exterior de la compañía.

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Entre los fraudes internos vinculados al uso de las tecnologías, el 24 % se debe a la creación de registros falsos o incompletos en los estados financieros y un 13 % al acceso a información confidencial valiosa.

Respecto a la motivación, el 66 % de los estafadores comete un fraude en busca del beneficio económico personal, un 27 % lo hace porque tiene la capacidad suficiente para ello y un 13 % declara hacerlo porque todos sus compañeros lo hacen.

Por sectores, Cuñado ha concretado que, aunque "el fraude afecta a todas las áreas de actividad", se está observando un aumento de la exposición al fraude en compañías financieras, empresas petrolíferas y gasistas, distribuidoras y constructoras de infraestructuras.

"España no está ni peor ni mejor que la tendencia observada en otros países analizados", ha afirmado Cuñado, aunque ha explicado que en las empresas españolas, como en el resto, se deberían mejorar los sistemas de control.

KPMG recomienda a las empresas realizar constantes análisis de riesgos de fraude de forma proactiva, emplear la tecnología para combatir el fraude -procesos de big data-, conocer y seleccionar bien a los terceros antes de operar con ellos y establecer canales internos de denuncia.

El estudio señala que el 24 % de los fraudes son descubiertos a través de avisos informales -ante ausencia de canales de denuncia-, el 22 % por revisiones internas y el 20 % por cuestiones éticas -rechazo social- en el círculo de relación del defraudador.

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