Bonos autonómicos: el que no corre vuela

A muchos puede parecerles que aquí vende ya deuda hasta el gato. Y no es de extrañar a juzgar por[…]

A muchos puede parecerles que aquí vende ya deuda hasta el gato. Y no es de extrañar a juzgar por el dinamismo de los emisores de renta fija, sobre todo soberanos. El Tesoro español, sin ir más lejos, emitió en 2010 títulos por valor de 62.100 millones de euros. Y para este año la institución ha anunciado que las emisiones netas previstas alcanzarán los 47.200 millones de euros. Es decir, deuda a "tutti plen" para los mercados. Pero no es el único organismo español activo en la materia. Las comunidades autónomas se han convertido en un duro competidor con sus particulares emisiones de bonos que, por otra parte, vuelan en las sucursales de las entidades colocadoras.

En estos días, está abierta una emisión con tipos de intereses suculentos. La Generalitat de Cataluña tiene en periodo de suscripción bonos para particulares a un año al 4,25 por ciento y a dos años al 4,75 por ciento. Bonos patrióticos con la garantía de la Generalitat. La remuneración es muy tentadora. No en vano, supera en cuatro veces el precio oficial del dinero (en el 1,25 por ciento desde el pasado 7 de abril), duplica el interés de la Letra del Tesoro (al 2,12 por ciento, según la última subasta) y se bate frente a frente con los depósitos bancarios (al 2,98 por ciento de interés medio, según datos del Banco de España). Con estas cifras, a nadie sorprende la buena acogida que están teniendo. En sólo un día, los bonos catalanes ya han colocado casi un tercio de su emisión total (700 millones de euros, según datos del Diario Oficial de Cataluña). Previsiblemente, el plazo de emisión se cierre mucho antes de lo previsto (el 3 de mayo), tal y como ha ocurrido en las últimas colocaciones de bonos de la comunidad valenciana, Baleares o la propia Generalitat de Cataluña.

Pero cuidado. No se trata de activos exentos de riesgo. Su liquidez es muy limitada. Son instrumentos muy difíciles de vender en el mercado secundario si se necesita el dinero antes de tiempo. Además, aunque la percepción del riesgo de impago es baja, no hay que olvidar que el estado de las finanzas autonómicas no es precisamente bueno...

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