¿Predice la primera sesión del año lo que puede ocurrir el resto del ejercicio?
El Ibex-35 cerró ayer su peor arranque de año desde 1997. ¿Es una pista sobre cómo puede cerrar el año? Los analistas aconsejan fijarse también en todo el mes de enero y en sus cinco primeras jornadas, pero sin asumir determinismo ninguno.
Que la sesión de ayer se convirtiera en el peor arranque de ejercicio desde 1997 para el Ibex-35, con un descenso del 2,42%, inyecta malos augurios para todo el año 2016. Pero no hay razones "científicas" que sostengan esa teoría: si hablamos del Dow Jones, que tiene más histórico que el selectivo español, desde 1904, la coincidencia entre el resultado del ejercicio y el del primer día del año ha sido de exactamente la mitad, lo que niega cualquier valor predictivo a lo que haga la Bolsa el primer día del año. La única pista que se atreve a sacar Bill Schultz, de McQueen, Ball & Associates, de la primera sesión de este 2016 es que este año aumentará la volatilidad. Y no habla del Ibex-35. Este experto se refiere a Wall Street, donde el S&P 500 terminó ayer con su sexto peor resultado desde 1929, al retroceder algo más de un 2,5%, frente al descenso del 2,8% en 2001 y al hundimiento del 6,9% de 1932, por ejemplo. En esos dos años, el S&P 500 retrocedió un 14%.
¿Qué hay del Ibex-35? Su peor arranque de año tuvo lugar en 1997, cuando retrocedió un 2,64%. Pero ese ejercicio terminó con una revalorización del 40% para el selectivo, una de las más elevadas de la historia del indicador, sólo superada por la registrada en 1996, cuando ganó casi un 42%, después de que el 2 de enero se hubiera anotado un 1,50%.
Desde 1987, el peor año para este indicador fue el de 2008, cuando se hundió casi un 40%. En la primera jornada de ese ejercicio, la caída fue de un 1,18%. El segundo descenso anual más importante del selectivo tuvo lugar en 2002, cuando bajó un 28%. En la primera sesión de ese año, cayó apenas un 0,24%.
La primera sesión no sirve para anticipar lo que puede ocurrir en el conjunto del año, aunque tenga efectos negativos sobre el ánimo inversor, quizás, en el más estricto corto plazo. Los analistas hablan más de la relación existente entre el resultado de todo el mes de enero y el de todo el año, porque, al fin y al cabo, las manos más poderosas del mercado por el volumen de dinero que manejan suelen construir sus carteras en enero de acuerdo con las previsiones que realizan para todo el ejercicio. Aunque no hay una relación directa. Los expertos suelen comentar que si bien lo que ocurra en enero ha de tomarse en cuenta como pista para anticipar cómo puede cerrar el año, esa relación no se cumple siempre.
En 2008, el peor año de la historia para el Ibex-35, enero terminó con un descenso del 12,87%. En 2003, el segundo peor ejercicio para el indicador, se firmó una caída del 4,13% en el primer mes. Enero de 1997 (uno de los mejores años del selectivo) acabó con una subida del 3,35%. En enero de 1996 (el mejor año del Ibex-35) acabó con una revalorización del 2,86%.
Para quienes no quieren esperar a la última jornada de enero para tener pistas más o menos fiables de cómo podría terminar el ejercicio, pueden hacerse una idea de lo que puede terminar ocurriendo de aquí a final de año al término de esta misma semana, porque hay analistas que han encontrado coincidencias entre lo que hace la Bolsa en las cinco primeras sesiones del año y el resultado del conjunto del año, aunque hay estudios que apuntan que la correlación es mayor cuando enero comienza con subidas que cuando termina con bajadas, es decir, hay más probabilidad de que el año termine al alza cuando el saldo de los cinco primeros días es positivo que el ejercicio acabe en rojo si las cinco primeras jornadas bursátiles son negativas.
¿Qué ocurrió en las cinco primeras jornadas del año 1996, el mejor de la historia del Ibex-35? Cuatro de ellas fueron alcistas y otra, bajista, y el saldo fue positivo. En 1997, el segundo mejor ejercicio del selectivo, pese a la caída de la primera jornada, encadenó las cuatro siguientes de avances que compensaron, y con creces, la bajada del primer día. En 2008, el peor año para la historia del indicador, hiló las tres primeras sesiones a la baja y las dos siguientes, al alza, pero sin que pudieran compensar las pérdidas con las ganancias. En 2002, el segundo peor ejercicio para la Bolsa española, intercaló subidas con bajadas, pero el saldo fue negativo.
De todas maneras, el año es muy largo y hay muchas citas por delante: con China, mañana mismo, cuando se levantará la prohibición de la venta de acciones por parte de los grandes propietarios de títulos; pero también con la Fed, con la incógnita respecto al ritmo con que subirá los tipos de interés; con el BCE, que podría incrementar aún más su programa de estímulos; posiblemente con las urnas en España, más allá de las previstas en Galicia y País Vasco; además de las imprevisibles y las impredecibles, que son las que más suelen mover a las Bolsas. Por eso, hay que estar pendientes siempre de los mercados, para modular las carteras aunque éstas siempre tienen que haberse construido respetando el perfil de cada inversor.