China suspende el mecanismo interruptor y da aire a las bolsas

Las autoridades chinas deciden suspender el mecanismo interruptor que corta la negociación cuando las pérdidas llegan al 7%. Este sistema no gustaba a los inversores, en particular a los pequeños, pues alteraba sus expectativas y a la postre ha provocado más pánico. 

Las autoridades chinas han decidido suspender el mecanismo interruptor estrenada a principios de año que ha permitido cortar dos sesiones bursátiles cuando las caídas llegaron al 7%. La decisión ha gustado bastante a los mercados. El Ibex se aleja de mínimos y pasa de caer un 3% a recortar el 1,5%. 

Las  nuevas normas estrenadas con el inicio del año cortaron las pérdidas durante dos sesiones cuando éstas llegaron al 7% En ambas ocasiones, primero se suspendió la cotización durante 15 minutos, al traspasar el selectivo mixto la barrera del 5 % de pérdidas, pero cuando las operaciones se reanudaron apenas bastó -como en el caso de hoy- un solo minuto de transacciones para caer hasta un 7 % y desencadenar el cierre automático. 

¿Por qué el mecanismo interruptor causa pánico en lugar de frenar el miedo?

Esta situación, inédita hasta esta semana, se produce así hoy por segunda vez en cuatro días, desde que el lunes entró en funcionamiento este nuevo mecanismo interruptor, pensado para que no se repitan los fuertes desplomes en cadena del verano pasado, que llegaron a afectar a otros mercados mundiales.

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Con todo, en lugar de contribuir a estabilizar los parqués, el mecanismo está "alterando las expectativas de los inversores" individuales (unos 90 millones de ahorradores chinos sin conocimientos financieros, que sustituyeron los poco rentables depósitos bancarios por la renta variable) y provocándoles "pánico".

Así lo explicó a Efe hoy el experto en mercados financieros Rui Meng, profesor de Finanzas y Contabilidad de la Escuela Internacional de Negocios China-Europa de Shanghái (CEIBS), que alerta del efecto contraproducente de la medida en estos inversores aficionados que suelen hacer tan volátil al mercado chino.

En efecto, tres cuartas partes de la actividad de las bolsas chinas está en manos de estos inversores, y el nuevo "interruptor" les está creando una gran "incertidumbre innecesaria", señala Rui: "todo el mundo quiere vender en este momento, nadie quiere comprar, porque ahora ningún comprador está seguro de poder vender luego en un futuro cercano".

La clave de lo que está sucediendo se remonta a las semanas de fuertes desplomes del verano pasado, que retumbaron en los demás parqués mundiales, y la reacción que tuvo hoy el regulador bursátil chino, que anunció otra nueva medida inesperada, parece reflejar cómo la situación está descarrilando de la ruta planeada por Pekín.

La explicación está en que el 8 de julio pasado, tras la primera semana de desplomes, el regulador obligó a los grandes accionistas (detentores del 5 % o más de las acciones de una compañía) a no vender ni una de sus papeletas en un plazo de seis meses, plazo que se cumple mañana, así que el lunes 11 podrían vender de nuevo.

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