Del miedo con la IA al rally: UBS prevé un 2026 de aceleración global 

UBS anticipa que el impulso de la IA, la relajación monetaria y el mayor gasto fiscal llevarán a las bolsas globales a subir alrededor de un 15% en 2026

Las tendencias que dominaron los mercados en 2025, con las tensiones geopolíticas y las presiones inflacionistas darán un giro radical en 2026, un año de “aceleración global” marcado por las políticas fiscales más acomodaticias, la tecnología y los estímulos fiscales, según las previsiones de UBS.  

Los economistas del banco suizo han afinados sus proyecciones introduciendo un concepto clave, la “velocidad de escape”, en referencia a la capacidad de la economía global para sacudirse la presión de la deuda gracias a una nueva oleada de innovación tecnológica.  

“La pregunta es si las poderosas fuerzas de la IA, el estímulo fiscal y la flexibilización de la política monetaria pueden impulsar los mercados globales más allá de la gravedad de la deuda, la demografía y la desglobalización”. 

Esta respuesta es afirmativa, por lo menos en el escenario central de UBS, cuya tesis se traduce en la recomendación de sobreponderar la renta variable.  

Publicidad

Sin miedo a la IA 

Es indudable que el miedo al pinchazo de la burbuja en la inteligencia artificial ha desatado la alarma de los inversores en la recta final del año, con dudas recurrentes sobre las ingentes inversiones y el riesgo de excesos especulativos.  

Contra esta tesis, UBS recalca que las últimas cifras van disipando todos estos temores. Así, el gasto en capital (capex) anunal dedicado a inteligencia artificial podría alcanzar los 571.000 millones de dólares en 2026, con previsiones de inversión acumulada hasta 2023 de 4,7 billones de dólares.  

Para que todas estas cifras arrojen retornos, ya no se trata solo de pensar en centros de datos, porque la revolución de la IA va mucho más allá. Automatización del trabajo del conocimiento, robots humanoides y sistemas multimodales capaces de integrarse en la industria y los servicios. 

Según UBS, el potencial de ingresos derivados de la IA podría ascender a 1,5 billones anuales, si las empresas capturan el 10% del valor económico generado por la automatización de tareas.  

Cierto que este proceso es todavía muy incipiente, pero sus consecuencias para los inversores están claras: la IA seguirá siendo el gran motor de la bolsa en 2026, todavía más cuando la adopción generalizada haga entrar a la economía en la “velocidad de escape”, a juicio del banco suizo.  

Subidas del 15% para las bolsas globales 

Respecto a las cifras concretas, los analistas de UBS prevén que las bolsas globales deberían subir alrededor del 15% en 2026. 

En su escenario base, el S&P 500 alcanzaría los 7.700 puntos, el EuroStoxx 50 los 6.200, y el MSCI Emerging Markets los 1.560 puntos.  

Además, el banco recomienda elevar exposición a materias primas. La electrificación, el auge de los centros de datos y la presión sobre las redes energéticas elevan la demanda de metales industriales.  

El cobre, por ejemplo, podría superar los 13.000 dólares la tonelada en un contexto de déficit creciente. El oro, por su parte, sigue siendo un pilar defensivo en un entorno de volatilidad política y monetaria. 

Crecimiento desigual...con final feliz 

Para que el mercado transite por estos caminos hará falta que la economía global de la talla. En este sentido, el análisis de UBS mantiene el tono constructivo, pero con matices.  

En Estados Unidos, los analistas esperan que el PIB crezca en torno al 2%, con una primera mitad del año lastrada por las presiones de los aranceles y un mercado laboral más débil, pero con una segunda parte más dinámica gracias a los recortes de tipos, la relajación regulatoria y el estímulo fiscal previo a las elecciones de medio mandato  

En la Eurozona, el crecimiento previsto es del 1,1%, impulsado por la mejora del consumo y el ambicioso plan de inversión alemán, que movilizará más del 20% del PIB en infraestructura y defensa.  

El BCE mantendrá los tipos estables, con la inflación por debajo del objetivo, lo que dará más visibilidad a los beneficios empresariales. Y si se confirma un alto el fuego entre Rusia y Ucrania, Europa podría convertirse en una de las sorpresas positivas del año. 

Los riesgos en el horizonte 

Con todo, tampoco se pueden pasar por alto los riesgos que planteará el próximo año, factores que pueden hacer descarrilar la tesis optimista de los analistas.  

En primer lugar, no hay que perder de vista las posibles decepciones que puedan llegar desde la inteligencia artificial, con retrasos en los proyectos o una monetización insuficiente de las inversiones.  

Ahora mismo hay un punto candente, la enorme inversión en centros de datos, pero si las empresas no empiezan a ver suficientes retornos, por aquí podrían llegar los problemas. 

Por otro lado, los expertos no descartan un repunte de las presiones inflacionistas. El escenario central es el de normalización de la inflación hacia niveles cómodos para los bancos centrales, pero no se puede descartar un rebote sorpresivo, con los precios por encima del 3%-4%.  

Otro riesgo estructural en el horizonte es un posible deterioro de las relaciones comerciales entre China y Estados Unidos, a pesar del reciente anuncio de tregua. Pero todo puede saltar por los aires en cualquier momento.  

Si esta noticia ha sido útil para ti, apúntate a nuestros boletines ¡No te decepcionaremos! También puedes añadir las alertas de finanzas.com a tus redes y apps: Twitter | Facebook | LinkedIn | Whatsapp | Flipboard. Y sigue los mejores videos financieros de Youtube.

En portada

Publicidad
Noticias de