¿Qué es la volatilidad financiera y cómo evitarla?

La volatilidad es la principal medida del riesgo y existen diversas formas de minimizar su impacto en las carteras

El riesgo en finanzas se puede definir de manera muy intuitiva como la probabilidad que tienen los inversores de equivocarse. Cuando compran acciones, lo que buscan es un rendimiento esperado asumiendo a cambio un determinado riesgo.

Así, el riesgo de una inversión no es más que la volatilidad de las rentabilidades o la dispersión de los rendimientos pasados respecto a su media. En otras palabras, el riesgo depende de lo fuertes que sean las subidas y bajadas de la rentabilidad. Y eso es la volatilidad.

Estadísticamente, se calcula con la varianza pero como esta es una medida sin métrica, los analistas suelen emplear la desviación típica de los rendimientos diarios. Es decir, el riesgo de las acciones, la volatilidad, se mide como la desviación de los rendimientos pasados.

Mucha veces se suele emplear el concepto de volatiidad para hacer referencia los movimientos bruscos de un índice determinado, por ejemplo, el IBEX 35. El indicador más conocido a escala global es el VIX, que mide la volatilidad del S&P500 y que se disparó al alza nada más estallar la pandemia del coronavirus. Pero el concepto de volatilidad es mucho más amplio. 

La volatilidad como medida de dispersión de lo rendimientos

Los profesores Francisco Lubián y Pablo Estévez ofrecen un ejemplo para entender el concepto en su libro “Bolsa, mercados y técnicas de inversión”.

Supongamos un inversor que quiere decidir entre Telefónica y BBVA, y dispone de las cotizaciones diarias de un año. Con estos precios puede calcular los rendimientos diarios, y con estos, el rendimiento esperado, que no es más que el promedio de los rendimientos o su esperanza matemática (la media).

Si en el caso de Telefónica, por ejemplo, el rendimiento esperado fuera del 0,11% y en BBVA del 0,06%, el cálculo de la desviación típica de los títulos (que se puede hacer con Excel) daría para Telefónica el 1,62% y en el BBVA el 1,94%.

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Como los inversores prefieren tener mayor rendimiento y menor riesgo, está claro que en este ejemplo Telefónica sería más atractiva que el BBVA, pues el banco promete un rendimiento menor (0,06%) con mayor riesgo (1,94%).

La volatilidad mide la probabilidad de que una inversión pierda valor

Esta es definición académica de volatilidad financiera y la forma de calcularla. En la práctica, los inversores no suelen prestar mucha atención al concepto de desviación típica como medida de la volatilidad, si bien suele venir expresado en la ficha comercial de prácticamente todos los fondos de inversión.

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Como explica Ángel Faustino, analista financiero y autor del libro “Invertir tus ahorros y multiplicar tu dinero”, lo importante es tener claro el concepto, entender que el riesgo, medido por la volatilidad, es “la probabilidad de que una inversión pierda valor”.

Por su propia definición, y porque se asocia al riesgo, muchos inversores desearán evitar la volatilidad, o al menos reducirla al máximo. Es razonable querer hacerlo así, pero la volatilidad en sí misma, como concepto, no es ni buena ni mala.

La tolerancia al riesgo de los inversores define los niveles de volatilidad asumidos

Habrá inversores con más tolerancia al riesgo que estén dispuestos a asumir mayores volatilidades en sus carteras, a cambio de obtener mejores rendimientos.

“Un gestor de carteras un inversor minorista, ajustará este parámetro en base a su perfil de inversor o, al mandato de inversión que tenga un fondo o una cartera diversificada”, comentan al respecto los analistas de XTB.

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Es más, los inversores más activos, como es el caso de los traders, lo normal es que busquen operativas con volatilidad para aprovechar los movimientos puntuales del mercado.

Por el contrario, “los inversores pasivos de largo plazo, preferirán menor volatilidad ya que de esa forma se puede calcular más fácilmente cual es la rentabilidad esperada”, explican los analistas de IG.

El riesgo sistemático no se puede evitar

Una vez que los inversores tengan claro lo que implica la volatilidad, tendrán que definir su perfil para determinar el nivel riesgo que desean asumir, con objeto de intentar minimizarlo.

Siempre habrá un riesgo de mercado o sistemático que se podrá eliminar y que viene dado por el simple hecho de invertir.

Se suele cuantificar a través del activo libre de riesgo del mercado en el que se invierte, el bono alemán a 10 años en Europa o su homólogo los Estados Unidos, por ejemplo.

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Cómo reducir la volatilidad

Por el contrario, el riesgo propio del activo en el que se invierte sí se puede minimizar o incluso reducir a cero “si el inversor o el gestor diversifican la cartera hasta conseguirlo”, recuerdan en XTB.

En concreto, se trata a aprovechar las ventaja de la diversificación a través de una cartera variada de activos, como renta fija, renta variable, liquidez, distintas zonas geográficas o diferentes vencimientos.

Por ejemplo, explican en IG, el famoso inversor Ray Dalio hace una cartera que denomina permanente compuesta por un 40% de bonos a largo plazo, un 30% de acciones, un 15% de bonos de medio plazo, un 7,5% de oro y 7,5% de otras materias primas.

De esta forma, su cartera está cubierta cuando el mercado de renta variable cae y se aprovecha de las subidas en la bolsa cuando hay optimismo.

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