Coronavirus. ¿Por qué las bolsas se han puesto otra vez a temblar?

La cautela manda en los mercados ante la posibilidad de que la propagación del coronavirus no se pueda controlar

Las bolsas mundiales vuelven a estar en alerta por el Covid-19. Cuando parecía que el mercado había pasado página tras descontar un impacto corto del coronavirus en la economía global, los temores a que la enfermedad se extiendan fuera de China vuelven a ser una pesada carga en la mochila de los inversores.

El IBEX 35 no ha aguantado más de tres sesiones por encima de los 10.000 puntos, y ni los nuevos máximos históricos de Wall Street, ni las fuertes inyecciones de liquidez implementadas por el Banco de China, han podido contener la presión bajista.

La ansiedad ha vuelto a los mercados financieros mundiales a medida que el brote se extiende fuera de China y los inversores sopesan el impacto en los beneficios corporativos.

El primer gigante en lanzar una advertencia de menores beneficios fue Apple, aunque el mercado se lo tomó con mucha calma. Y ahora se ha sumado Procter & Gamble, cuyas cuentas también se verán impactadas.

"El matiz que lo cambia todo es la expansión del virus fuera de China, espècialmente en Japón y Coreal del Sur"

Pero más allá de estos efectos, el matiz que lo cambia todo es la expansión del virus fuera de China. Así, en Corea del Sur ya se han declarado 200 casos de la enfermedad, mientras que Japón, con casi un centenar de infecciones, también está en alerta.

De hecho, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ya ha recordado que si ahora no hay una respuesta contundente, la amenaza puede llegar a ser mucho más amplia.

Si antes preocupaba que se paralizara la actividad económica de China, lo que ahora ha deprimido el sentimiento es que el impacto se extienda a toda la región asiática.

"El repentino aumento de las infecciones en otras partes de Asia, especialmente en Japón y Corea del Sur, ha generado nuevas preocupaciones", dice a Bloomberg Khoon Goh, estratega de Australia & New Zealand Banking Group. "Esto apunta a una nueva fase en el brote, en la que veremos un mayor impacto de lo esperado”, añade este experto.

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En Corea del Sur, la situación es seria pero manejable, pues todas las infecciones se concentran prácticamente en la ciudad de Daegu y se ha identificado el foco de la propagación. El ministro de Sanidad coreano, Park Neung-hoo, ha dicho que conocen los canales de transmisión y que el tema está bajo control.

Más alarmante es la situación en Japón, ahora mismo uno de los lugares con más riesgo para la propagación del virus. El ministro de Salud, Katsunobu Kato, lo ha dejado claro tras afirmar que el país había perdido el seguimiento de algunos de los casos de la infección, que se triplicaron la semana pasada y ya rozan el centenar.

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Además, en Japón se dan las condiciones para que los problemas crezcan con mucha facilidad. El porcentaje de población en edad avanzada es muy elevado y las costumbres sociales hacen que tomarse un día de descanso por enfermedad esté mal visto.

Claro que en Japón hay otra bomba de relojería que podría estallar en las próximas semanas: el crucero Diamond Princess. Y es que sus más de 1.000 pasajeros en cuarentena parten a sus casas este viernes.

Con personas a bordo procedentes de más de 50 naciones y ahora regresando a sus domicilios, estos viajes podrían generar una nueva ola de infecciones a escala global.

Los problemas también saltan a Europa

Más allá de Asia, los problemas también están comenzando a saltar a Europa, no por los casos de contagio sino por los efectos económicos del brote. En Alemania, los pedidos a los exportadores se han desplomado y los empresarios comienzan a ver con preocupación el efecto en las cadenas de suministro de las fábricas.

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Hoy mismo se ha conocido un buen dato del PMI de manufacturas en el país germano, que ha escalado hasta los 47,8 puntos, frente a los 44,8 puntos esperados por el consenso de analistas. Pero la cifra es engañosa, porque las expectativas de producción para los próximos doce meses han descendido.

Además, las fábricas en Alemania y Francia informaron interrupciones debido al brote de coronavirus en China, donde muchas fábricas tuvieron que cerrar sus operaciones.

Un solo dato conocido hoy mismo ilustra la dimensión del problema: las ventas de automóviles en China se han desplomado el 92% durante las dos primeras semanas de febrero, toda una tragedia para los grandes exportadores alemanes.

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