Tras disiparse los nubarrones, un año récord en banca privada

Todo apunta a que 2017 será un buen ejercicio en banca privada. Las previsiones, recogidas en el estudio Competitors 'Banca[…]

Todo apunta a que 2017 será un buen ejercicio en banca privada. Las previsiones, recogidas en el estudio Competitors 'Banca Privada y Personal', señalan una aceleración del ritmo de crecimiento de este negocio, en torno al 8 por ciento en 2017, sustentado en el buen ritmo de captación de clientes y la revalorización de las carteras gestionadas que permitirán una aceleración de la tendencia de crecimiento en el negocio de banca privada a corto y medio plazo.

Fernando Hernández, subdirector de Andbank Wealth Management, espera que el incremento en el volumen de patrimonio bajo gestión provenga de depósitos: «Todavía hay mucho dinero en estos productos que buscará rentabilidad en las próximas fechas». Y esta revalorización de las carteras vendrá por el lado de un mayor crecimiento global, mejores beneficios empresariales y minimización de riesgos geopolíticos. Todo esto, en opinión de Hernández, «podría generar un viento de cola que nos proporcione alternativas de inversión realmente interesantes, en un entorno de tipos bajos que todavía se mantendrá durante un tiempo».

Por su parte Luis Sánchez Lamadrid, director general de PICTET WM en España, maneja previsiones similares a las de otros años. Sánchez Lamadrid destaca que aunque son equipo pequeño «aspiramos a mantener crecimientos constantes» y recuerda que, de media, sus clientes son de entre cinco y diez millones de euros en activos.

Las perspectivas de Lombard Odier España son aún mejores que la media. José Couret, responsable de la división española, calcula un crecimiento en activos del 10 por ciento vía inorgánico y con la incorporación de nuevos banqueros, mientras que Francisco Javier García Gómez, director comercial de Santander Privated Banking, reitera que «2017 está siendo un año muy bueno en captación de nuevos clientes. Los activos bajo gestión están creciendo a un ritmo muy superior al de los últimos años, fruto de la captación de nuevo patrimonio y también como resultado de la revalorización de las carteras de los clientes». De hecho, la entidad ha logrado incrementar en un punto porcentual su cuota de mercado hasta el 22 por ciento.

Para esta segunda mitad del año, los expertos señalan que todo son buenos augurios «para la renta variable de mercados desarrollados y sostenibilidad de deuda, pese a las altas valoraciones, con poco margen para decepciones» señala Sánchez Lamadrid. De hecho, Carolina Martínez-Caro, directora general de Julius Baer para España, confirma que el «volumen está creciendo a un ritmo considerado». Esto ya se refleja en las previsiones. Desde Ibercaja Patrimonios auguran el cumplimiento de objetivos, que implica gestionar 9.300 millones de euros y 12.500 clientes a finales de 2018.

En cuanto a las oportunidades de inversión, desde Lombard Odier apuestan por «tener las divisas parcialmente cubiertas y una apuesta clara por el euro. En cuanto a la renta fija tenemos una visión negativa sobre deuda del Estado. Y, en cuanto a la renta variable, estamos positivos sobre Europa y emergentes», concluye Courtet. Todo esto se está traduciendo en una rentabilidad de las carteras que maneja el banco de un 5 por ciento frente al 1,5 por ciento-3,5 por ciento del año pasado. Desde Banca March, José Ramón Aranda, director de banca privada, destaca que la cartera defensiva del banco tiene «una rentabilidad del 1,96 por ciento, mientras que la cartera decidida alcanza un retorno del 7,3 por ciento con una volatilidad anualizada del 5,3 por ciento», mientras que en Ibercaja Patrimonios, la más arriesgada da una rentabilidad del 8 por ciento.
Las mejores opciones para Hernández en Andbank serían «que el crecimiento produjera inflación y, por lo tanto, avanzara el bono alemán, los valores domésticos no sobreendeudados, las telecos y no dejaríamos de lado el rebote de commodities». En cuanto a las rentabilidades, éstas varían en función de la adversión al riesgo de los clientes, pero serían de entre el 2-3 por ciento para los más conservadores hasta el 9 por ciento. 

Riesgos

A pesar de que este año se presupone más tranquilo (atrás quedaron las sorpresas del 'Brexit' y la victoria de Trump en las legislativas estadounidenses) existen riesgos. Estos provienen fundamentalmente de China, como recuerda Hernández. Así, los desafíos vendrían «del menor crecimiento de China, el impacto de la retirada de los bancos centrales y los riesgos geopolíticos». Couret añade otros que sumarán una alta volatilidad «como son las negociaciones en torno al Brexit, el petróleo o la administración Trump». Sobre el primero, en octubre se celebrará el Congreso Popular chino, sobre los bancos centrales la mirada estará puesta en cómo comunicará sus decisiones y, en relación al tercer desafío, la sorpresa puede venir de las elecciones italianas o del Reino Unido. 

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Sin embargo, García Gómez ve un riesgo moderado en una «ralentización del PIB de Estados Unidos a final de año, a lo que se sumaría una cierta pérdida del momentum de actividad y terminaría con diferentes focos geopolíticos que sumarían volatilidad». En definitiva, Martínez-Caro asevera que tienen una «visión constructiva en los activos de riesgo. Los posibles riesgos, ya identificados, son la cierta complacencia del mercado, la incertidumbre de las medidas que pueda tomar Trump y un tensionamiento de las relaciones de Corea del Norte con el resto del mundo, entre otras».

La mirada puesta en 2018

La incertidumbre que supondrá la implantación de MiFID II en 2018 marcará el devenir del resto del año. «Con independencia de la foto final, lo que está claro es que la nueva regulación conllevará un incremento de los costes con grandes estrechamientos de márgenes, por lo que es probable que aquellas entidades cuyo negocio no sea puramente el de banca privada o que no tengan suficiente músculo se replanteen su actividad en este ámbito», aclara Couret, que, además, anticipa concentraciones entre entidades, con mayor probabilidad el año que viene. 

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La incorporación de MiFID II hará que no sea rentable clientes con un patrimonio reducido. De hecho, Lombard Odier no abre cuentas para patrimonios inferiores a un millón de euros. Hernández cree que la normativa puede ser una oportunidad de reciclaje para muchos agentes financieros y asegura que el sector que más crecerá en banca privada será el de los Key Clients, o servicio de altos patrimonios. Por su parte, García Gómez piensa que, a pesar de esto, el «segmento central de banca privada sigue siendo un segmento de crecimiento claro», aunque también cree que el director comercial de Santander Private Banking que habrá que realizar un esfuerzo adicional en satisfacer las necesidades de los 'affluent y las nuevas generaciones', «cuyas exigencias y expectativas de servicio varían respecto al paradigma clásico de banca privada». De la misma opinión es Aranda: «Lo que estamos viendo ya desde hace unos meses es que todos los segmentos de banca privada están registrando un muy buen desarrollo y siguen teniendo un gran potencial de crecimiento». Desde Ibercaja Patrimonios aclaran que ellos consideran a clientes de banca privada a partir de 300.000 euros y su plan «pivota entre clientes de banca personal y banca privada, asignando ya un gestor de banca privada a los clientes con unas posiciones superiores a los 300.000 euros. Esta acción les está permitiendo incrementar el número de cliente en ambos sectores.

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