Lagarde exige presupuestos sin excesos a España e Italia para refinanciar sus deudas

Christine Lagarde firma una subida histórica de los tipos de interés sin perder de vista el repunte de la deuda periférica. La controlará con un nuevo programa que impondrá estrecheces presupuestarias

Inflación y el nuevo programa antifragmentación han centrado la rueda de prensa de la presidenta del Banco Central Europeo (BCE), Christine Lagarde.

La banquera se ha escudado en la inflación para justificar la subida de tipos del organismo en 50 puntos básicos, una decisión tomada por unanimidad por el consejo de gobierno.

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“Hemos dado pasos claves para devolver a la inflación al objetivo del 2 por ciento”, ha insistido la banquera.

Y es que el organismo ha terminado cediendo a las presiones del mercado y ha subido el precio del dinero en 50 puntos básicos desde el cero por ciento, nivel que se mantenía desde marzo de 2016.

En ese sentido, el mercado exigía más contundencia al organismo, que va más retrasado que la Reserva Federal, especialmente después de conocer el último dato de inflación de la eurozona (los precios registraron una subida del 8,6 por ciento).

La propia Lagarde ha reconocido que “conviviremos con tasas de inflación indeseablemente altas durante un periodo de tiempo prolongado”.

Y, aunque durante la rueda de prensa, Lagarde ha evitado establecer una guía para las próximas reuniones sí que ha reconocido que habrá nuevas normalizaciones del precio del dinero de aquí a finales de año.

(VÍDEO: FINANZAS.COM).

Inflación y crecimiento

La palabra ‘inflación’ ha sido mencionada constantemente por Lagarde durante la rueda de prensa. La escalada sin precedentes de los precios se extienden cada vez a más sectores, ha reconocido el BCE.

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Varios son los factores que están tensionandos los precios al alza, según el organismo. Para empezar, Lagarde ha mencionado a la debilidad del euro, junto a los precios energéticos y los cuellos de botella.

En relación con esto último, la banquera se ha permitido ser algo más optimista al señalar que los costes de la energía se deberían estabilizar y los cuellos de botella se deberían suavizarse, lo que permitiría aliviar algo estas presiones.

Presión sobre el crecimiento

Uno de los temores que tenía el BCE por subir contundentemente los tipos de interés era sus posibles efectos negativos sobre el crecimiento.

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Lagarde ha reconocido que la economía europea está desacelerándose tanto por las presiones inflacionistas como por la guerra en Ucrania.

“La invasión rusa sigue siendo un lastre para el crecimiento”, ha afirmado Lagarde.

No obstante, el organismo espera que el sector turístico evolucione de manera positiva en el tercer trimestre, lo que podría actuar a favor de la evolución económica. Además, el mercado laboral sigue mostrando cierta resilencia.

En ese sentido, el BCE se ha mostrado preocupado por los efectos de segunda vuelta que tuviera la inflación sobre los salarios.

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Sin embargo, el crecimiento salarial ha seguido aumentando gradualmente, incluido el indicador de previsión, aunque “éste sigue siendo contenido”, ha remarcado la presidenta.

Un nuevo mecanismo antifragmentación

El BCE ha aprobado un nuevo programa de compras: el TPI, un instrumento antifragmentación (instrumento para protección de la transmisión) para evitar que las primas de riesgo de los países se disparen (el miércoles la italiana sufría tras la dimisión de Draghi).

Este programa será el segundo aprobado duranta la presidencia de Lagarde, tras el PEPP (el programa de compras pandémico) e irá en línea con el QE, que lanzó su predecesor, Mario Draghi, y que evitó la ruptura del euro.

Pero para acceder a él, el BCE impondrá cuatro condiciones. El país debe cumplir con el marco fiscal de la UE y sin desequilibrios macro excesivos. Para ello, el BCE tendrá en cuenta la evaluación de otros organismos.

Asimismo, se necesitan políticas macroeconómicas sólidas y sostenibles así como sostenibilidad fiscal.

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La presidenta ha dicho que esperaba que este nuevo mecanismo no sea utilizado.

El volumen de las compras en el marco del TPI dependerá de la gravedad de los riesgos para la transmisión de la política ha señalado el BCE.

No se han establecido restricciones ex ante para las compras. Al salvaguardar el mecanismo de transmisión, “el TPI permitirá al consejo de gobierno cumplir con mayor efectividad su mandato de mantener la estabilidad de precios”, ha señalado el BCE.

“En cualquier caso”, dice el BCE, “la flexibilidad en la reinversión del principal de los valores de la cartera del programa de compras de emergencia frente a la pandemia (PEPP) que vayan venciendo sigue siendo la primera línea de defensa para contrarrestar los riesgos para el mecanismo de transmisión relacionados con la pandemia”.

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