Los inversores se miran en el espejo de 2018

El 2018 fue un ejercicio terrible para los inversores, en el que casi todos los activos terminaron en negativo. 2022 va por el mismo camino

El primer semestre de 2022 está a punto de terminar con un balance en el que pocas referencias están en positivo en la bolsa, una circunstancia que a los inversores les recuerda lo vivido en 2018, cuando más del 80 por ciento de los activos cerraron en negativo. 

Por este motivo, y después de lo vivido hace año, los inversores tienen claro que el objetivo de este año es reducir las pérdidas al máximo, activando todas las palancas que lo hagan posible.

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Las bolsas mundiales acumulan pérdidas en torno al 17 por ciento en 2022, en línea con el 17 por ciento que cede el S&P 500 estadounidense o el 16 por ciento que pierde el Euro Stoxx 50. También las bolsas de mercados emergentes registran retrocesos similares, del 16 por ciento. 

Aunque la peor parte se la están llevando las acciones tecnológicas, como demuestra la caída del 27 que sufre el Nasdaq, el índice sectorial estadounidense.

La bolsa brasileña se salva de la quema, como en 2018 

En cuanto a la renta variable, solo la bolsa brasileña cotiza actualmente en positivo, con un alza del 1,3 por ciento, algo que ya ocurrió en 2018, cuando el índice Ibovespa se revalorizó un 2,6 por ciento (frente a una caída del 5,9 por ciento de la bolsa mundial). 

Si bien, lo singular de 2022 (y también de 2018) no es que se estén produciendo caídas generalizadas en todos los índices de renta variable (algo relativamente habitual) sino que estas se están viendo acompañadas de retrocesos en el mercado de la renta fija, acabando así con la descorrelación que suelen presentar estos dos activos y que ha servido para equilibrar las carteras durante décadas. 

Específicamente, el mercado mundial de bonos se deja un 12 por ciento en lo que va de año (con retrocesos tanto en la deuda soberana como en la corporativa –high yield e investment grade-), produciendo severos daños en las carteras de los inversores más conservadores. 

El oro no logra ejercer de activo refugio 

Asimismo, otros activos que habitualmente suelen ejercer de activo refugio han abandonado ese papel, como ocurre en el caso del oro, que este año cotiza plano (y que, en 2018, se depreció casi un 3 por ciento). 

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Tampoco los fondos alternativos (los hedge funds, que buscan desmarcarse de las tendencias de los mercados) han logrado salvarse de la quema y registran pérdidas, como ya ocurrió en 2018. 

Similitudes entre 2018 y 2022 

Ciertas similitudes entre lo ocurrido en 2018 y 2022 explican esta evolución paralela de los mercados de valores en ambos ejercicios. 

Para empezar, el hecho de que la Fed esté acometiendo agresivas subidas de los tipos de interés, tras años de políticas monetarias expansivas. “Es lógico que el mercado caiga porque la Fed pase a una política monetaria más restrictiva. Para qué engañarnos, la Fed es quien mueve los mercados”, explica Víctor Alvargonzález, socio fundador y director de estrategia de Nextep Finance. 

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Asimismo, el panorama macroeconómico estaba entonces marcado por las difíciles negociaciones del Brexit y las fuertes tensiones comerciales entre los Estados Unidos y China, que hacían temer por una ralentización económica, al igual que ocurre ahora con la guerra entre Rusia y Ucrania, que se une a la inflación. 

Una diferencia con 2018: el estilo valor triunfa en 2022 

En todo caso, además de similitudes, también hay diferencias entre ambos ejercicios. Si en 2018 fue la tecnología la que aguantó mejor (aunque en rojo), en 2022 estamos ante el año del estilo valor. 

“El año podría acabar en negativo en los grandes índices bursátiles, no digo que no. Es algo muy probable aunque está por ver. Pero lo que no tengo tan claro es que eso vaya a ocurrir en todo el mercado. Yo creo que va a haber más sectores este año que acaben en positivo que en 2018".

"Sectores de estilo de gestión de valor, que incluye energía, utilities, el sector financiero, consumo e industria. Esos yo creo que podrían acabar en positivo o con pérdidas muy moderadas, como está ocurriendo ahora mismo", explica Alvargonzález. 

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A nivel índice, el estilo valor cae un 8 por ciento global, pero la energía se revaloriza un 36 por ciento en estos seis meses, por poner un ejemplo. 

Otra diferencia: la bolsa española lo hace mejor en 2022 

En este contexto, destaca el mejor comportamiento de la bolsa española (muy value) respecto a otros índices de Europa y los Estados Unidos.  

Así, si 2018 registró su peor evolución desde 2010, con una caída del 15 por ciento (debido al elevado peso del sector bancario), en esta ocasión esa particularidad le está ayudando a liderar el comportamiento de las bolsas occidentales (pues cae un 3,9 por ciento en el año, solo superada en Europa por el FTSE 100, con un retroceso del 1,7 por ciento). 

Asimismo, otra diferencia es el comportamiento de las materias primas, que en 2018 también registraron pérdidas y este 2022 se anotan importantes subidas ante la escasez de alimentos y energía provocada por la guerra en Ucrania, unida al proceso inflacionista que ya estaba en vigor antes de este episodio bélico. 

Por último, tampoco los activos reales están ofreciendo protección, si nos atenemos al comportamiento del índice Northern Trust Real Allocation, que sigue la evolución de proyectos de infraestructuras, construcciones de gaseoductos o leasing de aviones, entre otros activos reales. Acumula en el año una depreciación del 5,9 por ciento. 

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Los fondos monetarios protegieron en 2018 y también en 2022 

En cuanto a los fondos, los monetarios (en dólares) fueron de las pocas categorías que protegieron en 2018 y también lo están haciendo este año. Es la categoría que lidera el ranking de VDOS por rentabilidad, con una revalorización del 3,66 por ciento. A continuación, estaría la de rentabilidad absoluta, pero ya en territorio negativo, con retrocesos superiores al 3 por ciento. 

Espacio para la sorpresa en 2022 

Con todo, es importante saber que nada está escrito. En ese sentido, Alvargonzález cree que todavía hay espacio para la sorpresa en 2022: “Ahora mismo, hay una cierta exageración en el mercado. Los niveles de pesimismo de los inversores están a niveles de la pandemia o, incluso, de 2008. Y tal vez en ese sentido sea un poco excesivo”. 

Asimismo, Alvargonzález también opina que existe la posibilidad de que el mercado se dé la vuelta si la Fed ralentiza la normalización de la política monetaria, algo que podría ocurrir si la inflación da tregua o el endurecimiento de las condiciones de financiación en los Estados Unidos enfría la economía norteamericana. 

Por último, también recuerda que las últimas correcciones del mercado han sido oportunidades de compra y también lo fue el año 2018.

“Para mí lo importante no es que el año acabe en negativo. Sino quién hizo liquidez antes de esta caída y va a aprovecharla para entrar a mejores precios. Todas las caídas de este estilo en los últimos 12 años han sido oportunidades de compra, 2018 incluido. Los años que siguieron a 2018 fueron muy positivos”, apostilla este experto. 

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