El rublo sonríe y las bolsas se entristecen

La decisión de los líderes occidentales de endurecer las sanciones a Rusia e incrementar la ayuda militar a Ucrania no entusiasma a los mercados, que temen más trampas de Putin

La invasión rusa de Ucrania entra en su segundo mes coincidiendo con una triple cumbre inédita de la OTAN, el G-7 y la Unión Europea, en la que, de momento, se ha decidido endurecer las sanciones a Rusia e incrementar la ayuda militar a Ucrania. 

Estas medidas, de momento, no han conseguido alejar las preocupaciones de las bolsas, que temen que los líderes occidentales acaben cayendo en las trampas del líder ruso. La exigencia de Putin de que los países que considera “hostiles” paguen en rublos el gas y el petróleo que le compran ha desatado todas las alarmas. 

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El que sea una medida ilegal, que representaría un incumplimiento de contrato, como ha dicho el primer ministro italiano, Mario Draghi, es lo que menos importa a estas alturas del conflicto.  

Una respuesta fiable y contundente por parte de la Unión Europea

Lo relevante es que si de esta cumbre no sale una respuesta fiable y contundente de la Unión Europea en forma de compras conjuntas de gas que sirvan para reducir la dependencia de Rusia y diversificar las fuentes de aprovisionamiento energético, el panorama que se presenta para los 27 la próxima semana es oscuro. 

Pueden acabar todos en fila delante del banco central ruso comprando rublos para poder pagar la factura a Putin. Es decir, los mismos que han impuesto las sanciones a Rusia tendrían que incumplirlas para evitar una escasez de gas en Europa. 

Esta nueva jugada de Putin ha provocado una recuperación del rublo, el que la bolsa de Moscú vuelva a abrir sus puertas y el que las sanciones, cuando entramos en el segundo mes de conflicto, sigan sin tener el impacto que se esperaba.  

Una artimaña más del líder ruso

Las bolsas europeas, en cambio, se entristecen. Acogieron con demasiado optimismo el inicio de las negociaciones entre Rusia y Ucrania para un acuerdo de paz, pero se han dado cuenta de que solo era una artimaña más de Putin para distraer la atención.  

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Ahora miran con cautela las tres cumbres sin precedentes en las que participan los líderes occidentales a la espera de otras medidas de calado más allá de las sanciones, que cada día son más cuestionadas.

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En el fondo esto parece como las antiguas peleas de los patios de colegio. 27 contra 1, contra el matón que todos odian.

Pero este es un matón de cuidado. Aunque los 27 se le echan encima, siempre encuentra un hueco por donde escaparse. No es fácil doblegarlo.

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