Tres decisiones para planificar una correcta jubilación

La inversión para la jubilación debe dar respuesta a numerosas incógnitas. Es fundamental contar con asesoramiento

Con la sostenibilidad del sistema de pensiones cuestionada, llegó el momento de repensar la jubilación. Para ello hay que aplicar una serie de decisiones de manera correcta.

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Y es que como recuerda Fernando Martínez-Cue, especialista en pensiones, las propuestas mandadas por España a Bruselas en materia de pensiones "se quedan cortas".

Por un lado no se pone solución al problema generacional. La generación del baby boomers que comenzará jubilarse a partir de 2023 reducirá la tasa de trabajador por pensionista a 1,3 en 2050.

Por otro lado, tampoco se pone solución a la longevidad de los futuros jubilados. "Los millennials podrían superar los 90 años de esperanza de vida", explica Martínez-Cue.

El riesgo de no planificar la jubilación

Frente a estos cambios, los trabajadores incurren en el riesgo de no planificar la jubilación de manera eficiente.

Y es que como recuerda Jan Gundersen, vicepresidente senior de soluciones y servicios de cartera de Capital Group, “muchos de los riesgos de una jubilación satisfactoria son similares a los de la acumulación de activos”. 

Sin embargo, un número importante de ellos son muy diferentes: la longevidad, la secuencia de rendimientos, el índice de gasto y el deterioro cognitivo, por nombrar algunos.

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Puesto que invertir para la jubilación debe dar respuesta a más incógnitas; los inversores se harán preguntas como “¿Cuánto tiempo viviré? ¿Existe el riesgo de que sobreviva a mis ahorros? ¿Debo reservar fondos para gastos de emergencia”.

Para sortearlos también es necesario tomar buenas decisiones que nos ayuden a encarar una buena jubilación.

No deje sus ahorros en efectivo

Un informe de la FCA en Reino Unido constató que desde 2015 los trabajadores fueron retirando el dinero sus ahorros de planes de pensiones cuando cambiaron las reglas.

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Esto derivó precisamente en un aumento del ahorro en efectivo.

Y esta acción tiene una doble penalización para el ahorrador de cara a la jubilación. Por un lado, estos ahorros están a merced de la inflación en un momento en el que las cuentas y depósitos ofrecen una rentabilidad cercana al 0%.

Con lo cual, la rentabilidad real es muy inferior a la rentabilidad nóminal.

Y, por otro lado, pueden ser objeto de impuestos.

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Al respecto, Martínez-Cue cree que hay que plantearse hacer aportaciones periódicas a u producto de ahorro para la jubilación (fondo o plan), mejor que las anuales. También cobra sentido fórmulas con el redondeo de las compras destinada a preparar la jubilación, especialmente, entre los más jóvenes.

Y para ello, deberían fijarse tres metas de ahorro: a corto, medio y largo plazo.

La renta variable para impulsar los ahorros

Una vez que se desterrado la idea de depositar el ahorro en efectivo, el siguiente paso importante es invertirlo.

Para ello debe fijar el horizonte temporal de la inversión.

Si no se tienen planes de tocar el dinero en los próximos cinco años puede dejar el dinero invertido en renta variable, donde es más probable que crezca a largo plazo.

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"Aquí la capitalización y el interés compuesto pueden hacer maravillas" destaca Martínez-Cue.

Las rentas vitalicias, un complemento con una interesante fiscalidad

La segunda opción es apostar por un plan de rentas periódicas o vitalicias en los próximos cinco años.

Desde Morningstar Reino Unido señalan que en este caso hay que asegurarse de que el dinero se mantenga al día con cualquier fluctuación en las tasas de anualidad.

De esta manera, el plan de pensiones debería invertir en bonos de una duración comparable que se verá afectado de manera similar por los cambios en las tasas de interés.

Si bien pocos ahorradores en planes de pensiones próximos a los 60 se sienten atraídos por las anualidades, dadas las bajas tasas ahora disponibles, se vuelven cada vez más atractivas a medida que las personas envejecen y buscan una mayor seguridad de ingresos. 

Además, estas rentas cuentan con una fiscalidad muy atractiva. 

El experto de Capital Group explica que esto se debe a que los clientes evitan las rentas vitalicias por ese prejuicio de cambiar la liquidez por una garantía.

La importancia del asesor

En este carrera por planificar la jubilación podría llevarla de manera individual.

Es decir, es el inversor el que opta por elegir el fondo o el plan de pensiones más adecuado a la hora de lograr los objetivos.

Pero otra opción sería contar con un asesor profesional.

Gundersen argumenta que en un entorno de tipos de interés bajos, o bajos durante más tiempo, “algunos de los enfoques tradicionales de asignación de activos van a ser puestos en tela de juicio” de ahí su importancia. 

El asesor cobra importancia en un momento de tipos bajos

Tradicionalmente, los asesores orientan a los clientes hacia la renta fija en su cartera para ayudarles a preservar el capital y generar rendimiento. 

Pero en un entorno de tipos bajos, en el que la rentabilidad de la renta fija se va a poner en entredicho, “tenemos que reflexionar sobre el papel que desempeñan los bonos en la cartera, y tenemos que recurrir a la renta variable para generar una rentabilidad adicional”, añade Gundersen.

Para Martínez-Cue, la figura del asesor es fundamental, ya que nos podrá indicar la cantidad de ahorro aportado que necesitamos para cumplir nuestras expectativas de cara a la jubilación.

Este giro de las carteras sería imposible de hacerlo de manera efectiva si no se contara con un buen asesoramiento. 

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