La subida de las pensiones por el IPC se gira contra los jubilados más necesitados

La subida de las pensiones al ritmo del IPC absorbe los complementos por mínimos a los jubilados que menos cobran, que ingresarán lo mismo que en 2022

No todos los jubilados verán un incremento real del 8,5 por ciento de sus pensiones tras la revalorización aprobada por el Gobierno para este año. Entre ellos algunos de los que cobran el complemento a mínimos y los que reciben la pensión máxima de jubilación.

Más de 2,18 millones de pensionistas reciben el complemento por mínimos en España que consiste en una cantidad complementaria que se añade al importe de la pensión contributiva cuando ésta no alcanza la pensión mínima establecida, que este año es de 10.963,40 euros anuales.

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Algunos de estos receptores pueden ver rebajado o suprimido este complemento si, tras la subida de las pensiones, alcanzan la prestación mínima.

Por ello no verán reflejada en su nómina de la pensión una subida del real 8,5 por ciento respecto a lo que ganaron en diciembre de 2022.

Esto ocurre porque los complementos por mínimos se revisan cada año, por ello si la situación económica del pensionista cambia a mejor porque aumentan sus rentas o se revaloriza su pensión, los complementos pueden reducirse o suprimirse.

Según señalan desde la Seguridad Social, se mantiene el complemento exclusivamente mientras se cumplan los requisitos que dan derecho a él.

"Si el pensionista recibe otras rentas o la pensión sube (por revalorizaciones o porque se le han reconocido al interesado nuevas prestaciones que se suman), el complemento a mínimos sería absorbido por esas cuantías hasta llegar a eliminarse si la pensión sube por encima del mínimo", indican.

Rentas menores de los 8.614€

Otra de las condiciones para recibir el complemento es que el beneficiario no perciba rentas de capital o trabajo personal, y, si las percibe, que no excedan de la cantidad que se establece cada año en la ley de presupuestos generales del Estado y que en 2023 es de 8.614 euros.

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Subida real del 5,3% para las pensiones máximas

Otros que no tendrán un incremento efectivo del 8,5 por ciento en sus prestaciones son los que cobran las pensiones máximas, ya que, al tener que pagar más impuestos, la subida real se quedaría en el 5,3 por ciento, como ya adelantó finanzas.com.

Esto es así porque una revalorización del 8,5 por ciento aumentaría la pensión máxima de jubilación hasta los 42.822 euros al año, lo que supone recibir una pensión mensual de 3.059 euros.

A esta cuantía habría que restar los 9.533,14 euros a pagar por IRPF en 2023, que suponen 1.241 euros más que lo tributado en 2022 por el mismo concepto.

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Además, la subida de las prestaciones también puede hacer que muchos pensionistas escalen en los tramos de retención en el IRPF, lo que hará que tributen más.

A mayores pensiones más tributación

Rubén Gimeno, director del servicio de estudios del REAF-REGAF del Consejo General de Economistas, ejemplifica con dos supuestos lo que supondrá el incremento de las pensiones para el próximo año una vez pagados los impuestos.

El primer caso es el de un jubilado que este año recibirá unos ingresos anuales por su pensión de 29.000 euros, que aumentarán hasta los 31.465 euros en 2023.

Este incremento le supondrá una subida de su prestación de 1.725 euros anuales tras pagar impuestos. En este caso, el IRPF que tiene que pagar pasará de 4.992,50 euros en 2022 a 5.732 euros en 2023, 739,50 euros más.

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Dependiendo de si obtiene o no otro tipo de ingresos, su tramo de declaración de IRPF podría pasar de tributar un 30 por ciento a hacerlo por un 37 por ciento.

Pensión máxima

El segundo supuesto elaborado por Rubén Gimeno es el de un jubilado que cobra este año la pensión máxima, 39.468,52 euros, que subirá en 2023 hasta los 42.823,34 euros.

Su pensión se incrementará el año que viene en 2.113 euros anuales después de impuestos, unos 150 euros al mes. Mientras que su IRPF subirá de los 8.291,85 euros que tributa este año a los 9.533,14 euros de 2023, lo que significa un aumento de 1.241,28 euros.

En este caso el contribuyente podría subir su tramo de tributación en el IRPF al 45 o al 47 por ciento, dependiendo de sus otras ganancias.

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