Fondos de inversión para tener en el radar

Atento a los fondos que pueden despuntar en la segunda parte del año

Tras una primera mitad del año marcada inicialmente por una crisis de liquidez, y posteriormente por una crisis económica que tuvo como catalizador la pandemia de coronavirus, el confinamiento de la población y la hibernación de la economía, toca planificar la segunda parte del año. 

Con la reapertura parcial de la economía de la eurozona, la mayoría de los analistas prevé una recuperación en el segundo semestre de 2020.

Esto genera un escenario muy complejo para el inversor. Carlos Farrás, socio director de DPM Finanzas, cree que la estrategia de cara a la segunda mitad del año tiene que tener en cuenta, por un lado, la actuación de los bancos centrales, que están imprimiendo dinero. 

Y, por otro, los programas fiscales que pondrán en marcha sucesivamente los Estados para apuntalar esta recuperación, por lo que a la hora de configurar la cartera apuesta por fondos que inviertan en activos reales, es decir, bolsas e infraestructuras principalmente. 

El hecho posible de que el coronavirus nos acompañará todo el otoño, hasta que por lo menos haya una vacuna o un tratamiento eficaz, seguirá imprimiendo volatilidad e incertidumbre a los mercados, por lo que Paula Mercado, directora de análisis de VDOS, cree que la mejor opción a la hora de diseñar una estrategia en fondos de cara al segundo semestre sería apostar por la.  

Renta variable 

La renta variable sigue siendo el activo que ofrece mayor potencial de revalorización, explica Mar Barrero, directora de análisis de Profim Arquia Banca Privada

Prueba de ello es que la renta variable estadounidense consiguió cerrar su mejor trimestre desde 1998, recuerda Victoria Torre, responsable de análisis y selección de fondos de Singular Bank, pero también es cierto que continuará sometida a una mayor volatilidad durante los próximos trimestres por la incertidumbre que genera los tiempos de recuperación de la economía y la vida social en términos normales.  

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Los bancos centrales seguirán marcando el paso de los mercados 

Si en el primer semestre, el teletrabajo y el confinamiento impulsaron los valores tecnológicos y la carrera por la vacuna y por un medicamento eficaz hicieron lo propio con los valores farmacéuticos, en el segundo semestre, Farrás apuesta por valores más cíclicos ya que considera que «estos activos están caros a las valoraciones actuales».

A esto sectores, Mercado añadiría el financiero, que ha estado muy denostado en el primer semestre, pero la experta lo justifica haciendo hincapié en que se encuentra mejor capitalizado que en la anterior crisis financiera y, además, cuenta con el apoyo del BCE. 

Deuda estadounidense 

Esto no quiere decir, que el inversor deba dejar de lado la renta fija. Es más, debe tener cierto peso en la  cartera para reducir el riesgo.  

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Pero esto no significa perder de vista que se trata de una recesión sincronizada, en la que incluso China podría experimentar la primera caída de su PIB. 

Esto hace percibir que algunas compañías podrían tener dificultades, y que el número de impagos podría crecer, recuerda Torre.  

Por ello, «preferimos posicionarnos en tramos cortos de la curva y, sobre todo, en emisores de alta calidad crediticia», aclara Torre, que también apuesta por el covered bonds, como un mecanismo para proteger las carteras si la situación de incertidumbre se mantiene. 

Tampoco habría que desdeñar la deuda pública norteamericana con vencimientos a medio y largo plazo, que sigue siendo el activo que presenta un comportamiento más descorrelacionado con el mercado y, por tanto, puede ayudar a proteger a las carteras si volvemos a registrar una fuerte caída en el resto de activos. 

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El oro seguirá siendo una opción válida 

Para obtener el plus de rentabilidad, Farrás incorporaría renta fija emergente, pero en moneda fuerte, fundamentalmente de gobiernos y corporativa, cuyos rendimientos compensarían el riesgo que se asume. 

Por último, el oro seguirá actuando como valor refugio, aunque Farrrás reconoce que su apuesta no es porque se siga revalorizándose, sino porque se beneficiará de la depreciación del resto de divisas.  

Por qué fondos apostar 

Una vez teniendo claro los activos en los que hay que estar, el siguiente paso es elegir el fondo. Farrás apuesta por fondos de rentabilidad por dividendo y multiactivos para inversores minoristas que no tengan mucha capacidad económica para diversificar, pero con una perspectiva value mejor que growth. 

También explica que la gran cantidad de liquidez que han puesto los bancos centrales en el mercado implica que el dinero valga menos y las compañías incrementen el precio de sus servicios, lo que implica una mejora de las valoraciones en bolsa.  

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En cambio, si lo que pretende el inversor es reducir la volatilidad, la mejor apuesta siguen siendo «los fondos monetarios, pero en un entorno de tipos de interés muy reducidos o incluso negativos en los plazos más cortos, su potencial de revalorización es muy reducido», advierte Barrero. 

En cuanto a los fondos de renta fija, la mejor opción son fondos globales (aunque con predominio de emisiones de países desarrollados, principalmente de los Estados Unidos) y que diversifiquen tanto con deuda pública como privada, mayoritariamente con alta calidad crediticia, que cuenten con duraciones de corto y medio plazo.  

En ese sentido, Barrero prefiere fondos de renta fija flexible como son Nordea-1 Flexible Fixed Income o Janus Henderson Flexible Income

En cuanto a los de renta variable, la mejor opción son aquellos fondos que invierten en empresas de calidad con buenos fundamentales y alto potencial de crecimiento. Es el caso de fondos como Capital Group New Perspective y Acatis Aktien Global Fonds. 

Asimismo, Torre añadiría un fondo que invirtiera en megatendencias puesto que no tienen restricciones geográficas ni de capitalización, lo que aporta una mayor diversificación en las carteras.

 

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