Fondos de bonos de tipos flotantes: ¿es la hora?

En un escenario donde los tipos están en mínimos, el crecimiento global mejora y los bancos centrales normalizan poco a poco sus políticas -con la Fed ya en activo y el BCE siguiendo sus pasos a partir del año próximo-, los instrumentos de deuda con cupón

La Reserva Federal estadounidense podría subir de nuevo los tipos en diciembre y, según el consenso, acometerá unas dos-tres alzas el próximo año, además de reducir su balance. Siguiendo sus pasos, el Banco Central Europeo tampoco podrá resistirse a los nuevos tiempos de normalización monetaria. En un escenario de crecimiento, ya ha anunciado la disminución gradual de su programa de compras de deuda, si bien las subidas de tasas no se esperan, como pronto, hasta 2019. En este entorno de alzas de tipos en el horizonte, los bonos flotantes pueden consolidarse como una atractiva opción para cubrirse ante estos movimientos.

«Con las rentabilidades tan bajas y en algunos casos negativas, los inversores han de prepararse para las subidas de tipos. Los bonos que pagan un cupón fijo sufrirán pérdidas de mercado, mientras los flotantes (o FRNs) ofrecen la oportunidad de ganar, debido a que el cupón se reajusta de forma frecuente», explica Olivier Debat, especialista senior en estrategias de retorno absoluto y renta fija de UBP. 

Dada esta frecuencia de revisiones, los bonos flotantes tienen una duración o riesgo de tipo de interés muy bajo, a diferencia de la deuda tradicional. Lo que ofrecen normalmente es exposición a crédito, pero sin el riesgo de tipos de interés y un potencial de ganancias en caso de movimiento al alza en los tipos. «Los bonos flotantes tratan de capturar el riesgo de crédito pero sin el de tipos. En este escenario donde los tipos están en mínimos, el crecimiento global mejora y los bancos centrales cambian poco a poco sus políticas, ofrecen grandes oportunidades a los inversores», añade.

Desde M&G destacan tres elementos clave del activo: los bonos flotantes de alta rentabilidad (aquellos por los que optan en su fondo M&G Global Floating Rate High Yield) ofrecen un cupón flotante ajustado de forma automática en línea con los cambios en los tipos; un diferencial de crédito alto que refleja el riesgo de crédito del emisor y una duración de tipos de interés cercana a cero. Este último factor, la falta de pérdidas de capital en un escenario de tipos al alza, marca la diferencia con los bonos tradicionales de cupón fijo, que sí sufren si los tipos suben.

«Los fondos de bonos flotantes tratan de reducir la volatilidad que viene explicada por la duración, por lo que el riesgo es inferior al de los activos de renta fija tradicional», corroboran desde Andbank. «El sentido es cubrirse ante posibles subidas de tipos de interés ofreciendo retornos positivos. Es un activo idóneo para bajar las duraciones largas de una cartera y tratar de protegernos», añaden. Dentro de la categoría de high yield, su elección serían vehículos como el antes mencionado de M&G, cuya rentabilidad es superior y también incluye algo de renta fija emergente. En Europa, la opción sería el DWS Floating Rate Notes, según explican los expertos del banco.

¿Un buen entorno para flotantes?

En general, la respuesta es positiva, y además los expertos los consideran adecuados para inversores conservadores. «Para inversores acostumbrados a invertir en soluciones de activos monetarios, fondos como el de Allianz Global Investors son adecuados», explica Massimiliano Maxia, especialista senior en renta fija de la entidad. «Mientras las rentabilidades de la deuda pública a corto plazo son aún negativas en muchos países europeos (como en el caso del bono a dos años alemán, que está en el -0,7 por ciento), buscamos proporcionar retornos positivos invirtiendo principalmente en deuda corporativa de corto plazo de alta calidad, con una gran diversificación. Pensamos que ésta es la única perspectiva posible para invertir con un horizonte muy corto, pues la acción de los bancos centrales ha cambiado definitivamente las características de los mercados monetarios tradicionales», añade. El experto explica que los fondos de bonos flotantes aportan a las carteras la capacidad de ofrecer rentabilidad tanto en un escenario de tipos de interés al alza -cuando la renta fija suele perder- como a la baja. 

Christian Reiter, gestor en Deutsche Asset Management, considera que los bonos flotantes encajan en este escenario de bajos tipos, recuperación económica y normalización monetaria, al estar ligados a las tasas de interés mediante revisiones del cupón: «La rentabilidad de estos bonos, de muy corto plazo, no difiere demasiado de la de un bono de cupón fijo con similar horizonte temporal, pero el flotante ofrece una sensibilidad mucho más baja a los cambios en los tipos, lo que puede ser una ventaja en un entorno de subidas». Y añade: «Una inversión en renta fija tiene dos catalizadores, el componente de tipos y el de crédito. En el caso del flotante, el riesgo de un cambio en los tipos es limitado ante las nuevas fijaciones del cupón, aunque a costa de uno nominal más bajo. Pero el retorno del componente de crédito aún existe». Por eso defiende que, en un entorno de alzas de tipos, esta estrategia puede funcionar muy bien.

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«Creemos que los préstamos flotantes son una clase de inversión atractiva en el actual entorno», coinciden Dan Norman y Jeff Bakalar, co responsables del activo en NN IP (a través de Voya Investment Management, al cargo del fondo NN (L) Flex-Senior Loans), y sobre todo con la Fed subiendo los tipos de interés. «Ofrecen rentabilidades competitivas, ajustadas por el riesgo de duración y crédito», explican. En primer lugar, porque su naturaleza implica el uso de una duración bajísima, y correlacionada de forma directa con los cambios en los tipos de interés a corto plazo. Y con respecto al crédito, porque tienen ventajas estructurales que han implicado históricamente menores pérdidas que los bonos subordinados, por ejemplo, y por tanto, implican menor volatilidad que otros activos de renta fija. En resumen, «ofrecen diversificación en el universo de renta fija, además de retornos atractivos ajustados al riesgo con una duración muy baja y protección frente a las caídas frente a otros tipos de deuda».

James Tomlins, gestor del fondo de flotantes de alta rentabilidad de M&G, también recuerda que los FRNs o bonos flotantes tienen el potencial de «proporcionar a los inversores un atractivo nivel de rentas a la vez que beneficiarse de cupones más altos cuando suben los tipos, sin sufrir pérdidas de capital asociadas». 

Mayor inflación y mayores tipos

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Así, en este entorno encajan, debido a las expectativas de subidas de tipos, que se moverán no solo dependiendo de la inflación. Y es que la inflación no acompañará necesariamente a corto plazo, si bien a largo sí lo hará. «Las dinámicas de inflación en la eurozona siguen suaves y no esperamos que alcance el objetivo del BCE, del 2 por ciento, sino que siga un movimiento lateral o incluso un descenso por el efecto base. Con todo, debería subir durante el próximo año», dicen en Deutsche AM.

«Esperamos descensos en la inflación en el periodo desde noviembre de este año hasta febrero de 2018 por el efecto negativo de base de la energía, pero se recuperará gradualmente en los próximos trimestres, en la media en que la inflación derivada de los alimentos sigue contribuyendo positivamente. Un factor clave será la subida en el precio de los costes laborales, tanto en EE.UU. como en el área euro», dicen desde Allianz GI. Con todo, en la entidad creen que las curvas de rentabilidad reaccionarán no solo a las expectativas de inflación sino también al final de las políticas monetarias ultra acomodaticias que ya ha empezado en EE.UU. y también lo harán en Europa con el anuncio del BCE, lo que moverá la parte corta de la curva al alza, aunque sin fuertes movimientos, pues todo será muy gradual. 

Tampoco en UBP esperan que los movimientos en la inflación sean claves para mover los tipos y hablan asimismo de otros factores como la normalización monetaria: «Esperamos que la inflación siga contenida en Europa y EE.UU. pero las condiciones económicas han mejorado y la gradual normalización monetaria en EE.UU. beneficiará a los inversores en bonos flotantes», dicen en la entidad, donde recuerdan que durante los dos ciclos anteriores de subidas de tipos, los tipos del Libor a 3 meses permitieron un 6 por ciento de retorno que se añadió al carry del diferencial de crédito de los bonos flotantes. 

En Europa, aunque la inflación será suave y el entorno será más tardío en cuanto a normalización monetaria, Debat cree que pueden funcionar bien, porque el factor crédito aportará más retornos que los tipos de interés.
«Creemos que la historia de la reflación ganará tracción hacia finales de año, impulsando al alza las rentabilidades de la deuda pública. Como resultado, mantenemos una posición infraponderada en duración en nuestras estrategias y sobreponderamos activos ligados a la inflación, como materias primas y 'breakevens' de inflación», añade Olivier Marciot, gestor del equipo Cross Asset de Unigestion.

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