Chris Hohn pone cifras a la rentabilidad del activismo climático

Los objetivos de TCI no siempre consiguen batir al mercado, pero en los últimos dos años acumula más éxitos que fracasos

Que el activismo climático está de moda es una realidad. En la carrera hacia la COP 26 raro es el día que alguna firma no se suma a la carrera 'net zero'.

Pero, como sucede en todo el mundo ESG, una de las dudas es si esta presión creciente es capaz de crear valor para los accionistas. Y todavía no existe una respuesta homogénea si se observan las operaciones impulsadas por Chris Hohn a lo largo de los años.

A través de The Children's Investment Fund (TCI), Hohn es una de las caras más visibles del activismo climático mundial, y cuenta con el 'track record' de haber ido incorporándolo a las exigencias que presenta a las empresas en las que participa.

EADS, con la que comenzó su campaña activista en 2013, además de otros aspectos como impulsar desinversiones o recompras de acciones, también fue objetivo de requerimientos climáticos.

En diciembre de 2019, coincidiendo con la COP 25 celebrada España, el inversor dio un paso más a través de una carta en la que exigía a sus participadas tanto información sobre su volumen de emisiones, como objetivos de reducción. Partía de la base de una serie de actualizaciones llevadas a cabo en noviembre de ese año.

En ella explicaba que votaría en contra de aquellos consejeros que no difundieran los datos de impacto climático y amenazaba también con desinvertir.

De media, desde aquel 2 de diciembre, cuando Hohn 'invitó' a numerosas empresas a ser más transparentes en materia climática, la rentabilidad acumulada en bolsa por las compañías señaladas es de un 36 por ciento.

Aunque la cifra es positiva, no es suficiente como para poder decir que bate a los principales índices mundiales. En el mismo periodo, el S&P 500 suma un 41 por ciento, mientras que el Stoxx 600 se anota un 13 por ciento; y la evolución de las acciones implicadas es muy dispar.

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Alphabet y Microsoft, donde las participaciones de TCI eran relativamente bajas cuando lanzó su campaña -inferiores al 1 por ciento- aunque muy significativas en valor, son dos de las compañías que más suben desde que de Hohn comenzara a exigir una mayor visibilidad sobre los datos climáticos.

Pero, en contraste, valores europeos como Vinci o Univar Solutions cotizan en pérdidas respecto a los precios de hace dos años.

No obstante, en términos generales, sí que parece que el mercado valora positivamente estos esfuerzos. Salvo estos casos, el resto de compañías influidas por el activismo de TCI mayoritariamente sí que están logrando batir a sus índices de referencia.

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Willis Towers Watson: la nueva a seguir

Quien quiera unir su suerte a los últimos objetivos de Chris Hohn tiene la oportunidad de seguir ahora la evolución de Willis Towers Watson.

La aseguradora ha sido la última compañía en entrar en el radar de TCI y, por el momento, no estaría envuelta en ninguna campaña activista, sino que el fondo estaría manteniendo "conversaciones" con la empresa, de acuerdo con Bloomberg.

Este acercamiento se produjo el pasado 4 de septiembre y desde entonces las acciones de Willis Towers Watson suman casi un 7 por ciento.

En su caso sí que parece que el efecto Hohn está siendo favorable, ya que en el mismo periodo el S&P se deja más de un tres por ciento (en uno de los mercados en los que cotiza es en el estadounidense).

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En julio, Willis Towers Watson se unió a la iniciativa Net Zero Asset Managers (NZAMI). "La decisión se enmarca en el compromiso anterior de Willis Towers Watson de lograr las cero emisiones en el 100% de sus activos discrecionales en todo el mundo, y está alineado totalmente con los objetivos de NZAMI", explicó entonces.

Su compromiso afecta a 168.000 millones de dólares de activos gestionados en los mandatos de gestión discrecional.

Santander AM es la única gestora española integrada en Net Zero Asset Managers, pero la red cuenta con la presencia de grandes gestoras, que controlan activos valorados en 43 billones de dólares.

No obstante, la presencia española también puede llegar indirectamente. IFM, el fondo que ha lanzado una oferta pública de adquisición sobre Naturgy, también se encuentra en el grupo de los firmantes.

Una carta de intenciones sobre lo que pedirá a la compañía española si decide permanecer en el capital.

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